RESUMEN

El presente artículo estudia, empleando fuentes documentales hasta la fecha inéditas, la relación de Heinrich Freiherr von Stackeberg con el Instituto de Estudios Políticos (Madrid) y su actividad en el mismo entre 1943 y 1946, que resultó decisiva para el desarrollo de la ciencia y la práctica de la economía en España.

Palabras clave: Heinrich Freiherr von Stackelberg; Instituto de Estudios Políticos; relaciones hispano-alemanas; ordoliberalismo; política económica; historia económica.

ABSTRACT

The present work studies, using primarily sources so far unpublished, the relation of Heinrich Freiherr von Stackelberg with the Institute for Political Science (Madrid) and his activity in it from 1943 and 1946 which resulted decisive for the development of the economic science and policy in Spain.

Keywords: Heinrich Freiherr von Stackelberg; Institute for Political Science; Spanish-German relations; ordoliberalism; economic policy; economic history.

Cómo citar este artículo / Citation: Baumert, T. (2023). Heinrich von Stackelberg y el Instituto de Estudios Políticos. Revista de Estudios Políticos, 201, 177-‍209. doi: https://doi.org/10.18042/cepc/rep.201.06

I. INTRODUCCIÓN[Subir]

El presente trabajo completa y culmina uno anterior publicado en esta misma revista (‍Baumert, 2021) en el que se aclaraba definitivamente la relación del economista alemán Heinrich Freiherr von Stackelberg con el nacionalsocialismo en el momento de su incorporación, en 1943, como profesor invitado al Instituto de Estudios Políticos (en adelante IEP) de Madrid. Se demostraba entonces documentalmente que, si bien von Stackelberg había militado en su momento en el partido y había formado parte de las SS, a partir de 1936 se había ido distanciando progresiva pero radicalmente de la ideología y de las organizaciones nacionalsocialistas, hasta el punto de acabar formando parte de la resistencia (Widerstand) involucrada en el fallido atentado contra Hitler (la denominada Operación Valquiria, llevada a cabo el 20 de julio de 1944). En este artículo, se emplea una de las fuentes documentales aprovechadas entonces, a saber, el archivo personal y profesional de Heinrich von Stackelberg conservado por sus descendientes, para —en conjunción con otras fuentes secundarias— detallar la relación y actividad del economista alemán en el IEP. De esta forma no solo se viene a iluminar la hasta ahora apenas estudiada actividad de von Stackelberg en el IEP —que, como se verá, resultó decisiva para el desarrollo de la ciencia y la práctica de la economía[1] en nuestro país—, sino que se dan a conocer también por vez primera los textos de los principales documentos a través de los cuales se plasmó dicha relación. Esto resulta tanto más relevante, en cuanto que no se han podido localizar copias de ninguno de ellos ni en el fragmentado Archivo del IEP ni en el Archivo General de la Administración en Alcalá. De esta forma, se cierra una importante brecha en el conocimiento acerca de la historia de la ciencia económica en España.

II. LAS NEGOCIACIONES PARA LA VENIDA A ESPAÑA DE VON STACKELBERG[Subir]

La iniciativa para convidar a Heinrich von Stackelberg a venir a España para incorporarse como profesor invitado al IEP partió de las autoridades —políticas y académicas, puesto que Castiella en aquel momento estaba transitando entre ambas esferas— españolas. Como se ha repetido muchas veces, la recién creada Facultad de Ciencias Políticas y Económicas —que si bien había iniciado su singladura el 12 de octubre de 1943, no iniciaría su actividad docente hasta principios del año siguiente— requería del impulso innovador que solo un economista de la gran reputación internacional como von Stackelberg pudiera aportar. Que a este fin las miradas se dirigieran en primer lugar a Alemania e Italia —los dos países que habían apoyado al bando alzado durante la contienda española— resulta obvio, y aunque entraron en liza como posibles alternativas a von Stackelberg los italianos Giovanni di Maria y Mauro Fasiani, parece que desde el Instituto de Estudios Políticos se daba clara preferencia a la opción germana: es decir, a von Stackelberg, puesto que no se llegó a barajar el nombre de ningún otro economista alemán. Y es que von Stackelberg encajaba excepcionalmente con los propósitos españoles: en primer lugar, habían sido estudiantes suyos en Alemania varios de los implicados en el proceso de decisión, tales como Miguel Paredes y Antonio María Aguirre (cf. ‍Rodríguez López, 2008: 116-‍117)[2], y tampoco le resultaba desconocido al propio Castiella, quien habría adquirido una copia de la monografía de von Stackelberg, Markform und Gleichgewicht, en Berlín en 1942 (coincidiendo con su participación en la División Azul).[3] En segundo lugar, von Stackelberg representaba la nueva teoría económica, con fuerte componente matemática, que había roto con el historicismo germano, aspecto este que encajaba con el propósito del IEP de desarrollar un grupo de teoría económica propio. En tercer lugar, von Stackelberg se identificaba, gracias a la evolución que había venido experimentando desde 1936 unos planteamientos ordoliberales —vinculados a la Escuela de Friburgo, encabezada por su compañero y amigo, el economista Walter Eucken— con un importante elemento trascendente, cuestión no desdeñable para un régimen que se definía como «nacional-católico». En cuarto lugar, resultaba relevante el hecho de que von Stackelberg, gracias a su madre argentina, estuviera familiarizado con la lengua y cultura hispanas. Y, en quinto lugar, debe mencionarse un aspecto poco considerado hasta la fecha por los estudiosos de la cuestión, a saber, el hecho de que los académicos y científicos españoles de todas las ramas que hasta entonces habían tenido como destino principal Alemania para completar sus estudios, eran conscientes de que, independientemente del transcurso de la guerra, Alemania quedaba descartada por años —si no lustros— como receptora de estudiantes españoles. En este sentido, la posibilidad de traer a los profesores alemanes a España para que pudieran formar in situ a los universitarios, como en el caso de von Stackelberg, resultaba un experimento audaz[4] que venía a invertir la forma de contacto habitual de los estudiantes españoles con la ciencia extranjera:

