RESUMEN
En los últimos años, los partidos políticos se han lanzado a por el voto de la llamada España vacía. Una parte de España, donde la despoblación reciente ha sido acusada, reparte como mínimo 79 escaños en el Congreso de los Diputados y se ha convertido en un gran activo electoral. ¿Pero cuál es la relación entre la despoblación y el voto? ¿La pérdida de población ha conllevado que algunos partidos hayan ganado o perdido votos? ¿O la abstención ha subido/bajado? Utilizando una nueva base de datos que tiene en cuenta los patrones de voto y las dinámicas de despoblación entre 2008 y 2019, este artículo pretende contribuir a la literatura existente analizando ambos fenómenos y dando respuesta a una relación que todavía no conocemos. Para ello utilizamos las cinco comunidades autónomas que según Sergio del Molino (2016) integran la España vacía. Los análisis estadísticos indican que la despoblación está relacionada con un aumento significativo de la movilización y del voto a partidos conservadores, un efecto fundamentalmente debido a cambios composicionales demográficos, esto es, a que los jóvenes, más de izquierdas de media, son los más propensos a irse a vivir a zonas urbanas.
Palabras clave: Geografía política; voto; participación electoral; derecha y declive demográfico.
ABSTRACT
Over the last years, political parties have increased their efforts to garner electoral support in the so-called ‘empty Spain’. A part of Spain, where recent depopulation dynamics have been intense, allocates 79 parliamentary seats in the Spanish Congress of Deputies and it has emerged as an important electoral asset. Yet, what is the relationship between depopulation and political behaviour? Has the decrease in population benefited or damaged certain parties? As a result of it, has electoral participation increased or decreased? Using a new dataset that includes the share of the votes of different parties and the depopulation dynamics between 2008 and 2019, this article aims at contributing to the existing literature by analysing a phenomenon which we still know little about. To do so, we use the five regions that, according to Sergio del Molino (2016), make up Empty Spain. The analyses indicate that depopulation is related to a significant increase of mobilization and vote for the conservative parties, an effect that is fundamentally driven by demographic compositional changes triggered by young people, who are more likely to be left-wing, but also more likely to move out to urban areas.
Keywords: Political geography; vote; turnout; right-wing and demographic decline.
El presente artículo analiza el efecto de la despoblación sobre el comportamiento electoral en los municipios durante las seis elecciones generales transcurridas entre 2008 y 2019. Para ello tomamos como unidad de análisis la España vacía, entendida en un sentido territorial como las comunidades autónomas de Aragón, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura y La Rioja. Asumimos la conceptualización de Sergio del Molino, precursor del concepto, quien entiende que estas reúnen condiciones similares tanto en términos demográficos como carencia de infraestructuras (2016). Se investiga, por tanto, el potencial efecto mediante la alteración endógena en la composición de los municipios que este declive demográfico genera sobre la orientación del voto y la participación electoral. ¿Ha influido este río revuelto de la movilidad demográfica sobre el voto a los partidos de derecha en las elecciones generales transcurridas entre 2008 y 2019?
En lo que a este campo de investigación se refiere, existen dos tipos de enfoques. Por un lado, el que analiza el efecto de los declives demográficos sobre la participación electoral y, por otro, los que centran este fenómeno sobre el voto a formaciones populistas dentro de las dinámicas de lugares rezagados (left-behind). Este trabajo contribuye a una nueva línea de investigación al estudiar el efecto de la despoblación no solo sobre la participación, sino también sobre la orientación del voto según la lógica izquierda-derecha.
La despoblación es un fenómeno que en menor o mayor grado ha estado presente en gran parte de la historia reciente de España. Sin embargo, no fue hasta los prolegómenos de la crisis económica de 2008 cuando el debate sobre la sostenibilidad del modelo demográfico empezó a cobrar importancia. En concreto, el foco del debate se acabaría centrando política y mediáticamente sobre la definición territorial —las autonomías del interior peninsular— que Sergio del Molino aportó de la España vacía (2016). En estas zonas la despoblación coexiste con problemas económicos y sociales estructurales, un patrón que ha centrado la atención de estudios previos (Pinilla y Sáez, 2017; Valls et al., 2008; Bielza, 2003). Desde un punto de vista partidista, la España vacía es un gran activo electoral. Por ejemplo, para las elecciones generales de noviembre de 2019 esta demarcación repartió 79 escaños sobre el total de 350 del Congreso de los Diputados, lo que se corresponde con una cuarta parte del hemiciclo. Además, se trata de circunscripciones con una magnitud de distrito pequeña y una tradicionalmente elevada lealtad de voto. Todo esto las ha convertido en unas zonas de alto valor electoral debido a los sesgos favorables que el sistema electoral español genera (Lago y Montero, 2005).
Para estudiar la relación entre el declive demográfico y el comportamiento electoral, este artículo adopta un enfoque cuantitativo. Más concretamente, se ha construido una base de datos que recoge, a nivel municipal, los resultados electorales en los comicios generales celebrados entre 2008 y 2019. Los resultados de los diferentes modelos de regresión muestran que la despoblación tiene un efecto positivo tanto en el voto a la derecha como en la participación electoral. Es decir, nuestros modelos estadísticos indican que cuando la población de un municipio cae 10 puntos porcentuales, la derecha consigue de media un porcentaje 0,11 mayor de votos. Probamos, además, que el mayor voto a la derecha viene determinado, en gran parte, por la alteración endógena de la composición de los municipios donde la despoblación deja una población más envejecida y, por ende, más conservadora.
