RESUMEN
Este artículo analiza la evolución ideológica, organizativa y electoral de la Lega Nord comparando diversas aproximaciones, con el objetivo de explicar la emergencia y consolidación de una nueva Lega lepenizada. Así, se explica primero la relación del partido con la cuestión septentrional y las subculturas políticas territoriales en Italia. Después se estudian los cambios en el liderazgo y la estructura del partido para, finalmente, abordar las transformaciones cruciales que desembocaron en su nacionalización y en la convergencia ideológica con el populismo en un contexto internacional.
Palabras clave: Populismo; cuestión meridional; cuestión septentrional; sistema de partidos italiano; Lega Nord; regionalismo; nacionalismo.
ABSTRACT
This article analyses the ideological, organisational and electoral evolution of the Italian political party Lega Nord. Based on a set of different approaches, its aim is to explain the emergence and consolidation of a new party model which resembles the evolution of other European populist parties, like the French Front National. In a first step, we analyze the relationship between the so-called northern question and the territorial political subcultures in Italy through the LN ideology; then, we deal with changes in leadership and the party structure; and finally, we address the crucial changes that led to the party’s «nationalization», taking into account the populist success story in an international context.
Keywords: Populism; southern question; northern question; Italian party system; Lega Nord; regionalism; nationalism.
La lega e’ come un bambino, e’ il frutto dell’amore. Io sono convinto che questo movimento sia il risultato del lavoro generoso di migliaia di uomini e di donne, che si vogliono bene. Che vogliono bene alla citta’ dove vivono, alla nazione cui si sentono di appartenere. Il bambino e’ cresciuto, ha imparato a camminare con le sue gambe. Ma bisognera’ lavorare ancora perche’ diventi adulto e realizzi le sue ambizioni.
Umberto Bossi, Vento dal nord (Bossi, U. (1992). Vento dal Nord. La mia Lega e la mia Vita. Milan: Sperling e Kupfer.1992)
El éxito electoral de partidos populistas en un ámbito cada vez más extendido ha estimulado, sin lugar a duda, la producción de la ciencia política durante la última década. Asistimos, en primer lugar, a una suerte de redescubrimiento de algunas de las preguntas fundamentales de la disciplina desde su fundación, como, por ejemplo, cuáles son las amenazas para la estabilidad o incluso la viabilidad de los regímenes democráticos (Levitsky, S. y Ziblatt, D. (2018). How Democracies Die. New York: Crown. Levitsky y Ziblatt, 2018), cómo abordar las constantes fricciones en la relación entre representantes o representados (Goodhart, D. (2017). The Road to Somewhere: The Populist Revolt and the Future of Politics. London: Hurst. Goodhart, 2017; Eatwell, R. y Goodwin, M. (2018). National Populism: The Revolt Against Liberal Democracy. London: Pelican.Eatwell y Goodwin, 2018), o cuál es la naturaleza de las líneas de conflicto en las sociedades occidentales.
Sin embargo, si dejamos el gran angular y enfocamos un poco más, la evolución del populismo de derechas en los últimos años suscita también nuevas cuestiones para las cuales el estudio del partido italiano Lega Nord resulta particularmente revelador: ¿merecen estos partidos la etiqueta de extrema derecha? ¿Ha cambiado su discurso respecto a la libertad económica y el Estado de bienestar? ¿Cómo se ha transformado la percepción del papel del Estado nación en la lucha contra la globalización? ¿Cómo ha evolucionado el perfil de los votantes de este tipo de partidos y de dónde proviene su crecimiento? ¿Cómo puede adaptarse un discurso de protesta cuando se llega al Gobierno? Por último, la evolución de la Lega Nord es elocuente a la hora de tratar diversas problemáticas específicas de la política italiana, tales como las bases sociales de sus divisiones políticas, la historia de su sistema de partidos y, sobre todo, la interesante y particular declinación del conflicto centro/periferia en el país transalpino.
En este artículo trataremos de analizar la Lega Nord desde diversas perspectivas, ahondando principalmente en las cuestiones ideológicas, pero atendiendo también al liderazgo, el desempeño electoral o la estructura de oportunidad que la hizo posible dentro del sistema de partidos italiano. Si bien nuestra aproximación a la cuestión es, por así decir, ecléctica (en nuestra opinión, las diversas teorías proporcionan, con mayor o menor éxito, explicaciones parciales), pensamos que las diferentes explicaciones son más o menos pertinentes dependiendo de la etapa de la evolución del partido. La cuestión meridional —o, si se prefiere, septentrional— y la presencia de las subculturas son esenciales para explicar el terreno fértil en el cual la ideología y las primeras asociaciones toman forma. Las oportunidades brindadas por la quiebra de la primera república son fundamentales para comprender el asentamiento y la consolidación del partido. Finalmente, sus últimos cambios ideológicos y la nacionalización de su voto (es decir, la extensión de su apoyo a prácticamente todo el territorio italiano) pueden interpretarse como una convergencia del partido, en contra de sus tradicionales particularidades, con el populismo en el ámbito internacional. Así, este artículo analiza la evolución ideológica de la Lega de Matteo Salvini, fundamentalmente desde esta última perspectiva.
Los treinta años de la historia de la Lega Nord son, pues, los mismos treinta años que en Italia nos conducen desde un sistema de partidos monótono y estable a unas elecciones generales en 2018 en las cuales las dos primeras fuerzas se declaran antisistema. En estos treinta años han ocurrido grandes desplazamientos en las placas tectónicas sobre las que se asienta la vida política partidista, no solo de Italia, sino también de muchos países europeos. Pero el caso del país transalpino durante la última década representa, no obstante, una suerte de paroxismo en el que el populismo ha logrado romper el techo que parecía presentar en otros países de Europa Occidental. Obviamente, la Lega ha sabido adaptarse con gran agilidad a esta nueva orografía para poder convertirse en la fuerza hegemónica de la derecha italiana. Así, trataremos de mostrar que tal éxito solo fue posible dejando atrás las particularidades ideológicas que explicaban el nacimiento del partido y transformando su ideología, sobre todo a partir del liderazgo de Matteo Salvini, en una adaptación de un modelo que tiene en el Front National francés a su matriz.
Es imposible tratar de la cuestión nacional italiana sin comenzar haciendo referencia
a las dos citas clásicas: para Klemens von Metternich, Italia sería solo una mera
«expresión geográfica» (Putnam, R., Leondardi, R. y Nonetti, R. (1995). Making Democracy Work. Civic Traditions in Modern Italy. Princeton: Princeton University Press. Disponible en:
La cuestión que sí produce una verdadera fractura territorial no es estrictamente etnolingüística, sino que alude a la relación entre la historia política y la moral colectiva. En su ya clásico estudio Making democracy work. civic traditions in modern Italy, Robert Putnam explora las causas y las consecuencias de las grandes diferencias en capital social entre el sur y el norte de Italia. En resumen, mientras que históricamente en el norte surgieron formas republicanas de gobierno que facilitaron la creación de un tejido de relaciones horizontales de confianza comunal y asociación cívica, en el sur las relaciones verticales y autocráticas favorecieron el clientelismo y condujeron a una suerte de familiarismo amoral (ibid.: cap. 5). Estas grandes diferencias en capital social son también responsables de las diferencias en prosperidad —y no solo viceversa (ibid.: 152). La persistencia de esta desigualdad entre norte y sur sobrevivió a la unificación italiana, cuyas instituciones, «lejos de homogenizar las tradicionales pautas políticas, se vieron arrastradas ineluctablemente hacia la conformidad con esas tradiciones contrapuestas» (ibid., 1995: 145). El trasformismo significó, entonces, que la política, en lugar de ser un instrumento de cambio social, se amoldó a los equilibrios prexistentes.