Por primera vez, una personalidad extranjera, relevante en la ciencia económica [Heinrich von Stackelberg], ha venido a ponerse en contacto sistemático con los estudiosos españoles. En función de conferenciantes ocasionales han pasado muchas, pero nunca hasta ahora, que sepamos, una permanencia prolongada que ha permitido invertir el método usual de contacto con la ciencia extranjera. El viaje de estudio al exterior difícil en los momentos actuales y estéril muchas veces por dificultades de adaptación o por diferencias de nivel, se sustituye ahora por este ensayo meritorio de traer a nuestros medios un profesor eminente. La experiencia nos dirá el fruto de esta innovación, pero, por lo pronto, el acierto en la elección de la persona es un buen augurio de mayores éxitos (‍Rodríguez Salmones, 1944: 117).

Una de las incógnitas acerca de la llegada de von Stackelberg a España es la fecha y forma exacta en la que se gestó y concretó esta estancia, así como los detalles del acuerdo que lo vinculó al IEP y, posteriormente, también a la Universidad Central de Madrid. Fue el 2 de julio de 1943 cuando la cancillería del Ministerio de Ciencia y Educación del Reich cursaba la siguiente invitación —previa autorización del rector de la Universidad de Bonn del día 5— a Heinrich von Stackelberg:

¡Urgente! El director del Instituto de Estudios Políticos en Madrid, el profesor Castiella, ha dirigido por escrito al Instituto Alemán de Cultura una solicitud para que imparta usted clases como profesor invitado en el Instituto de Estudios Políticos de Madrid. Por la presente se le invita a impartir, durante el semestre de invierno 1943/1944, una clase de varias horas de duración acerca de teoría económica en el seno de la sección de Economía de dicho instituto, además de participar en trabajos de investigación. Las clases podrán ser impartidas en alemán. El semestre de invierno comienza en Madrid el 1 de octubre. En el caso de que estuviera usted dispuesto a secundar la invitación, sería deseable que pudiera usted llegar con anterioridad a Madrid, a fin de poder participar en la preparación del semestre. Los costes para el viaje de ida y de vuelta irán a cargo del Instituto. Además, le ofrece un salario tal, que le permitirá costear su estancia en Madrid, al margen de los ingresos que pudieran derivarse de sus publicaciones. El Instituto de Estudios Políticos celebraría mucho que aceptara usted la invitación. No obstante, si esto no le fuera a ser posible, le agradecerían que propusiera usted un posible suplente.

Simultáneamente se han enviado invitaciones a los profesores italianos Giovanni di Maria y Mario [debe decir: Mauro] Fasiani de las Universidades de Milán y Génova.

Por último, el director del Instituto de Estudios Políticos indica que, desde un punto de vista propagandístico, la realización de un curso de clases completo es preferible a la realización de conferencias aisladas; además, hace ver que existe la posibilidad de que la invitación se prolongue en ulteriores semestres.

Juntamente con el Ministerio de Asuntos Exteriores del Reich ruego tenga a bien nos comunique si está dispuesto a aceptar la invitación.[5]

Se observa, pues, que en las negociaciones pertinentes de cara a la venida de von Stackelberg a España intervinieron tres instancias: los respectivos Ministerios de Educación y Cultura, los Ministerios de Asuntos Exteriores de ambos países, así como el Instituto Alemán de Cultura. Respecto de esta última entidad, cabe añadir que, si bien en principio existía un acuerdo preferente entre Alemania y España para llevar a cabo intercambios de profesores y de estudiantes, que debería haber favorecido la tramitación del expediente de von Stackelberg, en la práctica este hecho resultó un importante obstáculo, habida cuenta de que el convenio en cuestión no había llegado a aprobarse por la Santa Sede —se oponía a él por entender que se trataba de una vía que favorecía la entrada en España de las ideas agnósticas propias del nacionalsocialismo—, por lo que la estancia del economista en España fue gestionada en todo momento a nivel individual, negociándose por vía diplomática al margen de aquel acuerdo.

Dado el componente diplomático de la negociación, es muy probable que sirviera como agente catalizador Antonio María Aguirre, quien había sido estudiante de doctorado de von Stackelberg en la Universidad de Berlín y quien, en el momento de la negociación del traslado de éste a Madrid, ocupaba el puesto de secretario del Ministerio de Asuntos Exteriores. Que la relación con Aguirre fue más estrecha de lo habitual se desprende del hecho de que el único trabajo presentado por un estudiante que von Stackelberg guardara entre sus documentos fuera precisamente un Seminararbeit de Aguirre titulado «Die Grundgedanken der Zinserklärung bei Böhm-Bawerk» («Ideas básicas de la explicación de los intereses en Böhm-Bawerk»), fechado en marzo de 1941.[6] Se trata de un interesante texto con comentarios manuscritos de von Stackelberg en el que Aguirre hace referencia explícita a la teoría de los intereses de los escolásticos, antes, pues, que las publicaciones al respecto de Larraz (‍1942-1943), Ullastres (‍1944) y Grice-Hutchison (‍1952) y contemporánea a la de Höffner (‍1941), esta última bajo supervisión del amigo de von Stackelberg, Walter Eucken.