La despoblación ha sido y es un problema que asola a numerosos países occidentales, entre los que podemos destacar los del sur de Europa (Dijkstra et al., 2013). Pese a la gran relevancia que este fenómeno ha adquirido en los últimos tiempos, existe un vacío en la literatura de ciencias sociales. A pesar del esfuerzo académico reciente sobre el tema, no existen estudios concluyentes que analicen las consecuencias de este fenómeno, en especial para el caso de España.
Los estudios académicos sobre los efectos de las migraciones en el comportamiento electoral se han centrado especialmente en la inmigración. Analizan cómo la llegada de extranjeros procedentes de otros países condiciona el voto a nivel agregado y contextual (Iglesias-Pascual, et al., 2021; Kaufmann, 2018; Hainmueller y Hopkins, 2014). Por el contrario, los estudios relativos a los procesos de despoblación —o migraciones interiores— han ocupado un espacio relativamente residual.
A la hora de examinar el efecto político de la despoblación existen, en términos generales, dos tipos de estudios. Por un lado, los que relacionan el declive demográfico y la participación electoral (Akarca y Tansel 2015; Goodman y Hiskey 2008) y, por otro, los que analizan este fenómeno sobre el voto a partidos populistas o de derecha radical. Esta segunda tipología, creciente en la academia, considera que la pérdida de población es consecuencia del abandono institucional que sufren ciertas zonas en decrecimiento económico. Los investigadores suelen hacer referencia a estos lugares como «rezagados» (left-behind) (Gordon, 2018; Rodríguez-Pose, 2018). Aunque la mayoría de estos estudios incorpora el declive demográfico como una variable secundaria, Rickardsson (2021) o van Leeuwen et al. (2021) le han dado una importancia central en sus investigaciones. El primero de estos encuentra que en Suecia el voto a la derecha radical populista (DRP en adelante) es mayor en los lugares con decrecimiento —o poco crecimiento— poblacional (Rickardsson, 2021). El segundo, para Países Bajos, evidencia unos resultados similares, si bien en su caso desaparece la relación cuando se tienen en cuenta los efectos contextuales y composicionales (van Leeuwen et al., 2021).
Ambas vertientes convergen en la idea de que la despoblación —o el declive demográfico— provoca en el individuo unos sentimientos de desafección e insatisfacción hacia la política. Dos de los escasos estudios que abordan esta situación desde la perspectiva de la participación electoral se centran en contextos muy diferentes al español. En concreto, encuentran evidencias en México y Turquía[2] de que, cuanto mayor es el declive demográfico, menor es la concurrencia a las urnas en el lugar de origen (Akarca y Tansel, 2015; Goodman y Hiskey, 2008). Los autores consideran que en los lugares con altas tasas de despoblación, los ciudadanos que no emigraron culpan a sus instituciones de esta situación. Esto propicia que sean más propensos a considerar la política formal como ineficaz para satisfacer sus necesidades cotidianas (Goodman y Hiskey, 2008: 170). En este sentido, los municipios con mayor pérdida poblacional son precisamente los que menos confían en los Gobiernos nacionales (van Leeuwen et al., 2021). Otros autores han considerado que el abandono de ciertos municipios puede dar lugar a resentimientos basados en el lugar (Huijsmans, 2022; Munis, 2020), en especial para las zonas rurales (Cramer, 2016).
En definitiva, se aprecia una clara tendencia a considerar que la despoblación influye sobre el comportamiento electoral. En algunos casos se manifiesta mediante la insatisfacción política que aumenta la abstención en los municipios con pérdidas poblacionales. En otros casos, emana un resentimiento político que incentiva el voto a formaciones populistas. Sin embargo, los pocos estudios que se han realizado hasta el momento no son concluyentes y en muchas ocasiones se centran en contextos muy distintos al español. La presente investigación trata de abrir una tercera vía en los estudios sobre los efectos electorales de la despoblación, analizando sus implicaciones sobre el voto en función de la orientación ideológica del partido.
El fenómeno de la despoblación tiene un carácter marcadamente rural (Nieto et al., 2020; Artal et al., 2015). Por tanto, resulta necesario considerar la ruralidad y su comportamiento electoral en el marco del declive demográfico desde diferentes puntos de vista.
En primer lugar, y siguiendo a Hobolt y Tilley (2016), el mundo rural ha sido el principal caladero de votos de los partidos tradicionales (Fernández-Gracia y Lacasa, 2018; Valero-Oteo, 2017). Por el contrario, los nuevos partidos surgidos de la eclosión del sistema de partidos postcrisis cuentan con un electorado marcadamente urbanita (Marcos-Marne et al., 2020; Ramiro, 2016). En lo referente a la orientación ideológica del voto, para el caso de España, Tapiador y Mezo (2009) demuestran que existe un predominio conservador en el medio rural, un patrón similar más allá de las fronteras españolas (Jennings y Stoker, 2019; McKee, 2008). Los argumentos esgrimidos apuntan a la religiosidad, dedicación a trabajados manuales, así como la baja diversidad y pluralismo social de estos territorios como factores propicios para el éxito de los partidos de corte conservador.