La forma polémica que tomó la constatación de esta desigualdad, la famosa questione meridionale, se centró siempre en el subdesarrollo del sur y en las posibles vías para mitigarlo. Lo particularmente novedoso de la irrupción en la escena política italiana del discurso liderado por Umberto Bossi y el regionalismo padano fue que esta vez el norte, y no el sur, aparecía como el gran perjudicado. Así se trataba de la activación política de una vieja cuestión con una relativamente nueva narrativa (existen algunos antecedentes menores de la questione settentrionale). Gilberto Oneto, uno de los intelectuales más cercanos al núcleo de la Lega en los noventa, escribiría después múltiples obras revisionistas sobre el Risorgimento en las cuales el norte es el más perjudicado por la unificación italiana. Y Gianfranco Miglio, quizá el ideólogo más importante de la primera Lega Nord, asegura que una de las dos razones por las cuales los grandes Estados nación son cada vez menos sostenibles es porque se está produciendo una revisión que desenmascara los mitos de la formación nacional de Italia o Francia (Miglio, G. (2016). Scritti Politici. Roma: Pagine s.r.l.Miglio, 2016: 60-1).
Pese a que desde la formación de las diferentes Legas el discurso ha ido virando de manera un tanto errática desde la reivindicación de las lenguas o el etnorregionalismo hasta las cuestiones más propiamente fiscales, un componente esencial asociado a la identidad del norte de Italia es el orgullo por su moral cívica, su prosperidad, su capacidad emprendedora, etc., de forma tal que cuando las reivindicaciones se centran en cuestiones puramente culturales (fijándose, por ejemplo, en el nacionalismo existente en algunas de las regiones con estatuto especial, como Cerdeña o el Alto Adigio) el movimiento pierde tracción. Así, el sentimiento de agravio está dirigido fundamentalmente contra los habitantes del sur, cuya manutención dicen que recae sobre la economía del norte, y contra la ineficiencia administrativa del Estado y de las elites políticas romanas, que agrava la situación y que no se corresponde con la secular experiencia nórdica de buen gobierno.
En cualquier caso, es importante señalar que el sentimiento antisur existía antes de ser movilizado políticamente (Zaslove, A. (2011). The Re-invention of the European Radical Right: Populism, Regionalism, and the Italian Lega Nord. Montreal: McGill; Queens University Press.Zaslove, 2011: caps. 4 y 5). La cuestión más relevante para la ciencia política respecto a esta transformación es, entonces, la de determinar por qué esta fractura fue movilizada con tanto éxito y tan rápidamente precisamente en el momento en que sucedió, y por qué dicha cuestión fue puesta de lado en lo que ha resultado ser un caso absolutamente insólito de transformación ideológica para un partido regionalista y, por momentos, secesionista. En el momento de la nacionalización del partido, la típica explicación subcultural sobre el subdesarrollo relativo del sur perderá importancia, exculpando así a sus habitantes para hacer responsables a las elites corruptas de Roma.
El éxito inicial de la Lega Nord, en cualquier caso, no puede entenderse reduciéndolo exclusivamente a la cuestión septentrional, como si se tratase solo de la reaparición de una problemática secular que la primera república habría sabido contener por un tiempo. Es preciso hacer referencia a otros factores y explicar la ventana de oportunidad que posibilitó la explotación política de dicha problemática secular, además de señalar las razones de la creciente desaparición de la cuestión del norte en el discurso de la Lega. Algunos de estos factores están relacionados con las oportunidades de crecimiento electoral brindadas por el colapso de la primera república italiana (1980-1993), pero otros tienen que ver con las causas generales que han producido el ascenso de la derecha radical o el populismo a escala global (el aumento de los flujos migratorios, la crisis económica, la evolución ideológica del sentimiento antiglobalización, etc.).
Tratándose de un partido generalmente definido como «regionalista populista», encontramos
diversas interpretaciones dependiendo de la mayor importancia atribuida a uno u otro
elemento de su identidad ideológica. Así, encontramos que el ascenso de LN es analizado
generalmente desde una interpretación subcultural o desde una interpretación etnorregionalista o desde una interpretación populista (Cento Bull A. y Gilbert M. (2001): The Lega Nord and the Northern Question in Italian Politics. New York: Palgrave. Disponible en:
Conviene señalar, no obstante, que algunos de los rasgos típicos del populismo son compartidos por las subculturas políticas territoriales, como por ejemplo, «una fuerte desconfianza con el Estado central y el sistema político, un ethos productivista y emprendedor, la noción de una comunidad orgánica y solidaria con valores compartidos e intereses comunes» (ibid.: 55). Así, el preexistente recelo hacia los habitantes del sur y hacia la gestión de Roma, unidos al hundimiento de la Democracia Cristiana y la primera república, fueron los factores determinantes en los primeros éxitos de la Lega. No obstante, y como veremos más adelante, la transformación del partido, la nacionalización de su electorado y su creciente convergencia ideológica con otros partidos europeos obligan a considerar el impacto del factor populista —al menos a partir de la etapa de expansión geográfica a toda Italia—.
En primer lugar, durante la mayor parte de la primera república la fractura territorial fue poco relevante comparada con la fractura de clase. Así,
diversos índices que miden la nacionalización del voto dan valores altos y estables
desde los años cincuenta hasta los ochenta para los dos grandes partidos, DC y PCI,
siendo la Lega la principal responsable de la «desnacionalización» del voto (Emanuele, V. (2015). Vote (de-)nationalisation and party system change in Italy (1948-2013).