Sea como fuere, von Stackelberg decidió secundar la invitación pronunciada por Castiella —no cabe duda de que la posibilidad de poder desempeñar nuevamente una actividad eminentemente académica en lugar de militar le debió seducir, al igual que la opción de alejar a su familia de una Alemania en la que cada vez se hacían notar más las privaciones y los peligros de la guerra—, por lo que, una vez superados todos los trámites administrativos, el 21 de octubre de 1943 von Stackelberg, llevando por equipaje tan solo una maleta y una máquina de escribir portátil,[7] embarcaba en Stuttgart al avión que lo iba a traer a España.[8]

III. VON STACKELBERG EN ESPAÑA[Subir]

El 29 de octubre de 1943, los diarios ABC y La Vanguardia informaban a sus lectores de la llegada de von Stackelberg a Madrid, resaltando su prestigio internacional y anunciando que su estancia tenía por finalidad la docencia e investigación en el seno del Instituto de Estudios Políticos:

Invitado por el Instituto de Estudios Políticos ha llegado a Madrid el profesor de la Universidad de Bonn, barón von Stackelberg, el cual va a permanecer varios meses en Madrid para participar en una labor de formación superior e investigación sobre algunos de los problemas más importantes de la economía del presente, emprendida por el citado Instituto.

El profesor von Stackelberg, que realizó sus estudios en la Universidad de Colonia, bajo la dirección del profesor Erich von Beckerath, y después de ingresar en el profesorado de aquella Universidad pasó, en 1937, como profesor extraordinario a la de Berlín, ocupa, desde 1941, en plena juventud, la cátedra de Economía Política en la Universidad de Bonn. Autor de obras muy importantes, goza además de un gran prestigio fuera de las fronteras de su patria.[9]

Puesto que la noticia de la llegada a España de von Stackelberg fue difundida por la agencia de prensa Cifra, fueron muchos los diarios que, a lo largo de los siguientes días, se hicieron eco de la información.[10] En su camino hacia Madrid, von Stackelberg recaló primero en Barcelona: «El Consejo Superior de Investigaciones Científicas, invitó al ilustre doctor alemán Heinrich von Stackelberg, profesor de economía nacional, en Bonn, quien respondiendo a la invitación ha seguido su viaje, tras breve estancia en nuestra ciudad [Barcelona], hacia la capital de España, donde pronunciará diversas conferencias de gran interés sobre su especialidad».[11]

Se da la casualidad de que la estancia barcelonesa de von Stackelberg —en realidad solo pasó allí la noche, sin poder apenas ver la ciudad—[12] coincidió con la llegada a la capital catalana del embajador de Alemania en Madrid, Hans Dieckhof, para supervisar el intercambio de prisioneros de guerra entre Gran Bretaña y el Reich que esos días iba a tener lugar en el puerto de la ciudad condal.[13]

Por lo tanto, el 20 de octubre von Stackelberg llegaba a Barcelona, de donde partiría al día siguiente a Madrid. Llegaría a la capital poco antes de la madrugada del 21 de octubre, es decir, una semana antes de que se anunciara en la prensa. Parece plausible asumir que no se le quisiera dar publicidad a la noticia hasta que no se hubiera alcanzado a un acuerdo formal entre von Stackelberg y el IEP, hecho que, como habrá ocasión de ver, tuvo lugar el 27 de octubre.

Disponemos de una descripción detallada de las primeras impresiones que el país le causó a von Stackelberg y de la recepción de la que fue objeto en Madrid gracias a una extensa carta —tan extensa, de hecho, que la censura alemana le añadió una nota admonitoria recordando que la redacción breve les ahorraba tiempo y permitía una entrega más rápida de la correspondencia— que von Stackelberg envió a su mujer una semana después de su llegada y que, habida cuenta de su relevancia, parece adecuado transcribir en cierta extensión:

[Al subir al tren en Barcelona] resulta que éste dispone solo de 24 asientos pero que se han vendido más billetes. De modo que no me queda otro remedio que pasarme a la primera clase, decisión de la que no me arrepiento en ningún momento. El vagón es muy cómodo, los acompañantes agradables, no hay ninguna diferencia con la primera clase alemana de antaño. Eso sí, el tren carece de segunda clase. En su lugar, dispone de una clase tercera. El tren sale a la hora en punto. […][14]

En el compartimento vamos seis pasajeros, dos alemanes, dos españoles y dos españolas. El otro alemán no habla español, a pesar de que ya ha visitado el país en una ocasión anterior. Llegó en el mismo avión que yo, por lo que hacemos el mismo trayecto. Se queda al margen de la conversación que poco a poco se empieza a desarrollar. Y, sin ninguna consideración, aprovecho la primera ocasión y comienzo a chapurrear en español. ¡Y funciona! La conversación va a trompicones, pero resulta muy animada e interesante. Al mediodía y a la noche como en el vagón-restaurante —bastante bueno y nada caro—. El tren lleva retraso. A la una de la madrugada llegamos a Madrid.

El Dr. [Erich A.] Krotz[15] ha telefoneado desde Barcelona al Instituto Alemán de Cultura en Madrid, de modo que me esperan para recogerme en la estación. Mi identificación: no llevo sombrero y estoy armado con una máquina de escribir portátil. En un primer momento no veo a nadie, por lo que, tras haber andado hasta la calle, regreso al andén. El señor que me ve y observa con interés mi máquina de escribir debe ser el alemán. Efectivamente, resulta ser el Dr. [Hans] Janner (‍Hausmann, 2001),[16] un joven filólogo del Instituto que viene en representación del Dr. [Berthold] Beinert[17] (secretario del Instituto), a quien le ha surgido otro compromiso, y tiene el encargo de acompañarme hasta mi hotel. Le han acompañado tres profesores españoles, que están recorriendo el tren en mi busca. Pero pronto estamos todos reunidos, incluyendo al simpático Paredes, a quien ya conoces. Vamos en coche hasta el hotel Capitol,[18] donde me han asignado la habitación en la novena planta, que es primera categoría. No es muy grande, pero sí bastante moderna, dispone de una cama muy cómoda, un sofá (muy parecido al tuyo de Rhöndorf), dos sillones, una silla tapizada, una moderna mesa-secretario, una mesa redonda con tablero de cristal, un armario empotrado, un cuarto de baño completo y, por supuesto, calefacción central. Precio: 30 pesetas al día. […][19]