El mundo rural presenta una sociología particular. Bajo el paraguas de la «geografía del descontento» existe una basta literatura que demuestra cómo, comparativamente, las áreas rurales son más desconfiadas y desafectas políticamente que los entornos urbanos (Mitsch et al., 2021; Dijkstra et al., 2020). En muchos casos, estas zonas han sido un terreno especialmente fértil para el avance de formaciones o candidatos populistas (Rickardsson, 2021; Rodríguez-Pose et al., 2020), así como del voto euroescéptico (de Dominicis et al., 2020; Dijkstra et al., 2020).
En segundo lugar, los estudios sobre movilización electoral apuntan que los municipios de menor tamaño son comparativamente más participativos que las ciudades[3] (García-Rodríguez y Redmond, 2020; Trujillo et al., 2015; Kavanagh et al., 2004; Justel, 1995). Los autores utilizan argumentos de diferente naturaleza, entre los que destacamos tres. Desde una perspectiva racional, un elector tendrá más incentivos a participar cuanto mayor sea su probabilidad de emitir un voto decisivo (Blais, 2000), cuestión que sucede en mayor medida en municipios pequeños (Cancela y Geys, 2016; Geys, 2006). Un enfoque sociológico propone que en los municipios pequeños se da una mayor presión social hacia la participación (Ortega et al., 2011). Por último, desde un modelo psicológico, los hábitats pequeños favorecen la integración de los individuos y «despierta un mayor sentido cívico de comunidad» (Ortega et al., 2011, p. 75) que, como consecuencia, favorece la acción política. Tampoco debe ser minimizado el efecto de proximidad física (Dupeux, 1952). En los núcleos rurales, la proximidad del colegio electoral y reducidas colas reducen notablemente los costes de acudir a las urnas.
Conceptualmente, podemos entender la despoblación como un «fenómeno demográfico y territorial que consiste en la disminución del número de habitantes de un territorio en relación con un periodo anterior como consecuencia de un crecimiento vegetativo negativo, un saldo migratorio negativo o ambos simultáneamente» (Merino y Prats, 2020). No debe ser entendida, por tanto, como un proceso espontáneo, sino que se trata de un proceso prolongado en el tiempo (Asociación Española de Geografía y Colegio de Geógrafos, 2018). En este sentido, dado su carácter prolongado en el tiempo, entenderemos despoblación y declive demográfico como similares.
En los últimos años, pese a no ser un fenómeno nuevo, la despoblación ha cobrado una gran atención política y mediática. No en vano, partidos o agrupaciones electorales centrados en esta problemática como Teruel Existe o Soria ¡Ya! han logrado representación en el Congreso de los Diputados y las Cortes de Castilla y León, respectivamente. A diferencia de éxodos rurales anteriores, en la actualidad —gracias a ensayos como La España vacía: viaje por un país que nunca fue de Sergio del Molino (2016) o al programa «Tierra de Nadie» de Salvados— se ha despertado una conciencia colectiva en los territorios implicados sobre esta situación (Collantes y Pinilla, 2019).
La tendencia demográfica española se constata especialmente en el vaciamiento de los municipios de menor tamaño (Federación Española de Municipios y Provincias, 2017). Tanto es así que en 2017 cerca de 1840 municipios estaban en «riesgo de despoblación irreversible»[4] (Recaño, 2017). Cartografiamos este fenómeno en la figura 1[5], donde mostramos las variaciones demográficas de todos los municipios de España dentro del intervalo temporal sometido a estudio. La representación nos muestra dos tendencias diametralmente opuestas. Por un lado, las ganancias se dan principalmente en las zonas litorales mediterráneas, atlántica meridional y el cantábrico vasco, así como en las áreas interiores cercanas a Madrid. Por otro lado, las mayores pérdidas de población vienen de la zona interior de la península, principalmente del entorno del Sistema Ibérico, lo que Sergio del Molino acotó como «España vacía» (2016) y que a continuación expondremos.
Desde un punto de vista regional, la España vacía está constituida por las comunidades autónomas de Aragón, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura y La Rioja. Su superficie de 268 083 km2 —un 53,12 % de la superficie total de España— aloja tan solo a cerca de 7 millones de habitantes, un 15 % del total nacional. Sin embargo, aun no siendo la despoblación un problema exclusivo de esta definición de la España vacía —también se da en algunas zonas del interior de Galicia, Cantabria o Andalucía— son estas las comunidades autónomas donde se dan mayores tasas de pérdidas de habitantes, una carencia de infraestructuras que limitan la recuperación demográfica y nuevos partidos que han adoptado las narrativas contra la desigualdad territorial y políticas que palien la despoblación.
El concepto de la España vacía, por su carácter incipiente y novedoso, aún no ha sido muy utilizado en estudios políticos o electorales. Si bien, en este caso los municipios que la integran presentan un contexto uniforme idóneo para un primer acercamiento empírico al estudio de las consecuencias electorales de la despoblación.
Por último, analizamos el fenómeno de la despoblación en España para poder deducir y discutir sobre sus consecuencias electorales. Para ello, adoptamos dos enfoques.