Contemporary Italian Politics, 7 (3), 251-272. Disponible en:
En cualquier caso, la descentralización alcanzó en Italia durante los años setenta
un gran prestigio en la opinión pública, en un momento de euforia en el que subsidiaridad
es asociada con buen gobierno (Putnam, R., Leondardi, R. y Nonetti, R. (1995). Making Democracy Work. Civic Traditions in Modern Italy. Princeton: Princeton University Press. Disponible en:
Hay que destacar, sin embargo, que la LN dio su gran salto al aprovechar los vientos de cambio que soplaron fuerte en el sistema de partidos italiano. Las investigaciones llevadas a cabo por un equipo de jueces en el proceso de mani pulite destaparon redes clientelares corruptas en las principales fuerzas políticas del momento, tanto en el DC como en el PSI (Fella, S. y Ruzza, C. (2011). Re-inventing the Italian Right. Territorial politics, populism and «post-fascism». London: Routledge.Fella y Ruzza, 2011: 2). Ambos partidos dejaron de existir solo dos años después. En estas circunstancias, la LN supo posicionarse no solo como representante de una supuesta causa del norte, sino también como la única fuerza impoluta en un sistema profundamente corrompido. En este momento de quiebra, los argumentos populistas contra la clase política se dieron la mano con el discurso regionalista, siendo la crisis del sistema solidaria de la crisis de la articulación territorial italiana. En una respuesta a un artículo publicado por Angelo Panebianco en Il Corriere della Sera (29 de diciembre de 1992), Gianfranco Miglio asegura que el Estado nación está en retirada y que «la intuición fundamental de Umberto Bossi ha sido esta: que el monstruo de la partitocracia se combate solamente adoptando una Constitución “federal”» (Miglio, G. (2016). Scritti Politici. Roma: Pagine s.r.l.Miglio, 2016: 99).
En términos de autoubicación ideológica, los electores de la nueva fuerza emergente
se posicionaron en el centro del continuo izquierda-derecha (Gallagher, T. (1992). Rome at Bay: The Challenge of the Northern League to the Italian
State. Government and Opposition, 27 (4), 470-485. Disponible en:
Se puede argumentar, por tanto, que a pesar del contexto de cambio radical en la estructura del sistema de partidos italiano a principios de los años noventa, la aparición de la LN no representaba en realidad una ruptura general con las subculturas políticas y sus comportamientos electorales territoriales establecidos, sino más bien su continuación. Asimismo, durante esta fase de expansión de su base electoral, LN se exhibió en aquellas regiones donde ostentaba responsabilidades de gobierno (regional o local) como heredera legítima de las antiguas fuerzas de poder, al haber promovido candidatos con un perfil serio y responsable. Al contrario que otras fuerzas populistas, la Lega podía disociarse de la imagen de inexperiencia e incompetencia en el ejercicio de las responsabilidades públicas, al tiempo que se proyectaba como un partido dirigido por una nueva clase política. Con el objetivo de garantizar la presencia leghista en la sociedad más allá de los cargos electos, el partido empezó a crear una amplia red de organizaciones vinculadas al mito de la Padania (la supuesta unidad evocada en la narrativa de la LN) desde medios de comunicación, sindicatos, entidades financieras, hasta organizaciones juveniles y deportivas (Ignazi, P. (2008). Partiti Politici in Italia. Bolonia: Il Mulino. Ignazi, 2008: 95-96). A través de toda esta actividad, el partido consolidó su proyecto de nacionalizar los diferentes regionalismos nórdicos agrupados en la idea de Padania. Así, en la siguiente sección analizaremos los cambios en el liderazgo y la estructura del partido que corrieron paralelos a su transformación ideológica y al desplazamiento de la cuestión padana en la Lega de Salvini.
En febrero de 1991, la alianza de legas se convierte formalmente en partido político. Abandona entonces el modelo organizativo
confederado heredado de la matriz Alleanza Nord, pero fiel a sus raíces mantiene una división
interna por sezioni nazionali[1]. Umberto Bossi identificó muy pronto la necesidad de que la Lega tuviera que jugar
el doble rol de partido institucional y representante de la protesta popular. Para
mantener ese difícil equilibrio, Bossi pasó a ejecutar un liderazgo más bien carismático,
garantizando la identidad del partido a través de su propia persona (Passarelli, G. (2013). Extreme right parties in Western Europe: The Case of the Italian
Northern League. Journal of Modern Italian Studies, 18 (1), 53-71. Disponible en:
Atendiendo a los orígenes de la Lega en una federación de partidos autonomistas, se
suele considerar que la presidencia de Matteo Salvini trajo consigo una refundación y por consiguiente la nacionalización de las estructuras del partido; es decir, un intento por mover el balance del poder
interno hacia órganos centrales del partido frente a sus secciones nacionales (las
ya mencionadas nazione). Sin embargo, es importante mencionar que el partido ya había vivido en repetidas
ocasiones conflictos debido a «demandas de mayor autonomía por parte de sus facciones
regionales» (McDonnell, D. y Vampa, D. (2016). The Italian Lega Nord. En R. Heinisch y O. Mazzoleni
(eds.). Understanding Populist Party Organisation (pp. 105-129). London: Palgrave Macmillan. Disponible en:
Si comparamos la cuestión de la organización en los tres estatutos del partido (Lega Nord (2002a). Statuto della Lega Nord per L’indipendenza della Padania. Approvato nel corso del
Congresso Federale Ordinario del 1-3 marzo 2002. Disponible en:
Art. | 2002 | 2012 | 2019 |
---|---|---|---|
1 | Finalità | Finalità | Finalità |
2 | Composizione del Movimento | Struttura organizativa della Lega Nord | Struttura organizativa della Lega Nord |
3 | Simbolo | Simbolo | Simbolo |
4 | Denominazioni | Denominazioni | Denominazioni |
5 | Sedi Nazionali e Nazioni | Sede della Lega Nord | Sede della Lega Nord |
Fuente: elaboración propia.
Sin embargo, a pesar de que la mayor parte de la cobertura mediática interpretó la
reforma del estatuto como un cambio en la denominación del partido, la Lega Nord per
l’Indipendenza della Padania no cambió su nombre oficial en diciembre de 2019 (Tori, M. (2019). La Liga italiana, refundada en torno a Salvini. Público, 24-12-2019. Disponible en:
«Cada nación se divide en “delegaciones territoriales” sobre la base de la resolución
del Consejo Federal» ( Lega Nord (2019). Statuto della Lega Nord per l’indipendenza della Padania. Approvato dal Congresso
Federale Straordinario, 21-12-2019. Disponible en: https://bit.ly/3hWDzJk
En la misma línea del deterioro del principio de subsidiariedad, la entidad básica
de cualquier organización partidista (la célula municipal) es mencionada un total
de nueve veces en los estatutos de 2002 y 2012, pero solo aparece una vez en la versión
de 2019. Esta degradación tiene efectos inmediatos en la relación del partido con
sus socios. Por ejemplo, del texto de 2002 se deduce que las agrupaciones locales
y territoriales mantienen las competencias, ya que tienen la capacidad de revocar
la condición de socio ordinario —quienes cuentan con derecho a voto en votaciones
internas (Lega Nord (2002a). Statuto della Lega Nord per L’indipendenza della Padania. Approvato nel corso del
Congresso Federale Ordinario del 1-3 marzo 2002. Disponible en:
Otro ejemplo que simboliza el refuerzo de las estructuras centrales del partido a
costa de sus bases es la introducción en 2019 del derecho del Consejo Federal a revocar
el estatus de nación en el seno de la Lega. Por el contrario, en los textos anteriores
su competencia se limitaba a deliberar sobre potenciales nuevos ingresos a las filas
de las sezioni nazionali (Lega Nord (2019). Statuto della Lega Nord per l’indipendenza della Padania. Approvato dal Congresso
Federale Straordinario, 21-12-2019. Disponible en:
En conclusión, el estatuto de 2019 representa más bien la culminación de un proceso
que empezó en el verano de 2012 y que ha significado el debilitamiento constante de
las secciones nacionales frente a los órganos centrales del partido, condición indispensable
para tomar el control ideológico y político. Sin embargo, aún cuando la comparación
de los tres últimos estatutos de la LN trae estos resultados interesantes, hay que
tener en cuenta que no siempre los estatutos han constituido una llave para entender
las dinámicas de la Realpolitik intrapartidista. Sobre el estatuto de 2002 Albertazzi y McDonnell (Albertazzi, D. y McDonnell, D. (2015). Populists in Power. London; New York: Routledge. Disponible en:
Con todo, el liderazgo incuestionable de Matteo Salvini no se explica solo por su posición privilegiada dentro del organigrama del partido, sino también por sus dotes comunicativas e instinto político a la hora de efectuar el cambio ideológico y la nacionalización.