También en este hotel [nota: al igual que ocurriera en el de Barcelona] lo primero que hago es tomar un baño, tras el cual la bañera tiene aspecto de… ¡precisamente eso! Pues he de decirte que el viaje resultó desagradable en un sentido, a saber, el que cada vez que atravesábamos uno de los numerosos túneles del trayecto, el compartimento se llenaba de humo depositando sobre nosotros una perceptible capa de hollín. Duermo muy bien, aunque a las 8 ya estoy despierto. Aún me tengo que acostumbrar al estilo español de levantarse tarde, comer tarde y de finalizar tarde —nunca antes de las 0 horas— la jornada.

El desayuno es parecido al que tomé en Barcelona: leche con un delicioso café cargado, dos cruasanes (de mayor tamaño que los de Alemania) con mantequilla y mermelada. El español tiende a desayunar poco, en ocasiones incluso nada. De modo que el segundo cruasán me lo sirven por petición expresa mía. Tras el desayuno doy un pequeño paseo por la ciudad, me compro un periódico, un plano de Madrid, papel de correspondencia y alguna cosilla más. Acto seguido comencé a escribirte esta carta —que ya tiene dos días— en mi habitación, mas tuve que interrumpirla al comenzar a ser pasado sin parar «de mano en mano». Pero hoy es domingo, de modo que tengo el día libre para seguir escribiéndote tranquilamente.

El viernes a eso de las 12:00 el Dr. Beinert, a quien no había tenido ocasión de conocer hasta entonces, me recogió en el hotel y me condujo al Instituto Alemán de Cultura. El Instituto está situado en una avenida ancha, flanqueada por árboles, el antiguo «Paseo de la Castellana», ahora la «Avenida del Generalísimo Franco». La calle alberga numerosos edificios oficiales, incluyendo la Embajada Alemana,[20] y tiene el doble de anchura que la calle «Unter den Linden» de Berlín. El Instituto es un edificio de dos plantas con un bonito jardín delantero,[21] y está decorado con mucho estilo. La biblioteca abarca todos los campos, lo que implica que cada área en sí misma, entre ellas la economía, solo presenta una escasa cobertura. A las 12:30 voy a la Embajada donde mantengo una interesante conversación con el simpático ataché cultural, el Dr. [Wilhelm] Petersen, acerca de la situación española en general y de mi proyecto de trabajo en particular. A continuación, regreso al Instituto, donde ya me esperan varios caballeros españoles, entre ellos [Miguel] Paredes. Me han invitado a comer a un restaurante vasco. Y allí estamos sentados los seis, en un salón algo extraño, aunque bien adecentado, y le pido a Paredes que haga la elección de los platos por mí, puesto que desconozco la mayoría de las viandas. Ante su pregunta de qué es lo que me apetecería comer, le respondo que algo nuevo, curioso, típico. Nos sirven pan, y acto seguido nos traen un plato que a ti seguramente te causaría horror […]: ¡calamares del golfo de Vizcaya en su tinta! En una salsa profundamente negra flotan una docena de objetos esféricos del tamaño de un huevo de pájaro. Calamares con todo su contenido: ¡saben deliciosos! A continuación, solomillo de ternera acompañado de exquisitas verduras. Después, helado de vainilla y chocolate, cubiertos de un merengue gratinado que aún estaba templado. Todo ello acompañado de un vino tinto nacional de 22 años de antigüedad. De remate, café y puros. España carece de una producción propia de cigarros puros, son importados de Cuba. Precio: de tres a cinco pesetas la pieza. La conversación resulta tan complicada como amena. Paredes y otro de los asistentes que domina el alemán se esfuerzan por mantener cierto grado de fluidez. De este modo, abandonamos el local sobre las cuatro de la tarde. […] Damos un paseo y después me retiro una hora a mi habitación. A las 17:00 viene el Dr. Beinert, a las 17:30 los profesores españoles. [Se dirigen al Instituto de Estudios Políticos]. El Instituto no queda lejos del hotel. Está albergado en el antiguo edificio del Senado. Hay que recorrer largos pasillos cubiertos de mullidas alfombras. Pesadas cortinas separan las diferentes habitaciones, viejos cuadros de la escuela española saludan desde las paredes. El profesor [Fernando María] Castiella, director del Instituto, me saluda con cierta solemnidad y palabras cordiales. Al principio trato de responder en francés e italiano, aunque finalmente opto por continuar en alemán, que el Dr. Beinert traduce. Sin embargo, me parece que Castiella es capaz de entender mi claro y lento alemán.[22] Hago entrega al Instituto de un ejemplar de mi último libro. A continuación, me llevan al despacho que me han preparado como sala de trabajo. No es muy espacioso, pero está decorado con buen gusto. Antes de mi llegada lo han renovado por completo y equipado con todo lo mejor para honrarme «a mí y, a través mía, a la ciencia alemana», según insiste Castiella. De las paredes cuelgan tres mapas antiguos de la baja Silesia, Westfalia y Renania. Colonia, Bonn, Godesberg y el Drachenfels aparecen resaltados.[23] Según se apresura en indicarme el Dr. Beinert, se trata de una iniciativa particular del propio Castiella. Expreso mi agradecimiento, y con ello se da por concluida la parte formal de la recepción.