Desde una perspectiva direccional, la mayoría de los movimientos migratorios de España son de naturaleza interna, es decir, tienen su origen y su destino dentro de la fronteras (González-Ferrer, 2013). Atendiendo a la tipología de los municipios, hay una clara prevalencia a que el origen sean las áreas rurales (Sánchez-García et al., 2022; Nieto et al., 2020; Pinilla et al., 2008). Por contraposición, el destino suele ser urbano, en particular hacia las capitales de provincia y grandes urbes. Como consecuencia de la subida en los precios del alquiler de muchas de estas zonas, recientemente las ciudades medias en áreas funcionales de grandes ciudades han sido un caladero recurrente para migrantes rurales próximos a esas zonas (Escudero Gómez et al., 2019).
Desde un punto de vista individual, tratamos de conocer la idiosincrasia de los migrantes y sus motivaciones. La despoblación está causada por razones políticas y económicas (Viñas, 2019). La situación de desequilibrio estructural que muchos municipios sufren, hace que estos sean más propensos al declive demográfico. En este sentido, la decisión de migrar está condicionada por los factores económico-laborales (Romero, 2018; Domingo y Sabater, 2014). No solo el dinamismo laboral de las ciudades, sino también los salarios comparativamente superiores (Nieto et al., 2020) y la calidad de vida (Navarro-Azorín y Artal-Tur, 2015). Por ejemplo, Artal et al., (2015) encuentran una relación inversa entre la tasa de paro y la llegada de inmigrantes, de tal forma que las provincias con mayores niveles de desempleo son las que menos ciudadanos reciben. Otras investigaciones como la de Lykke et al. (2021) evidencian que los municipios rurales en los que se redujeron las escuelas tuvieron mayores pérdidas de población. Podemos pensar, de esta forma, que el deterioro de ciertos servicios públicos ahonda el declive demográfico. En relación al perfil sociodemográfico de los migrantes, en España se define como mujeres jóvenes con altos niveles educativos (Díez y Pardo, 2020; Nieto et al., 2020). Este grupo de personas con altas cualificaciones emigra, por lo general, a las ciudades donde gozan de oportunidades profesionales adaptadas a su formación.
¿Cómo habrá influido la despoblación sobre el comportamiento electoral? La investigación parte de las tres siguientes hipótesis:
Hipótesis 1. La derecha obtendrá mayores porcentajes de voto en los municipios cuanto mayor sea la despoblación del mismo
Para justificar esta hipótesis, al igual que hicieron otros autores con el fin de relacionar el efecto de la despoblación sobre el apoyo a la DRP en Suecia (Dancygier et al., 2022), planteamos un argumento composicional. Haciendo referencia a lo expuesto unos párrafos atrás, el perfil del migrante en España es (mujeres) jóvenes con altos niveles educativos (Díez y Pardo, 2020; Nieto et al., 2020; González-Leonardo et al., 2019; González-Leonardo y López-Gray, 2019). La composición demográfica de los municipios en declive poblacional sufre alteraciones endógenas, lo que resulta en una mayor presencia relativa de hombres de edades avanzadas. El municipio despoblado presenta, en consecuencia, una estructura demográfica más favorable para los partidos conservadores. Entendemos, por tanto, que los efectos de autoselección ocasionados por la despoblación —la masculinización y envejecimiento de los municipios— favorece el éxito de partidos de derecha en la España vacía.
En el caso de la participación electoral, el fenómeno es más complejo. Tanto es así que podemos considerar dos posibles resultados:
Hipótesis 2A. La participación electoral en los municipios será menor cuanto mayor haya sido su despoblación
Para respaldar esta hipótesis utilizamos dos argumentos. En primer lugar, desde un enfoque conductual, será más probable que en los municipios donde hay despoblación los individuos desarrollen desafección política (Akarca y Tansel, 2015), máxime cuando esta despoblación se da en zonas rurales, que ya de por sí son más propensas a mostrar este tipo de sentimientos (Mitsch et al., 2021; Dijkstra et al., 2020; Cramer, 2016). En segundo lugar, desde una perspectiva composicional, y asumiendo que la configuración demográfica que queda en el municipio después de la despoblación son estratos más envejecidos y menos formados, ambos se adaptan a perfiles menos participativos electoralmente (Smets y van Ham, 2013). Por tanto, ambas aproximaciones nos invitan a pensar que habrá una relación negativa entre la participación y la despoblación.
Hipótesis 2B. La participación electoral en los municipios será más elevada cuanto mayor haya sido la despoblación de los municipios
Ahora bien, ¿qué ocurre si la despoblación no genera desafección? Otro mecanismo causal plausible es que el declive demográfico provoque insatisfacción política en estos municipios. En este sentido, existen estudios que demuestran como la insatisfacción, por diferentes motivaciones, afecta positivamente a la participación electoral (Ezrow y Xezonakis, 2016; Holian, 2011). Para el caso que nos atañe, cabe pensar que el deterioro de los servicios públicos y el déficit poblacional genere en los habitantes de estos municipios una insatisfacción política que les movilice en mayor medida a las urnas. Además, las zonas rurales, principal foco de declive poblacional, por lo general se han caracterizado por ser más participativas electoralmente que las zonas urbanas (Ortega et al., 2011).
En definitiva, existen argumentos de peso para pensar que, por un lado, la despoblación genere desafección en los municipios que se despueblan y por lo tanto se reduzca la movilización electoral. Por el contrario, también puede ocurrir que el declive poblacional provoque insatisfacción política y la participación sea mayor.