Este cambio organizacional en realidad tenía también una difícil tarea de fondo: ayudar a metabolizar los efectos que produciría en la militancia y en los cuadros medios el gran giro ideológico que acompañó a la nacionalización del partido. En términos generales, durante el liderazgo de Bossi puede establecerse el siguiente patrón: la Lega adoptó con mayor radicalidad la cuestión septentrional en los momentos en que abandonaba el Gobierno, decidida a buscar un espacio propio para no ser fagocitada por las fuerzas de centro-derecha. Y es que el vínculo ideológico entre la causa de la libertad fiscal y la antipolítica no fue patrimonio exclusivo de la Lega, sino que también había sido adoptado por su gran competidor, el partido de Silvio Berlusconi. Así, la aparición de Forza Italia frenó el rápido ascenso electoral de la LN a mediados de los años noventa. Después de formar parte de la coalición electoral Polo delle Libertà, liderada por la formación del magnate, el partido fue testigo de cómo Berlusconi les arrebataba sus temas políticos propios: la excesiva presión fiscal, la burocracia ineficiente, la seguridad, la inmigración, etc. A pesar de que el partido de Berlusconi también simpatizase con el federalismo, representaba una posible regeneración para toda Italia que, al contrario de la regeneración abandonada por Bossi, no pasaba por la ruptura total con Roma.
Despojada de su característica diferenciadora y reducida programáticamente a su propuesta
federalista, básicamente ignorada por los socios en la Administración nacional, abandonó
el Gobierno en diciembre del mismo año y evolucionó hacia el secesionismo independista.
Sin formar parte de ninguna coalición electoral en las elecciones al Parlamento italiano
en 1996, LN intentó reivindicar un espacio político propio, pudiendo atacar nuevamente
tanto a la izquierda como a la derecha política como las fuerzas hegemónicas del sistema.
Para Ignazi, este cambio responde a dos objetivos: «a) mantener un perfil propio frente
a los aliados del centro-derecha, y b) aumentar el atractivo del partido más allá
de su tradicional electorado» (Ignazi, P. (2005). Legitimation and Evolution on the Italian Right Wing: Social and
Ideological Repositioning of Alleanza Nazionale and the Lega Nord. South European Society and Politics, 10 (2), 333-349. Disponible en:
Sin embargo, el éxito ulterior en la transformación de la LN no pasó por diferenciarse, sino por fagocitar una parte importante del electorado del centro-derecha, sin dejar de consolidarse al mismo tiempo en unas regiones históricas cuyo apoyo parecía no depender directamente de la agenda secesionista. Con todo, la adaptación del partido a nuevos escenarios de competición electoral no pudo evitar producir un cierto distanciamiento con una parte importante de la base de militantes originarios, como trataremos en el siguiente apartado.
Así pues, se introdujo de manera progresiva un doble marco en el discurso, desarrollando un populismo multinivel «para atraer diferentes electorados de un pueblo (situado local, regional y nacionalmente)
que comparte la noción, pero que en realidad constituye un “pueblo” diferenciado,
y así poder luchar contras las elites respectivas en cada una de las arenas local,
regional y nacional» (Mazzoleni O. y Ruzza C. (2018). Combining regionalism and nationalism. The Lega in
Italy and the Lega dei Ticinesi in Switzerland. Comparative European Politics, 16 (6), 976-992. Disponible en:
Mazzoleni y Ruzza también apuntan a la importancia de la competición con otros partidos de la derecha radical. Es conveniente resaltar que la nacionalización de la Lega Nord corre paralela a la transformación de la inmigración en la cuestión fundamental dentro de la ideología leguista. La presencia de la cuestión migratoria en el debate político fue impulsada principalmente por la Lega, aunque no siempre con igual repercusión. Ni el MSI en los ochenta ni la posterior AN con Fini movilizaron tan claramente el problema como el partido de Bossi. Con su viaje hacia el espectro de lo políticamente respetable, la nueva Alleanza Nazionale permitió que la Lega Nord monopolizase las posiciones más radicales (Ignazi, P. (2008). Partiti Politici in Italia. Bolonia: Il Mulino. Ignazi, 2008). «La radicalización de la posición de la LN respecto a la inmigración tuvo un impacto en el sistema de partidos y, eventualmente, en la política de inmigración. En parte porque la LN no tuvo que enfrentarse a un pasado fascista, como la AN, el partido pudo radicalizar con éxito el discurso en el centro-derecha» (Verbeek B., Zaslove, A. y Rooduijn, M. (2018). Italian Populism: Toppling and Re-building the Party System Twice. En S. Wolinetz y A. Zaslove (eds.). Absorbing the Blow. Populist Parties and their Impact on Parties and Party Systems (pp. 197-222). London; New York: Rowman; Littlefield.Verbeek et al., 2018: 212).
Asimismo, mientras que a principios de los años noventa los simpatizantes de LN mostraron actitudes negativas sobre todo hacia sus compatriotas procedentes de las regiones del sur del país, a mediados de la década ya se podía constatar que predominaban las actitudes negativas respecto a los inmigrantes extracomunitarios (Ruzza, C. (2006). The Lega Nord: Towards Electoral Stability and Modest Success. En L. De Winter, M. Gomez-Reino y P. Lynch (eds.). Autonomist Parties in Europe: Identity Politics and the Revival of the Territorial Cleavage, Vol. II (pp. 219-246). Barcelona: Institut de Ciències Polítiques i Socials. Ruzza, 2006: 232-236), sentándose así las bases para la elaboración de un discurso con atractivo nacional. Podría decirse que las grandes diferencias con los extracomunitarios hacían palidecer las diferencias con los italianos del sur, y la creciente ansiedad hacia la inmigración ilegal, alimentada por los efectos de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en la opinión pública, dio un gran protagonismo a la cuestión de los inmigrantes de religión musulmana.