Me quedo aún un rato conversando con los compañeros españoles en mi nuevo despacho. A continuación, vamos a cenar, a lo que nuevamente soy invitado. Por la noche el Dr. Beinert me recoge y lleva a un espectáculo de revista a cargo de una compañía vienesa, que acaba a la una y media. […] A la mañana siguiente (ayer) ya me levanté a las nueve, tras lo cual me dirigí al Instituto Alemán de Cultura, y después a la Embajada, donde realizo algunas visitas protocolarias. Al mediodía vuelvo a ser invitado a comer,[24] en esta ocasión por uno de los señores que ya me acompañaron ayer, el profesor [Valentín Andrés] Álvarez. Vamos nuevamente a un pequeño restaurante, muy aseado, y si bien el Sr. Álvarez apenas entiende alemán, la conversación fluye bien. Me doy cuenta de que ya hablo con mayor soltura que el día anterior. La sobremesa continua en mi hotel y luego en el Instituto de Estudios Políticos, y ambos acabamos muy complacidos.

En España la tradición teórica —al igual que ocurre en Alemania—, se vio interrumpida por la irrupción de la escuela historicista, pero —a diferencia de lo que ocurre en nuestro país— aún no ha vuelto a ser reanimada. Se conocen las obras extranjeras más importantes, se traduce mucho, pero aún no se ha gestado una escuela propia. Y eso que el interés, sobre todo para la vertiente matemática de la teoría, es muy grande. El año que viene comenzará su andadura la primera Facultad de Ciencias Económicas, que prevé un plan de estudios de cinco cursos. Dos años se han concebido para el aprendizaje matemático, otros dos especialmente para la teoría y política económica.[25] Y de mí no se espera nada más y nada menos que sea quien le dé el impulso decisivo a la reanimación del desarrollo teórico en España. ¡Ciertamente una tarea grande y honrosa! Mis estudiantes serían por una parte los señores con los que hasta ahora he estado viéndome continuamente y, por otra, docentes y profesores ayudantes. De modo que me he de preparar para un nivel más alto que el que esperaba originalmente, cosa que, por cierto, ya he hecho. Mi intención es impartir dos seminarios, cada uno de los cuales constaría de dos sesiones de dos horas por semana y de un grupo de trabajo de orientación práctica. […]

En Madrid me han llamado la atención los edificios de muchas plantas. Las calles son anchas, flanqueadas por tiendas elegantes. Las personas presentan muy buen aspecto. En general, los españoles resultan bastante simpáticos, fuertes, guapos y más masculinos que los italianos, y más elegantes que los franceses (aunque quizás no más que las francesas). El idioma español corresponde con el carácter del pueblo. Se sitúa a medio camino entre el italiano y el francés, de modo que su lectura es muy fácil de aprender. La pronunciación, en cambio, no es del todo sencilla, aunque la sonoridad del idioma me gusta mucho. […]

Ahora recuerdo con cierta sonrisa nuestras especulaciones acerca del nivel de vida en España. Y es que un viejo país cultural siempre estará, como civilización, a la altura, al menos en las grandes ciudades. Todo lo que he podido ver hasta el momento a este respecto, supera incluso las impresiones que, en su momento, tuve en Italia.[26]

Von Stackelberg concluye su misiva con una críptica referencia en la que afirma que es optimista de ver cumplidos todos sus deseos de Año Nuevo[27] —desconocemos si esos deseos incluían el periplo español, mas no cabe duda de que, de ser así, su optimismo está más que justificado, habida cuenta la excelente sintonía entre las partes: en apenas unos días alcanzarán un acuerdo satisfactorio para todos los implicados—. Así, el 27 de octubre, Fernando María Castiella, en su calidad como director del IEP, le hacía llegar a von Stackelberg la siguiente propuesta de colaboración, en la que se detallaba la actividad docente y científica que von Stackelberg habría de desempeñar, y que debía iniciarse apenas una semana más tarde:

Como director del Instituto de Estudios Políticos tengo el gusto de invitarle a Vd. a colaborar en los trabajos del mismo, dentro de la sección de Economía Nacional, durante el semestre de invierno 1943-‍1944. Sin embargo, el compromiso derivado de la aceptación de esta oferta se limitará a un período de dos meses a partir de esta fecha, que podrá prorrogarse por otros cuatro meses si sus obligaciones militares se lo permiten.

Es mi deseo que su labor en el Instituto de Estudios Políticos se encamine a la formación de los futuros investigadores mediante cursos o seminarios, a la preparación de publicaciones y a participar en los trabajos colectivos de su sección de Economía Nacional, para lo cual dicha labor se concretará a:

  1. La dirección de un curso-seminario sobre «Teoría del capital y del interés». Consistirá en una sesión semanal de dos horas a partir del día 8 de noviembre.

  2. La dirección de un curso-seminario sobre los «Problemas actuales de la teoría del dinero y del comercio internacional». Consistirá en una sesión semanal de dos horas, a partir del 3 de noviembre.

  3. La dirección de un trabajo colectivo sobre «aplicaciones prácticas de algunos métodos econométricos a la economía española». Consistirá en una sesión semanal a partir del 6 de noviembre.

  4. La realización de investigaciones individuales que den lugar a monografías o artículos con destino a las publicaciones del Instituto de Estudios Políticos.

  5. El asesoramiento de las personas que integran la sección de Economía Nacional en sus trabajos de carácter científico.

La cooperación de Ud. con este Instituto será incompatible con cualquier otra ocupación en España.

Puedo ofrecer a Vd. una retribución mensual de TRES MIL QUINIENTAS PESETAS. Asimismo, le será abonado el importe del viaje desde el lugar de su residencia en Alemania hasta Madrid, y el regreso de Madrid a su residencia alemana al terminar su colaboración con el Instituto durante el semestre de invierno 1943-‍1944.

Si su colaboración con el Instituto se prolonga después de las vacaciones de las Navidades próximas no se descontará de su retribución la correspondiente al período normal de vacaciones, que abarca [en blanco] días.