Con el propósito de testar la validez de las hipótesis previamente presentadas ha sido necesaria la toma de algunas decisiones en el diseño del trabajo. A continuación, las exponemos y justificamos.
La unidad de análisis que usamos es el total de municipios (cerca 4460) que integran las regiones de la España vacía. Por diferentes motivos, esta demarcación, aunque artificial en términos políticos y administrativos, se presenta como un marco idóneo para un primer estudio sobre los efectos electorales de la despoblación. Por un lado, es una demarcación donde la problemática del declive demográfico es y ha sido un problema estructural, con motivaciones y naturaleza muy similares. Por otro, la configuración de los sistemas de partidos de las diferentes regiones, con escasa relevancia de partidos de ámbito no estatal, permite hacer un análisis del voto unidimensional en función de la naturaleza ideológica de los partidos, sin la necesidad de tener en cuenta otras dimensiones como la regionalista-nacionalista. Si bien, de esta decisión se entiende que las conclusiones presentadas por este trabajo tienen únicamente vigencia para las regiones que conforman la España vacía.
En coherencia con las hipótesis previamente presentadas, utilizamos dos variables dependientes. La primera busca capturar la orientación ideológica del voto partidista. Tomamos el porcentaje de voto a la derecha a nivel municipal —operacionalizado como la suma de los votos a los partidos considerados de derecha: PP, Ciudadanos y Vox—. También ofreceremos los respectivos resultados para la izquierda —entendida como la suma de los votos del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Izquierda Unida (IU), Podemos y Unidas Podemos (UP)—[6]. La segunda VD corresponde a la participación electoral, entendida como el porcentaje de votantes sobre el censo. En la figura 2 representamos la distribución geográfica de ambas variables dependientes.
Variable | Definición | Fuente |
---|---|---|
Tipo de municipio | Clasificación dicotomizada del Degree of Urbanisaiton (DEGURBA) entre ciudades, ciudades medias y suburbios (0) y áreas rurales (1) | Eurostat |
Distancia a la capital de provincia | Distancia espacial entre el municipio y la capital de su provincia (en kilómetros) | Elaboración propia |
Autóctonos | Porcentaje de personas que viven y nacieron en el correspondiente municipio | Instituto Nacional de Estadística |
Extranjeros | Porcentaje de personas del municipio que nacieron en un fuera de España | Instituto Nacional de Estadística |
Jóvenes | Porcentaje de personas censadas en el municipio que tienen entre 18 y 35 años | Instituto Nacional de Estadística |
Desempleo | Porcentaje de personas del municipio que se encuentran paradas laboralmente | Atlas Digital de las Áreas Urbanas en España |
Agricultura | Porcentaje de personas empleadas del municipio que se dedicaban al sector de la agricultura | Atlas Digital de las Áreas Urbanas en España |
Nota: todas estas variables se corresponden por municipio y año a excepción del DEGURBA que utilizamos la clasificación publicada en 2019. |
Fuente: elaboración propia.
La variable independiente principal de esta investigación es la despoblación. Ante la carencia de indicadores precisos en materia de despoblación por parte de estudios previos[7] —y consistente con lógicas electorales ecológica—, proponemos el porcentaje de despoblación (PD) para cuantificar dicho fenómeno. En términos matemáticos, lo podemos definir como:
Dónde: PD representa el porcentaje de pérdida de población entre el año (a) y los 10 años (a-10) anteriores para cada municipio (m); pa la población de cada municipio en el año de referencia y pa-10 la población del mismo municipio 10 años antes[8]. Así, el PD es la representación matemática de la variación porcentual (negativa) de la población de los municipios a largo plazo. La interpretación de los resultados es, por tanto:
Si PD > 0, el municipio ha perdido población en los últimos 10 años.
Si PD = 0, el municipio no ha visto alterada su población en los últimos 10 años.
Si PD < 0, el municipio ha ganado población en los últimos 10 años.
Como hemos detallado en la parte teórica, las variaciones en el porcentaje de votos pueden venir explicadas por otros factores más allá de la despoblación. Con el fin de evitar potenciales relaciones espurias, incorporamos las variables de control presentadas en la tabla 1. Estas variables responden a la necesidad de controlar las características económicas, políticas y geográficas de los municipios.
Para estudiar la relación entre la despoblación y el comportamiento electoral, tomamos como referencia todos los comicios generales celebrados entre los años 2008 y 2019, un total de seis convocatorias[9]. Por un lado, en cuanto al tipo de elección, hemos decidido escoger las generales, porque, frente las autonómicas y europeas (Reif y Schmitt, 1980), son comicios de «primer orden» con mayor relevancia para la ciudadanía. Por otro lado, el espacio temporal escogido analiza el efecto de la despoblación sobre el voto en el momento de la eclosión de la crisis económica de 2008 y en años sucesivos —cuando se manifestaron las consecuencias de esta—.
Por último, en cuanto a los potenciales sesgos que se pudieran plantear, hay que decir que en primer lugar, no hay sesgo de selección por variable dependiente en la medida en que se trata de territorios heterogéneos políticamente —La Rioja y Castilla y León han estado generalmente inclinadas a la derecha; mientras que Extremadura, Castilla-La Mancha y Aragón han estado más decantadas hacia a la izquierda—. Además, tomando seis elecciones como muestra, se introducen variaciones contextuales, las cuales repercuten en los patrones de voto a cada bloque, así como en la participación. En cuanto al sesgo de selección por variable independiente, el trabajo se circunscribe a la España vacía como compendio de municipios que integran estas regiones. Aunque la tendencia de estos municipios sea de declive demográfico, no todos pierden población, lo cual permite contrastar los efectos de la despoblación —y también el crecimiento demográfico en los lugares donde los ha habido—. Consecuentemente, las conclusiones solo se aplican a esta unidad territorial.