Este nuevo foco de atención hizo perder relevancia, como decimos, a la cuestión del norte, y el referéndum de 2006 significó un cierre —o aplazamiento— de la cuestión territorial. La Lega Nord aprovechó los siguientes dos años en las bancadas de la oposición para posicionarse como fuerza decisiva en un asunto de amplio interés popular: la sicurezza, término italiano que engloba tanto la inmigración como el orden público. Esta demostrada habilidad de agenda setting se extendió a su tercer episodio gubernamental (2008-2011), ahora como socio esencial para garantizar la coalición con Il Popolo della Libertà (PDL) —partido fundado en 2009, fruto de la fusión de Forza Italia y Alleanza Nazionale, el partido postfascista de Gianfranco Fini—.
Con la ocupación de ministerios clave y un discurso coherente y continuo en el tiempo,
LN estableció la narrativa (simbólica) en favor de comunidades homogéneas, libres
tanto de crimen como de inmigrantes, que también resultó atractiva para electores
fuera de sus tradicionales feudos electorales (Albertazzi, D. y McDonnell, D. (2010). The Lega Nord Back in Government. West European Politics, 33 (6), 1318-1340. Disponible en:
Es importante señalar a este respecto el profundo cambio de narrativa que se produjo
a partir de la crisis global de 2011, cuyos culpables pasaron a ser identificados
con poderes transnacionales. Así, la crisis fue crucial para el cambio de identidad
de la Lega Nord. En muchos países europeos el nuevo escenario de confrontación ideológica
enfrentó a los partidos políticos que apoyan el orden transnacional frente a aquellos
que se rebelan contra él. Tras su dimisión, Berlusconi apoyaba —aunque de manera reacia—
al Gobierno tecnocrático de Mario Monti, propuesto por el entonces jefe de Estado
Giorgio Napolitano. La Lega, al negarse, se convertía en el partido más grande de
la oposición (Bosco, A. y Verney, S. (2012). Electoral Epidemic: The Political Cost of Economic
Crisis in Southern Europe, 2010-11. South European Society and Politics, 17 (2), 129-154. Disponible en:
Surge entonces la situación idónea para confirmar la narrativa populista: en primer lugar, el apoyo o el rechazo a un Gobierno tecnocrático señalaba una distancia entre, por un lado, los partidos que están al dictado de una elite transnacional y, por otro, los que realmente ofrecen una alternativa sustantiva; en segundo lugar, el apoyo al Gobierno de Enrico Letta, así como el Pacto del Nazareno entre Berlusconi y Renzi, reforzaban la percepción de que en el centro los partidos son ideológicamente indistintos y solo les separan cuestiones superficiales.
2006 | 2008 | 2011 | 2013 | 2014 | 2016 | 2018 | 2019 |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Prodi | Berlusconi | Monti | Letta | Renzi | Gentiloni | Conte | Conte |
LN + FI/PDL oposición | LN + PDL coalición de Gobierno | LN oposición PDL apoyo |
LN oposición PDL gran coalición (con PD) |
LN oposición FI oposición |
LN oposición FI oposición |
LN coalición de Gobierno (con M5S) FI oposición |
LN oposición FI oposición |
Fuente: elaboración propia con datos de Bobba y McDonell (Bobba, G. y McDonnell, D. (2016). Different Types of Right-Wing Populist Discourse
in Government and Opposition: The Case of Italy. South European Society and Politics, 21 (3), 281-299. Disponible en:
Durante este período, la Lega pierde entonces un duro competidor en el espacio de la antipolítica, el centro-derecha de Berlusconi, al tiempo que gana otro, el Movimento 5 Stelle. Y es que la oportunidad surgida con la crisis también había sido aprovechada por este nuevo partido, formado en 2009, y cuyo gran salto electoral se produce en 2012 (cuando conquista la alcaldía de Parma en las elecciones locales y obtiene un excelente resultado en las elecciones regionales de Sicilia). Así, en las regiones más alejadas de los feudos tradicionales de la Lega, el M5S lograba capitalizar políticamente parte del clima de protesta frente a un partido que, a pesar de los esfuerzos por mantener una narrativa antisistema, ya acumulaba años de historia y responsabilidades de gobierno. Las bases, en cualquier caso, para una nueva interpretación ideológica de la política italiana en términos de soberanía frente a poderes transnacionales quedaban firmemente establecidas.
1992 | 1994 | 1996 | 2001 | 2006 | 2008 | 2013 | 2018 | |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Total nacional | ||||||||
Votos (millones) | 3,4 | 3,2 | 3,8 | 1,5 | 1,7 | 3 | 1,4 | 5,7 |
Porcentaje | 8,7 | 8,4 | 10 | 3,9 | 4,6 | 8,3 | 4,7 | 17,4 |
Escaños | 55 | 117 | 59 | 30 | 26 | 60 | 18 | 125 |
Norte de Italia | ||||||||
Friuli - Venezia Guilia | 17,1 | 16,9 | 23,2 | 8,24 | 7,2 | 13 | 6,7 | 25,9 |
Veneto | 17,3 | 21,6 | 29,2 | 10,2 | 11,1 | 27,1 | 10,5 | 32,2 |
Trento-Alto Adige | 8,9 | 7,6 | 13,2 | 3,7 | 4,5 | 9,4 | 4,2 | 19,2 |
Lombardia | 23 | 22,1 | 25,5 | 12,1 | 11,7 | 21,6 | 13 | 28 |
Piemonte | 16,3 | 15,7 | 18,2 | 5,9 | 6,3 | 12,6 | 4,8 | 22,6 |
«Cinturón Rojo» | ||||||||
Emilia Romagna | 9,6 | 6,4 | 7,24 | 2,6 | 3,9 | 7,8 | 2,6 | 19,21 |
Toscana | 3,1 | 2,2 | 1,8 | 0,6 | 1,1 | 2 | 0,7 | 17,4 |
Marche | 1,3 | 0 | 1,5 | 0 | 1 | 2,2 | 0,7 | 17,3 |
Otros | ||||||||
Umbria | 1,16 | 0 | 1,1 | 0 | 0,8 | 1,7 | 0,6 | 20,2 |
Liguria | 14,3 | 11,4 | 10,2 | 3,9 | 3,7 | 6,8 | 2,3 | 19,9 |
Fuente: elaboración propia con datos del Ministerio del Interior de Italia.
En 2012 Bossi tuvo que dimitir debido a las acusaciones de malversación de fondos
del partido. La elección de Matteo Salvini (nacido en 1973) en las primarias que organizó
el partido para determinar su futuro líder en el año 2013 marcó no solo la emancipación
de LN de su gran figura, sino también un cambio generacional. A nivel organizativo
el indicador que señaló el despliegue de una nueva estrategia política por parte de
Salvini fue el intento de expandirse al sur de Italia con una marca blanca de la Lega,
Noi con Salvini. En términos de programa político, la inmigración acabó de sustituir
completamente a la «causa de norte». (Ozzano, L. (2019). Religion, Cleavages and Right-Wing Populist Parties: The Italian
Case. The Review of Faith and International Affairs, 17 (1), 65-77. Disponible en:
Y aunque desde su retiro Bossi auguró que cualquier intento de nacionalizar el partido supondría su destrucción, las elecciones de 2018 convirtieron a la Lega en el partido hegemónico de la derecha italiana. Una simple comparación entre el perfil del votante leghista en dos momentos concretos (1996 y 2018) permite percibir que, actualmente, la Lega es —en clave de sociología electoral— un partido mucho más transversal que en sus orígenes y encuentra apoyos de forma más equitativa entre los diferentes estratos de la sociedad italiana (véase tabla 4).