La remuneración de las investigaciones personales destinadas a su publicación por el Instituto de Estudios Políticos no está incluida en la cantidad que antes indico, y se ajustará a las tarifas establecidas para la colaboración española de la misma naturaleza y con el mismo destino. Estos trabajos serán objeto, en todo caso, de un previo convenio mutuo en cuanto a su naturaleza, plazo de entrega y remuneración.

Todos los detalles de carácter técnico para el desarrollo de lo que habrá de constituir su colaboración, sobre las bases indicadas, las acordará Ud. con el Jefe de Sección de Economía Nacional de este Instituto.

La aceptación de Vd. consignada en esta carta tendrá el valor de un convenio y de un compromiso de honor.

De Vd. afmo. amigo q.e.s.m.

EL DIRECTOR

Como buen economista que era, la primera reacción de von Stackelberg consistió en calcular la equivalencia de sus nuevos ingresos —continuaría percibiendo una parte de su salario como profesor en Bonn— en términos del poder adquisitivo en España, un tema que le preocupaba mucho,[28] puesto que cada transferencia desde su cuenta alemana requería la autorización de la Embajada, y debía ser luego convertida en pesetas.[29]

Una vez alcanzado el acuerdo con el IEP, von Stackelberg se traslada a una residencia algo más económica, en concreto al Hotel Gredos, situado en la avenida José Antonio, 52 (actualmente Gran Vía, esquina calle de los Reyes), hotel que, en palabras de su viuda «sin ser de primera clase, estaba muy bien» (von ‍Stackelberg, 2017: 19). En aquellas semanas von Stackelberg comienza a llevar un cuaderno[30] en el que va anotando tanto temas domésticos (desde desembolsos a las posibles alternativas de viviendas en alquiler para él y su familia),[31] como científicos: así, contiene una página de comentarios acerca del Prosperité et dépression de Gottfried Haberler y diecisiete páginas de comentarios críticos, desglosados por capítulos, de la Teoría General de Keynes —resaltando lo que le parecen algunas inconsistencias a la hora de plasmar las propuestas keynesianas en ecuaciones—, lo que encajaría con una conversación que recordaba el por aquel entonces estudiante de Economía José Luis Sampedro:

Una vez un compañero del pequeño grupo que seguía voluntariamente su seminario le manifestó que estaba leyendo la teoría general de Keynes, aquí por entonces apenas conocida. «La comprende usted bien» le preguntó von Stackelberg. «Sí, sí, perfectamente», le replicó nuestro compañero. «Pues le felicito, porque yo realmente no he conseguido entenderla del todo», repuso von Stackelberg sin sombra de ironía y con la más auténtica sencillez (‍Sampedro, 1987: 113-‍114).

Paralelamente, von Stackelberg reflexiona también, una vez conocida de cerca la situación general de la ciencia económica española, acerca de sus necesidades particulares para poder desempeñar adecuadamente la tarea que le ha sido encomendada:

Otras medidas necesarias para que mi actividad en España resulte fructífera:

  • 1)El permiso para trasladar a España mi biblioteca científica privada, dado que, de lo contrario, un trabajo científico que tenga visos de éxito no resultaría posible en vista de la situación notablemente adversa de las bibliotecas españolas.

  • 2)La autorización para poder traer a España los muebles necesarios para acondicionar un piso en Madrid. Los pisos amueblados madrileños son extraordinariamente caros; además, en un piso amueblado no me resultaría posible albergar mi biblioteca.

  • 3)El apoyo institucional de este traslado con la asignación de un servicio de mudanza; de otra forma no parece posible que, habida las circunstancias actuales, se pueda llevar a cabo esta tarea.

  • 4)La concesión de todas las facilidades posibles para el transporte.

  • 5)Que el Reich se haga cargo de los costes de traslado de los muebles (ida y vuelta).

El 8 de mayo de ese mismo año, von Stackelberg recibe por parte de la Embajada de Alemania respuesta a estas —y otras— peticiones que, sin embargo, solo se resuelven parcialmente en el sentido deseado por el economista germano: si bien se le autoriza una transferencia mensual de divisas por importe de 1000 RM, así como un complemento mensual de 500 RM para mantener su vivienda en Rhoendorf (aunque se le indica que ha de justificar previamente esta necesidad), se le niega la posibilidad de trasladar a España su biblioteca científica particular.[32] En su lugar se le propone hacer una selección de los libros que considere más indispensables para su actividad, debiendo consultar esta cuestión directamente con el cónsul general von Schleinitz, a fin de garantizar que los gastos serán cubiertos por el Reich. Por el mismo motivo, se le indica, resulta imposible el transporte de sus muebles. Sin embargo, la misiva contiene dos concesiones fundamentales para el futuro de von Stackelberg en España: en primer lugar, se aprueba su solicitud de prolongar su dispensa del servicio activo en el Ejército, y en segundo, se ratifica su puesto como catedrático de la Universidad de Bonn, que no se verá afectada por su excedencia en España.[33] Estas dos concesiones allanan el camino para prolongar la estancia de von Stackelberg en España con una proyección a largo plazo.

Ya ha quedado visto que von Stackelberg fue bien atendido por sus anfitriones españoles —y también por sus conciudadanos alemanes— desde el momento de su llegada a Madrid, y que las sucesivas comidas y cenas sirvieron para estrechar contactos con sus compañeros hispanos. Entre ellos se encontraba Román Perpiñá Grau, quien, según recuerda haberle oído decir Juan Velarde, tuvo con él una relación que llegó a la amistad (‍Velarde, 2002a: 361). Aunque hasta la fecha carecíamos de más evidencia de esta relación —salvedad hecha de la referencia en uno de sus escritos a «nuestro siempre recordado profesor Stackelberg (‍Perpiñá, 1956: 183)—, el hallazgo en la biblioteca de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas del ejemplar de Perpiñá de los Grundzüge stackelbergianos con una afectuosa dedicatoria del autor permite avalar esta afirmación.