La tabla 2 presenta los dos modelos de regresión lineal basados en mínimos cuadrados ordinarios (MCO) con los que testamos nuestras hipótesis. En referencia a estos modelos, ambos tienen un total de 26 106 observaciones (4351 municipios para cada una de las seis elecciones). Además, incorporamos dos efectos fijos, uno por cada elección y otro para cada región. Estos nos permiten eliminar el sesgo que pueden causar variables que son constantes dentro de cada grupo, esto es, posibles factores que diferencian las CC. AA. o las elecciones y que están correlacionados con la despoblación o el voto a la derecha/participación.
Modelo | Derecha | Participación |
---|---|---|
Despoblación | 0.011[***]
(0.003) |
0.011[***]
(0.001) |
Áreas rurales | -1.293[***]
(0.368) |
2.277[***]
(0.202) |
Distancia capital | -0.031[***]
(0.003) |
-0.029[***]
(0.002) |
Autóctonos | 0.055[***]
(0.006) |
-0.052[***]
(0.003) |
Extranjeros | 0.101[***]
(0.014) |
-0.053[***]
(0.008) |
Desempleo | -0.270[***]
(0.015) |
-0.055[***]
(0.008) |
Agricultura | 0.113[***]
(0.003) |
0.028[***]
(0.002) |
Constante | 47.620[***]
(0.525) |
72.570[***]
(0.289) |
Efectos fijos por CCAA | Sí | Sí |
Efectos fijos por elección | Sí | Sí |
Observaciones | 26,106 | 26,106 |
R2 | 0.30 | 0.17 |
R2 ajustado | 0.30 | 0.17 |
Fuente: elaboración propia.
Dicho esto, nos centramos en el primer modelo, el referente al voto a la derecha. Con un coeficiente positivo y estadísticamente significativo, se aprecia que cuanto mayor fue la despoblación más elevados fueron los porcentajes de voto recibidos por la derecha. El modelo, por tanto, nos permite aceptar nuestra H1. Buscando una interpretación más sustantiva de los resultados, vemos que por cada incremento en un punto porcentual de la despoblación aumentó, de media, 0,011 el voto a la derecha en los municipios. Otra forma de verlo, una pérdida del 10 % de habitantes supuso que el voto a la derecha estuviese 0,11 puntos por encima de la media. Esto nos muestra un peso relativamente notable de la despoblación sobre el éxito de la derecha. Ahora bien, cuando aplicamos este mismo modelo para la izquierda (tabla A2) la despoblación no reporta ningún efecto sobre el voto a estas formaciones.
Una vez hemos visto que los resultados respaldan la primera hipótesis, sometemos a escrutinio el mecanismo composicional de la despoblación. En la línea de la literatura presentada, los municipios en declive poblacional pierden, principalmente, jóvenes cualificados. La figura 3 muestra gráficamente como afecta en el voto a la derecha la interacción entre la despoblación y el porcentaje de jóvenes en un municipio. La interpretación de la visualización nos permite ver que cuanto mayor es la despoblación y el porcentaje de jóvenes es de menos una desviación estándar (es decir, menos jóvenes en términos relativos comparados), mayor es el voto a la derecha. Por tanto, podríamos confirmar que la menor presencia de jóvenes ligado a la despoblación aumentó el éxito de la derecha en la España vacía.
Nota: para la realización de esta visualización se han suprimido los valores atípicos (outlaier).
Fuente: elaboración propia.
Ahora bien, ¿fue el impacto de la despoblación sobre el voto a la derecha uniforme? Atendiendo a la tipología de municipio, en la figura 4 se aprecia que el efecto fue heterogéneo. En las áreas rurales, cuanto mayor fue la despoblación, más elevado fue el voto a la derecha en los municipios. Un crecimiento que destaca por su pronunciada pendiente. Por el contrario, en los municipios urbanos —aunque con menor confianza estadística— se muestra la tendencia contraria. En definitiva, la interacción del tipo de hábitat y la despoblación tuvo un efecto positivo en el caso de las zonas rurales y negativo para las urbanas sobre el voto a la derecha. Para análisis más detallado de las interacciones, pueden verse los modelos completos en el apéndice, tabla A3.
Nota: para la realización de esta visualización se han suprimido los valores atípicos (outlaier).
Fuente: elaboración propia.
Por último, nos centramos en la participación electoral. Volviendo a la tabla 2, observamos un coeficiente positivo y estadísticamente significativo entre la despoblación y la participación electoral. Es decir, cuanto mayor fue el declive demográfico, mayor fue la movilización electoral. Este resultado contraviene por completo lo planteado en la H2A, en la que exponíamos que la despoblación podría generar desafección política y por ello, se reduciría la movilización. Por el contrario, nos permite aceptar la H2B sobre la insatisfacción. De esta forma, podemos entender que la despoblación, así como toda la situación que rodea a este fenómeno, generó una insatisfacción política que sirvió como incentivo para una mayor concurrencia a las urnas.