1996 | 2018 | |
---|---|---|
Sexo | ||
Hombre | 66,2 | 49,3 |
Mujer | 33,8 | 50,7 |
Edad | ||
18-29 (2018: 18-34) | 27,9 | 25,5 |
30-49 (2018: 35-49) | 42,4 | 25,3 |
50-59 (2018: 50-64) | 19,7 | 28,3 |
60+ (2018: 65+) | 10 | 20,9 |
Educación | ||
Primaria | 30,5 | 26,8 |
Secundaria obligatoria | 48,1 | 34,1 |
Bachillerato | 19 | 21,8 |
Título universitario | 2,4 | 17,2 |
Actividad profesional | ||
Autónomos y profesiones libres | 16,3 | 16,6 |
Funcionarios y directivos | 19,5 | 19,2 |
Obreros | 25,7 | 16,7 |
Desempleados | 4,6 | 12,8 |
Estudiantes | 5,7 | 10,5 |
Amas de casa | 5,9 | 13,9 |
Jubilados | 22,3 | 10,3 |
Fuente: elaboración propia con datos de Ruzza (Ruzza, C. (2006). The Lega Nord: Towards Electoral Stability and Modest Success. En
L. De Winter, M. Gomez-Reino y P. Lynch (eds.). Autonomist Parties in Europe: Identity Politics and the Revival of the Territorial
Cleavage, Vol. II (pp. 219-246). Barcelona: Institut de Ciències Polítiques i Socials. 2006: 232) e Ipsos (Ipsos (2018). Elezioni Politiche 2018. Analisi del voto. Disponible en:
El atractivo de Salvini para algunos votantes de las formaciones de centro-izquierda
ya se había observado en las elecciones regionales del año 2015, donde la Lega fue
capaz de disputar algunas zonas tradicionalmente dominadas por las fuerzas progresistas.
Los subsiguientes comicios de 2018 no solo confirmaron la capacidad del líder de LN
para atraer votos procedentes de otros feudos políticos, sino que incluso permitieron
consagrarle como la gran cabeza del centro-derecha italiano: la LN había adelantado
a FI por vez primera en unas elecciones generales (Chiaramonte, A., Emanuele, V., Maggini, N. y Paparo, A. (2018). Populist Success in
a Hung Parliament: The 2018 General Election in Italy. South European Society and Politics, 23 (4), 479-501. Disponible en:
Podría decirse que la Lega ha triunfado precisamente ahí donde Rassemblement National no consiguió consolidarse. Es conocido que el partido de Marine Le Pen tuvo dos almas y dos opciones estratégicas: por un lado, proseguir la línea original que dio grandes éxitos en el sur para conquistar la derecha política francesa, con un discurso más convencional en economía y siguiendo la vía marcada por la Alleanza Nazionale de Fini; por otro, proseguir por el camino que les ha granjeado el voto obrero del norte proveniente del Partido Comunista, en una clara apuesta por la transversalidad y el discurso económico alternativo. La opción de Jean-Marie fue la primera, y la de Marine es la segunda.
Lo interesante, sin embargo, es que el debate político francés, habiéndose desplazado a una lucha entre liberalismo y populismo (en lugar de entre izquierda y derecha) no ha permitido a RN mantener simultáneamente ambas vías (por ejemplo, el partido de Marine Le Pen sigue teniendo una gran dificultad para asentarse en las grandes ciudades). La Lega de Salvini, en cambio, mantiene una ambigüedad que ha hecho posible recoger, al menos parcialmente, los frutos de ambas estrategias. Así, ha podido consolidarse, por un lado, como fuerza hegemónica de la derecha, al mismo tiempo que las incursiones en la transversalidad le han permitido arañar puntos en el tradicional electorado de izquierda. Y es que la tradición más antipolítica de la derecha italiana parece metabolizar o tolerar mejor este tipo de discurso, permitiendo un crecimiento sin grandes costes en el electorado más conservador. Esta doble vertiente ideológica ha permitido a la Lega tanto pactar con la derecha tradicional como hacerlo con el populismo del M5S en la coalición gialloverde.
El precio que pagar, sin embargo, proviene de otro lugar: a pesar de las reiteradas
declaraciones de Salvini en las que asegura que «la Lega no se ha olvidado del federalismo»
—por ejemplo, en su respuesta a un artículo de Roberto Maroni (Maroni, R. (2018). Il federalismo dimenticato dalla Lega di Salvini. Il Foglio, 27-2-2018. Disponible en:
Así, mientras la Unión Europea sea percibida como el antagonista fundamental, la confrontación
a través de la política nacional puede ser vista como una vía aceptable para el electorado
regionalista (Mazzoleni O. y Ruzza C. (2018). Combining regionalism and nationalism. The Lega in
Italy and the Lega dei Ticinesi in Switzerland. Comparative European Politics, 16 (6), 976-992. Disponible en:
Por ejemplo, considérese que gran parte de la obra de Gianfranco Miglio, uno de los primeros ideólogos de la Lega Nord, senador entre 1992 y 1994, estaba dedicada a mostrar que el Estado nación moderno era una forma política en declive y caduca, y que el futuro solo podía pasar por el federalismo y el renacimiento de las regiones como forma de asociación. Esta crítica de Miglio es solidaria precisamente de una crítica al concepto de soberanía (Miglio, G. (2016). Scritti Politici. Roma: Pagine s.r.l.Miglio, 2016: 212-3). Alain de Benoist, el teórico de la Nouvelle Droite, cuyos artículos fueron traducidos en La Padania, a pesar de algunas diferencias teóricas con Miglio, insistía en que «frente a la mundialización, la gente se repliega sobre las comunidades inmediatas, que son como familias ampliadas». Además, señala, resultaría contradictorio situarse contra la homogenización llevada a cabo por la globalización, pero no hacerlo contra la homogenización que lleva a cabo el Estado nación. Así pues, «el retorno de la comunidad es la afirmación del primado de las entidades naturales y culturales sobre el Estado» (De Benoist, A. (2002). Critiques. Théoriques. Lausanne: L’Age d’Homme.De Benoist, 2002: 504).