IV. LA ACTIVIDAD CIENTÍFICA Y DOCENTE DE VON STACKELBERG EN EL IEP[Subir]

Desde su llegada a España en octubre de 1943, von Stackelberg no solamente se insertó en la docencia y la investigación en la economía, sino que afianzó un grupo de economistas en la Sección de Economía del IEP, tal y como había solicitado Castiella. Cabe insistir en que, a pesar de que von Stackelberg impartió un curso en la recién creada Facultad de Ciencias Políticas y Económicas de la Universidad Central, lo hizo cedido por el IEP y sin llegar a tener relación contractual propia con la Universidad. Que su vinculación fue exclusivamente con el IEP se desprende también del hecho de que fuera el Instituto quien publicara la casi totalidad de sus obras españolas (cinco de un total de siete).[34] Veamos en mayor detalle estas dos vías de su actuación por las que von Stackelberg ejerció su influencia sobre la ciencia y la práctica de la economía en España, incitando «una impecable acción crítica —en parte directa, en parte docente y, por lo tanto, indirecta— orientada hacia una transformación radical de la política económica española» (‍Velarde, 2002a: 363).

Aunque no ha resultado posible localizar los programas de los primeros seminarios impartidos por von Stackelberg en el Instituto de Estudios Políticos —quizás no se llegaron a imprimir, dada la premura con la que se organizaron—, podemos conocer, no obstante, gracias a los apuntes tomados y conservados por Alberto Ullastres, el contenido de los dos seminarios titulados respectivamente Teoría del Cambio Exterior y Comercio Internacional, este último impartido en marzo de 1944, a la vuelta de una breve estancia de von Stackelberg en Alemania, tras la cual su mujer y dos hijas le acompañaron a Madrid.[35] Aunque los apuntes sobre Teoría del Cambio Exterior no llevan fecha, parece razonable asumir que este seminario fuera impartido por von Stackelberg al poco de su llegada a España, habida cuenta de que una parte de ellos están tomados en alemán, mientras que los restantes aparecen ya íntegramente en español.[36] Estos dos seminarios equivaldrían al denominado Problemas Actuales de la Teoría del Dinero y del Comercio Internacional en la invitación que se le cursó a von Stackelberg. No obstante, a juzgar por las fechas de los apuntes de Ullastres, estas sesiones finalmente habrían tenido lugar los jueves y no los miércoles, como originalmente había sido anunciado. Dicho esto, cabe suponer que las mencionadas notas del futuro ministro de Comercio en esta ocasión no estuvieran completas, puesto que presentan una extensión muy breve para un curso semanal de cinco meses de duración.

De lo que no cabe duda es de que von Stackelberg se tomó desde un principio muy en serio su labor, y que en todo momento fue consciente de la gran responsabilidad que conllevaba, como ya quedó evidenciado en la carta que escribió a su mujer al poco de su llegada a Madrid.[37] Más explícito aún resulta el tratamiento de esta cuestión en la misiva que von Stackelberg dirigió a su colega Walter Eucken, con quien había comenzado a estrechar lazos de amistad desde que se conocieran personalmente en Wiesbaden en mayo de 1941:[38]

Me pregunta usted si existe en España una teoría macroeconómica. Con esta pregunta ha dado usted en el centro de la diana. ¡Tal teoría aún no existe en España, y los españoles esperan de mí, nada más y nada menos, que la creación de una «escuela» teórica nacional para su país! De ello resulta que la audiencia de mi curso esté constituida sobre todo por profesores españoles de Macroeconomía. La situación de nuestra ciencia en España puede resumirse tal que sigue: los españoles carecen de una tradición científica propia en este campo. El siglo pasado estuvieron fuertemente influidos por la Escuela Historicista, y esta influencia se ha extendido hasta tiempos recientes, cuando en Alemania ya se había abierto paso la necesidad de un desarrollo objetivo y de un distanciamiento metodológico de la Escuela Historicista. Pero los nuevos problemas resultantes de la reconstrucción del país tras la Guerra Civil, el ejemplo de los países científicamente más avanzados y la renovación —y con ello el rejuvenecimiento— del claustro académico, ha facilitado a los españoles una revisión [de estos principios]. El Instituto de Estudios Políticos, por cuya invitación vine a Madrid, cuenta con una Sección especial de Economía, y la revista editada por el Instituto Revista de Estudios Políticos publica un suplemento con trabajos de política económica, que se pretende convertir en una revista autónoma. En la Universidad de Madrid se ha creado recientemente una «Facultad de Estudios Políticos»; su decano [Fernando María Castiella] es el director de mi Instituto. Esta Facultad pretende dar especial relevancia a los estudios de la economía. En tanto que en España la economía es mero subsidiario de los estudios jurídicos, se pretende que aquí, por primera vez, se imparta de forma plenamente autónoma. El plan de estudios es bastante moderno. Está diseñado para cinco años, de los cuales los dos primeros se dedican a la propedéutica matemática, estadística y jurídica; los dos años siguientes estarán dedicados a la teoría económica. —Como verá, las tareas que se me presentan son grandes e interesantes. Mas las posibles vías para resolverlas solo las podré abarcar en los próximos meses.[39]

Una vez asentado en Madrid, y a medida que avanza el semestre, von Stackelberg va ampliando su círculo de amistades, especialmente con aquellos profesores que colaboran más estrechamente con él, de entre quienes destacaría José Vergara.[40]