Exploramos el fenómeno de la participación con el fin de ver si el cambio composicional ocasionado por la despoblación tiene alguna incidencia sobre esta. Como se observa en la tabla A4, existe una relación positiva entre la interacción de la despoblación y la presencia de jóvenes sobre la participación electoral. De forma que, cuanto mayor es la despoblación y la presencia de jóvenes es de una desviación estándar positiva, más elevada fue la participación electoral.
El presente trabajo ha examinado la relación entre la despoblación y el comportamiento electoral respondiendo la pregunta de investigación: ¿ha influido la despoblación en el comportamiento electoral de los municipios de la España vacía en las elecciones generales transcurridas entre 2008 y 2019? Después de todo lo expuesto, podemos afirmar que el declive demográfico ha influido tanto en la orientación ideológica del voto como en la participación electoral.
La despoblación no es un fenómeno aleatorio, sino que, como hemos mostrado, suele implicar la emigración de un sector concreto, el de jóvenes cualificados. Para el municipio de origen se da un envejecimiento de su población y un aumento de la proporción de personas mayores. La consecuencia, en términos electorales, es que cuanto mayor es la despoblación, mayor es el porcentaje de voto que obtiene la derecha. El coeficiente de esta relación, según nuestros resultados (modelo de voto a la derecha, tabla 2), es de 0,011. Es decir, por cada punto porcentual que aumente la despoblación, la derecha obtiene de media 0,011 puntos porcentuales más de voto. Aunque el efecto puede parecer bajo, debe considerarse que la despoblación es un proceso en general lento. Acumular poco porcentaje de voto, pero en periodos largos, puede poner en situación de ventaja a los partidos conservadores en zonas rurales —ceteris paribus—.
Hemos testado los mecanismos causales por los que la despoblación supone un mayor voto a la derecha. Demostramos que la disminución relativa de personas jóvenes es uno de los motivos, pero quizá no el único, por el que la despoblación hace que el porcentaje de voto a la derecha sea mayor en los municipios. Además, hemos expuesto como el efecto de este declive demográfico sobre el voto conservador no es heterogéneo. Condicionado al tipo de hábitat, la despoblación tiene un efecto positivo sobre el voto a partidos conservadores en las áreas rurales y negativo en las urbanas.
En lo referente a la participación, los resultados nos han permitido aceptar la hipótesis H2B sobre la insatisfacción política. Los modelos de regresión han demostrado que, cuanto mayor es la despoblación, mayor es la concurrencia a las urnas con un coeficiente de 0,011. Por tanto, los resultados apuntan a un factor subyacente a la despoblación que incentive acudir a las urnas, como podría ser un aumento en la conciencia del problema, un aumento de la insatisfacción o mayor implicación política ante la despoblación.
Cuando testamos efectos composicionales, al contrario que en voto a la derecha, la interacción entre la despoblación y la presencia de jóvenes tiene un efecto positivo sobre la participación. Así, unos mayores porcentajes de despoblación y jóvenes supusieron niveles más elevados de movilización electoral. En la línea de nuestro argumento, es plausible pensar que la despoblación genere más insatisfacción en los lugares en los que hay una mayor presencia de jóvenes, que como hemos expuesto a lo largo de todo el trabajo, son los más afectados por la falta de oportunidades del mundo rural.
En definitiva, podemos confirmar que en los municipios de las comunidades autónomas integradas bajo el concepto de la España vacía, los efectos de la despoblación en las elecciones generales celebradas en el periodo postcrisis han sido mayores porcentajes de voto a la derecha y una mayor movilización electoral. No obstante, este análisis presenta ciertas limitaciones. Por un lado, los modelos de regresión presentados, pese a ser robustos desde un punto de vista estadístico, podrían ser mejorables, especialmente en términos cualitativos —añadiendo variables que controlen mejor los fenómenos socioeconómicos—. La escasez de indicadores a nivel municipal en España ha impedido la construcción de modelos más sólidos en términos metodológicos.
Este trabajo pasa por ser un estudio novedoso por varias cuestiones. En primer lugar, ha presentado una metodología adaptada a los cánones geográficos de la despoblación, estudiando sus efectos de forma sistemática y no circunscritos a un contexto temporal determinado. En segundo lugar, ha aportado nuevas variables dependientes de estudios, ya que ningún trabajo previamente había examinado los efectos del declive demográfico sobre la orientación ideológica del voto (en lógicas de izquierda-derecha). Por último, este trabajo supone la apertura del campo de investigación y una unidad de análisis cada vez notoria en la política española.