Matteo Salvini, en cambio, cree que su insistencia en la soberanía de Italia frente
al exterior no está reñida con la asunción del federalismo como forma de organización
territorial del Estado. «Este país está junto solamente, como había dicho el genio
de Gianfranco Miglio, con el federalismo, con el conjunto de la diversidad». De esta
forma, el proyecto nacional de la Lega y la vocación del norte consiguen hacerse dos
proyectos coherentes o, al menos, no mutuamente excluyentes (Cremonesi, M. (2018). Salvini liquida il centrodestra: la prospettiva è popolo contro
élite. Il Corriere della Sera, 22-05-2018. Disponible en:
Este nuevo posicionamiento alineaba claramente a la Lega dentro de la familia de partidos
populistas eurófobos: «Estoy orgulloso de haber llegado a acuerdos con Marine Le Pen
—dice Salvini—, con los austríacos, y también con Putin. Esta es la vía, después cada
uno verá. Porque si hoy voy a llamar a Roma me responde un ujier, o como mucho Renzi.
El verdadero enemigo es Bruselas» (Cremonesi, M. (2018). Salvini liquida il centrodestra: la prospettiva è popolo contro
élite. Il Corriere della Sera, 22-05-2018. Disponible en:
Sin embargo, entre las piezas cambiantes también destacan elementos de estabilidad:
en su estatuto aprobado a finales de 2019, el partido mantiene su nombre original,
Lega Nord per l’Indipendenza della Padania ( Lega Nord (2019). Statuto della Lega Nord per l’indipendenza della Padania. Approvato dal Congresso
Federale Straordinario, 21-12-2019. Disponible en: https://bit.ly/3hWDzJk
Con todo, este euroescepticismo encuentra un acomodo ideológico natural en sectores importantes del partido. Por ejemplo, puede combinarse con una defensa de los valores tradicionales provida, para la cual el orden de las instituciones internacionales está relacionado con una nueva religión de sustitución. Lorenzo Fontana, ministro en el Gobierno de Conte, publicó un libro con Ettore Gotti Tedeschi, prologado por Matteo Salvini, sobre el origen demográfico de la crisis europea. Así, la crisis es percibida desde una perspectiva civilizacional que requiere medidas sociales de largo alcance, como el estímulo de la natalidad y la defensa de la familia (Fontana L. y Gotti Tedeschi, E. (2018). La culla vuota della civilità. All’origine della crisi. Verona: Gondolin. Fontana y Gotti Tedeschi, 2018). Frente a este proyecto de revitalización europea, se encuentra una suerte de nuevo totalitarismo moral patrocinado por las instituciones internacionales. «La idea de sustituir a mamá y papá por otras definiciones como aquellas de progenitor 1 y progenitor 2 pertenece a la subcultura de quien quiere acabar con la identidad y manipular a las personas reduciéndolas a números» (Salvini, M (2018). Prefazione. En L. Fontana y E. G. Tedeschi (eds.). La culla vuota della civilità. Verona: Gondolin. Salvini, 2018: 38).
Asimismo, esta defensa de la familia permitía a Salvini presentar en clave social una medida como el flat tax, particularmente beneficiosa para el electorado del norte y en coherencia con su tradición más liberal. «Nuestra flat tax —dice Salvini en el mencionado prólogo— va precisamente en esa dirección, produciendo una auténtica revolución. Con su adopción, el núcleo fiscal será la familia (superando de tal modo la idea del contribuyente individual)» (Salvini, M (2018). Prefazione. En L. Fontana y E. G. Tedeschi (eds.). La culla vuota della civilità. Verona: Gondolin. Salvini, 2018: 37). Este tipo de ambigüedad es la que, sin lugar a duda, permite al líder de la Lega mantener una cierta fidelidad a las causas tradicionales, al tiempo que busca otros electorados. Al mismo tiempo que la Lega se volcaba con la aprobación de la flat tax, también defendía medidas expansivas o intervencionistas, como eliminar la reforma Fornero de las pensiones.
Es preciso recordar que en el aspecto económico la Lega adoptó tradicionalmente un discurso neoliberal al estilo Thatcher, aunque siempre manteniendo una defensa de las pequeñas y medianas empresas frente a las grandes o a las multinacionales beneficiadas por el Estado. También el Front Nacional francés mantuvo en la primera etapa un discurso liberal en economía, continuando, de alguna forma, con la tradición poujadista que vinculaba la libertad fiscal con la defensa de unas clases medias expoliadas por la ineficiencia y la voracidad del Estado. En un manifiesto del año 1994, la LN se posicionó contra el supuesto estatismo defendido por los partidos principales: «Libertad en la economía y las instituciones: eso es el gran valor compartido en todo el Norte» (Biorcio, R. (2017). The Northern League. En O. Mazzoleni y S. Mueller (eds.). Regionalist Parties in Western Europe: Dimensions of Success (pp. 135-152). London; New York: Routledge.Biorcio, 2017: 142). Para Gianfranco Miglio, no es que la Lega Nord fuese neoliberal; es que el norte de Italia era idiosincráticamente neoliberal, y la Lega no hacía sino representarlo (Miglio, G. (2016). Scritti Politici. Roma: Pagine s.r.l.Miglio, 2016: 97). Desde esta perspectiva, el neoliberalismo se contrapone al enorme poder de los partidos políticos en un régimen partitocrático donde la política aparece como una actividad parasitaria, incrustada en el tejido económico.
Obviamente, esta tradición tiene un encaje complicado en la narrativa que a menudo surge en los partidos de protesta alimentados por la crisis de 2011. Mientras que la vinculación de neoliberalismo y antipolítica llevaba en los años noventa a concebir la actividad política como parasitaria de la economía, los mensajes antisistema salidos de la crisis de 2011, muy al contrario, culpaban principalmente a los poderes económicos de estar vaciando de contenido real la soberanía y dejar así a los políticos sin margen de maniobra. Estas dos visiones aparentemente contradictorias de la relación entre política y economía podían compatibilizarse, no obstante, atendiendo al tipo de actividad económica al que se dirija. Así, de la misma forma que el poujadismo o el neoliberalismo antipolítico, la defensa de la libertad fiscal frente al Estado puede hacerse populista si se refiere a la economía a pequeña escala. Si, en cambio, se trata de multinacionales, el discurso populista contra el dominio de la economía puede compatibilizarse con una cierta defensa pequeñoburguesa de la libertad fiscal. De esta forma, el mantenimiento simultaneo de, por un lado, una postura enraizada en la tradición liberal y contraria a los impuestos del norte y, por otro, una identidad salida de la protesta populista frente a la Unión Europea y los poderes transnacionales resulta posible, si bien difícil.
Con todo, el perfil de protesta más puro y sin simpatía alguna por las propuestas de libre mercado sigue teniendo en Italia al Movimento 5 Stelle como opción predilecta. La Lega, asimismo, continúa presentándose como una gran defensora de la gestión privada, a pesar de esforzarse por aparecer también como una abanderada de las políticas de protección y bienestar para todos los italianos. Queda por determinar si en un futuro próximo la Lega podrá seguir creciendo en el centro-derecha, al mismo tiempo que busca el voto de protesta que absorbió el Movimento 5 Stelle.
La Lega Nord, desde su fundación, y durante sus treinta años de historia, ha pasado por grandes cambios organizativos, ideológicos y electorales. Nuestro objetivo ha sido mostrar la pertinencia de teorías distintas dependiendo del momento de la evolución del partido, para acabar dando preminencia a la tesis de que se ha impuesto una convergencia con la corriente populista europea, por encima de las particularidades tradicionales que vinculaban a la Lega con la cuestión septentrional.
En nuestra opinión, la secular fractura centro/periferia y la existencia de distintas subculturas territoriales explican la naturaleza primera del movimiento. Asimismo, la quiebra de la primera república y de la DC ofrecen una oportunidad inmejorable para la expansión y consolidación del partido. Sin embargo, la posterior evolución ideológica y la nacionalización de su electorado hacen pensar en la confluencia con otros grandes partidos de su familia ideológica en Europa: «La literatura demuestra —dice Zaslove (Zaslove, A. (2011). The Re-invention of the European Radical Right: Populism, Regionalism, and the Italian Lega Nord. Montreal: McGill; Queens University Press.2011:205)— que los partidos radicales populistas de derecha han convergido hacia una familia de partidos común, y que estos nuevos partidos de derecha ahora influyen en el sistema de partidos, en las políticas públicas y en le discurso público —sobre todo en inmigración, pero no exclusivamente—».
«Pienso —dice Salvini— que las viejas definiciones de las categorías de “derecha”
y de “izquierda” se han hecho demasiado viejas. […]. A la Lega la votan los trabajadores
y los emprendedores, los ricos y los pobres, las personas con estudios o sin ellos»
(Salvini, M (2016). Dugin intervista Salvini a Mosca. StopFake, 23-11-2016. Disponible en:
Por supuesto, los argumentos populistas podían encontrarse en la retórica del partido ya en su nacimiento (hemos hablado de las similitudes entre los universos ideológicos de algunas subculturas territoriales y del populismo). La Lega Nord hizo gala desde su fundación de una identidad antisistema que reclamaba luchar contra una burocracia ineficiente, hipertrofiada, parasitaria y, en última instancia, antidemocrática —viniese esta de Roma o de Bruselas—. La nacionalización del partido disgustó, como no podía ser de otra forma, a quienes dan preponderancia a la fidelidad ideológica, pero lo cierto es que la Lega ha conseguido expandir sus apoyos, tanto geográfica como socialmente, y consolidarse como la fuerza protagonista de la política italiana en los últimos años.
Todavía hasta hace poco algunos consideraban que el silenciamiento de la cuestión
del norte era en realidad un mero repliegue estratégico (Albertazzi, D., Giovannini, A. y Seddone, A. (2018). No regionalism please, we are
Leghisti! The transformation of the Italian Lega Nord under the leadership of Matteo
Salvini. Regional and Federal Studies, 28 (5), 645-671. Disponible en:
Así, al margen de la intención, lo cierto es que algo profundo ha cambiado en los últimos veinte años para que la movilización política se consiga dirigiendo el discurso contra la Unión Europea y la globalización (enemigos comunes para un gran número de partidos en casi toda Europa), y no al Estado italiano (ahora considerado, al contrario, como el baluarte de defensa frente a la Unión Europea). No deja de resultar irónico que, desde este nuevo papel, Salvini deba erigirse en portavoz de una causa sureña dentro de Europa (defendiendo, por ejemplo, el aumento del déficit).
¿En qué ha consistido ese cambio profundo? Aquí se deben combinar las explicaciones estructurales con aquellas que hacen referencia a la creciente organización y la efectividad en la movilización (Zaslove, A. (2011). The Re-invention of the European Radical Right: Populism, Regionalism, and the Italian Lega Nord. Montreal: McGill; Queens University Press.Zaslove, 2011:13). Por un lado, existe una creciente ansiedad en el electorado vinculada a la inmigración ilegal o a la deslocalización de la economía en la nueva representación ideológica de las luchas políticas globales; por otro, los partidos populistas exitosos han perfeccionado su organización, han contado con liderazgos efectivos y carismáticos y han convergido ideológicamente creando una fuerte unidad narrativa: «Los partidos populistas de derechas aprendieron los unos de los otros, ya sea directa o indirectamente» (ibid.: 196).
Asimismo, la retórica anti-Bruselas ha permitido a la Lega sortear una problemática existencial desde los tiempos de Bossi; a saber, la de mantenerse al margen como outsider o formar parte de Gobiernos. De esta forma, la vinculación del partido con el poder puede sortearse al señalar a otro núcleo de poder mayor contra el cual se trata de recuperar espacios de acción política para el pueblo soberano.
Por último, la rapidez con la cual un movimiento que nació como expresión de la fractura territorial nacionalizó su identidad, en lo que constituye un caso realmente excepcional a nivel histórico, arroja luz, en nuestra opinión, sobre la gran debilidad —comparada con la estabilidad del secesionismo en otros Estado nación europeos— del regionalismo en Italia. Y es que todas las explicaciones posibles sobre las condiciones que posibilitaron dicho cambio no responden, en nuestra opinión, a la pregunta principal para quien observa la realidad política italiana desde España: la nacionalización de un partido que llegó a ser secesionista, ¿cómo fue siquiera imaginable?
[1] |
Las naciones fundadoras respectivas a los movimientos autonomistas eran: Lombardia (Lega Lombarda),
Véneto (Liga Veneta), Piamonte (Piemont Autonomista), Liguria (Union Ligure), Friuli,
Trieste, Trentino, Emilia Romagna (Lega Emiliano-Romagnola), Toscana (Alleanza Toscana,
Lega Toscana y Movimento per la Toscana). Poco más tarde se sumaron el Alto Adigio
(Südtirol), el Valle d’Aosta, Umbria y Marche. Esta división se ha mantenido, a pesar
del proceso de nacionalización del partido, en el Estatuto de la Lega aprobado en 2019. Cf. Lega Nord (Lega Nord (2019). Statuto della Lega Nord per l’indipendenza della Padania. Approvato dal Congresso
Federale Straordinario, 21-12-2019. Disponible en:
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[2] |
«Cada nación se divide en “delegaciones territoriales” sobre la base de la resolución
del Consejo Federal» (Lega Nord (2019). Statuto della Lega Nord per l’indipendenza della Padania. Approvato dal Congresso
Federale Straordinario, 21-12-2019. Disponible en:
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[3] |
Sin embargo, entre las piezas cambiantes también destacan elementos de estabilidad:
en su estatuto aprobado a finales de 2019, el partido mantiene su nombre original,
Lega Nord per l’Indipendenza della Padania (Lega Nord (2019). Statuto della Lega Nord per l’indipendenza della Padania. Approvato dal Congresso
Federale Straordinario, 21-12-2019. Disponible en:
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|
Albertazzi, D., Giovannini, A. y Seddone, A. (2018). No regionalism please, we are Leghisti! The transformation of the Italian Lega Nord under the leadership of Matteo Salvini. Regional and Federal Studies, 28 (5), 645-671. Disponible en: https://doi.org/10.1080/13597566.2018.1512977. |
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