[1] |
Los autores quieren manifestar su agradecimiento al profesorado y compañeros del Máster de Análisis Político y Electoral de la UC3M, en especial a Pedro Riera, Gema García-Albacete y Lluís Orriols por sus comentarios como miembros del tribunal evaluador de los trabajos fin de máster. Además, quieren mostrar su gratitud a Iván Llamazares, Guillermo Boscán y Hugo Marcos-Marné por sus revisiones y aportaciones. |
[2] |
Tanto en México como para Turquía, se presuponen dos principales diferencias con respecto al caso español: a) que sus respectivos contextos políticos son democráticamente más deficitarios, y b) que se trata de una emigración transfronteriza. |
[3] |
Algunos estudios, de forma residual, se presentan como una excepción a esta tendencia (Mínguez, 1998; Morlan, 1984). |
[4] |
Municipios que podrían llegar incluso a extinguirse, cuentan «tasas de natalidad más bajas, las más altas de mortalidad, el menor crecimiento natural (siempre negativo), una mayor emigración interna neta y la menor atracción de la inmigración exterior» (Recaño, 2017). |
[5] |
El porcentaje de variación es el resultado de (población 2019 – población 2008) / (población 2008) x 100, representado en deciles. |
[6] |
Han quedado excluidos de esta dicotómica partidos como Unión Progreso y Democracia (UPyD) por cuestiones de ambigüedad entre bloques o la Chunta Aragonesista (CHA), que junto con Teruel Existe podrían distorsionar el eje izquierda-derecha con la incorporación de partidos regionalistas. |
[7] |
Hay otros indicadores como el saldo migratorio del INE, la tasa de migración o los indicadores migratorios ofrecidos por Faura y Gómez (2002), pero que son insuficientes para analizar un fenómeno prolongado en el tiempo como la despoblación o declive demográfico. |
[8] |
Por ejemplo, si quisiéramos calcular el PD de un municipio en 2008, la pa sería la población de ese municipio en 2008, mientras que la pa-10 sería la población de ese mismo municipio para 1998. |
[9] |
Las seis elecciones son las celebradas el 9 de marzo de 2008, 20 de noviembre 2011, 20 de diciembre de 2015, 26 de junio de 2016, 28 de abril de 2019 y 20 de noviembre de 2019. |
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Estadístico | N | Media | σ | Min. | Max. |
---|---|---|---|---|---|
Voto derecha | 26,751 | 57.41 | 14.26 | 0.00 | 100.00 |
Voto izquierda | 26,751 | 38.89 | 14.18 | 0.00 | 100.00 |
Participación | 26,751 | 77.09 | 7.25 | 5.45 | 100.00 |
Despoblación | 26,706 | 7.78 | 33.24 | -1,746.27 | 75.00 |
Dist. capital de provincia | 26,751 | 51.94 | 27.68 | 0.00 | 184.00 |
Autóctonos | 26,750 | 48.21 | 15.96 | 0.00 | 100.00 |
Extranjeros | 26,750 | 6.08 | 6.04 | 0.00 | 89.70 |
Jóvenes | 26,750 | 15.90 | 5.87 | 0.00 | 50.00 |
Desempleo | 26,228 | 9.28 | 5.93 | 0.00 | 88.20 |
Agricultura | 26,650 | 38.50 | 25.38 | 0.00 | 100.00 |
Fuente: elaboración propia.
Modelo | Izquierda |
---|---|
Despoblación | -0.0005 (0.003) |
Áreas rurales | 1.924[***]
(0.364) |
Distancia capital | 0.030[***]
(0.003) |
Autóctonos | -0.031[***]
(0.006) |
Extranjeros | -0.067[***]
(0.014) |
Desempleo | 0.316[***]
(0.015) |
Agricultura | -0.114[***]
(0.003) |
Constante | 45.131[***]
(0.519) |
Efectos fijos por CCAA | Sí |
Efectos fijos por elección | Sí |
Observaciones | 26,106 |
R2 | 0.31 |
R2 Ajustado | 0.31 |
Fuente: elaboración propia.
Modelo | (1) | (2) |
---|---|---|
Despoblación | 0.072[***]
(0.008) |
-0.006 (0.005) |
Jóvenes | -0.214[***]
(0.017) |
|
Áreas rurales | -2.168[***]
(0.370) |
-0.944[**]
(0.378) |
Distancia capital | -0.036[***]
(0.003) |
-0.032[***]
(0.003) |
Autóctonos | 0.024[***]
(0.006) |
0.053[***]
(0.006) |
Extranjeros | 0.154[***]
(0.014) |
0.106[***]
(0.014) |
Desempleo | -0.234[***]
(0.015) |
-0.269[***]
(0.015) |
Agricultura | 0.109[***]
(0.003) |
0.113[***]
(0.003) |
Inter.: Despoblación*Jóvenes | -0.002[***]
(0.0003) |
|
Inter.: Despoblación*Rural | 0.022[***]
(0.005) |
|
Constante | 52.398[***]
(0.624) |
47.275[***]
(0.532) |
Efectos fijos por CCAA | Sí | Sí |
Efectos fijos por elección | Sí | Sí |
Observaciones | 26,106 | 26,106 |
R2 | 0.30 | 0.30 |
R2 Ajustado | 0.30 | 0.30 |
Fuente: elaboración propia.
Modelo | (1) |
---|---|
Despoblación | 0.005 (0.004) |
Jóvenes | 0.082[***]
(0.009) |
Áreas rurales | 2.575[***]
(0.204) |
Distancia capital | -0.028[***]
(0.002) |
Autóctonos | -0.044[***]
(0.003) |
Extranjeros | -0.072[***]
(0.008) |
Desempleo | -0.068[***]
(0.008) |
Agricultura | 0.029[***]
(0.002) |
Inter.: Despoblación*Jóvenes | 0.0003[**]
(0.0001) |
Constante | 70.843[***]
(0.344) |
Efectos fijos por CCAA | Sí |
Efectos fijos por elección | Sí |
Observaciones | 26,106 |
R2 | 0.180 |
R2 ajustado | 0.180 |
Fuente: elaboración propia.