Gracias a la colaboración de estos amigos, von Stackelberg fue capaz de desempeñar una actividad científica extraordinariamente productiva en términos de publicaciones, en línea con el altísimo rendimiento académico que ya había puesto de relieve en Alemania (cf. ‍Möller, 1949: 395) —¡solo que ahora publicando en paralelo versiones españolas y alemanas de sus investigaciones!—. Precisamente, una de las primeras medidas consistirá —como se verá con mayor detalle más adelante— en impulsar la traducción y publicación, con la ayuda José Antonio Piera Labra, José Vergara Doncel, Alberto Ullastres Calvo, Valentín Andrés Álvarez, Miguel Paredes Marcos y José Castañeda Chornet, de la versión española de los Grundzüge (a la vez que negocia una nueva edición de la versión alemana). Finalmente, verían la luz en 1946 —poco antes del fallecimiento de su autor— publicados por el IEP, convirtiéndose durante las siguientes décadas en uno de los manuales de referencia en la Universidad Central (véase al respecto, ‍Baumert, 2023: 77 y ss.), siendo reimpreso en tres ocasiones, la última de ellas en 1961.

De lo que no cabe duda, es de que la actividad científica y docente de von Stackelberg durante estos primeros meses en Madrid había cumplido —y probablemente incluso superado— las expectativas de la dirección del Instituto de Estudios Políticos, dejando una duradera huella en sus oyentes, muchos de los cuales estaban a punto de iniciar su actividad como profesores en la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas, diseminando así, a su vez, estas lecciones de forma multiplicada. Así lo demuestra la propuesta de renovación del acuerdo remitida a von Stackelberg por José Vergara —a la sazón jefe de la Sección de Economía Nacional—, que da buena muestra de que el economista germano había sabido encajar perfectamente en el equipo del Instituto:

Concluido el acuerdo estipulado entre usted y el Instituto de Estudios Políticos, en virtud del cual ha colaborado usted en su tarea científica con las personas que integran la sección de Economía, me es grato indicarle que durante este período ha confirmado usted plenamente ante las personas que le han rodeado y escuchado la autoridad científica que había transcendido de sus obras y, lo que también es importante, ha sabido crearse un ambiente de simpatía y afecto entre todos.

Visto el feliz resultado de esta colaboración y en nombre del director del Instituto de Estudios Políticos [Fernando María Castiella], tengo el gusto ofrecerle a usted una nueva colaboración por un período más amplio que pudiera ser de dos años. Desarrollaría usted, en caso de aceptación por su parte, algunos cursos sobre temas económicos, en idioma español, dentro del Instituto; redactaría usted investigaciones personales y orientaría en las que otros miembros del Instituto realizan.

En el contrato de trabajo que se firmase haría constar la posibilidad de dar por concluido el compromiso en cualquier momento si circunstancias de interés superior, en España o en Alemania, y ajenas a la voluntad de las partes contratantes obligasen a ello.

Si estas condiciones merecen aceptación por parte de usted, le ruego que inmediatamente realice las gestiones oportunas para conseguir la aprobación de las autoridades de que usted depende, con el fin de llegar a una solución en el más breve plazo posible.

¡Arriba España!

El jefe de sección (José Vergara)[41]

Si bien la propuesta formal se hizo en julio, es altamente probable que, en cuanto von Stackelberg recibió el nihil obstat por parte de las autoridades del Reich, negociara un acuerdo previo con el IEP para prolongar su estancia en España. Esto explica que ya hubiera iniciado con anterioridad los trámites para que su mujer e hijas le pudieran seguir a España, proceso complicado, en tanto que exigía la autorización expresa —una vez avalada la «afección política» de la familia— por parte de las autoridades alemanas (cf. ‍Baumert, 2021). Una vez concedido dicho permiso, von Stackelberg aprovechó un receso entre los dos seminarios del Instituto de Estudios Políticos para viajar a Mednicken (Prusia Oriental), donde residía su familia, y traerla consigo a España el 2 de marzo de 1944.[42]

Aunque en la carta firmada por José Vergara únicamente se menciona la impartición de cursos en el seno del Instituto de Estudios Políticos, al poco se debió plantear la posibilidad de que von Stackelberg se incorporara también al claustro de la Universidad Central de Madrid en calidad de catedrático extraordinario (‍Fuentes Quintana, 1992: 83), decisión que sin duda se vio facilitada por el hecho de que Castiella, además de estar al frente del IEP, fuera también decano de la Facultad. Esta jugada de Castiella resultó además decisiva para asegurar que la impronta ordoliberal que von Stackelberg estaba dejando en el IEP, donde había reforzado el ala liberal-falangista frente a las opciones nacionalcatólicas, se trasladara igualmente a la Facultad. Y ha de reconocerse que, visto el encuadre ideológico de los primeros catedráticos y profesores de la misma, en la que la representación liberal —con los diversos adjetivos y matices que pudieran ser necesarios— excedió con creces la de los keynesianos, representados casi exclusivamente por Manuel de Torres. En palabras de Juan Velarde:

Desde el punto de vista ideológico, el Instituto de Estudios Políticos amalgamaba a intelectuales falangistas y a liberales que habían apoyado a Franco en la guerra civil. Esta alianza se enfrentaba con núcleos, también del mismo régimen, que se consideraban más próximos a las ideologías que serían después bautizadas como «nacionalcatólicas». Precisamente el acceso a los puestos de dirección de la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas se hizo dentro de esta tensión (‍Velarde, 2002a: 335).

Fiel a su costumbre, von Stackelberg no tardará en ponerse manos a la obra. De esta forma, dos meses después, el 21 de septiembre de 1944, entregaba el borrador del programa para el curso Algunos Problemas de la Teoría Económica —el título original rezaba Problemas Elegidos de Teoría Económica—, destinado a la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas.

El curso, que se impartió de acuerdo con el programa que se recoge en el anexo (1), permitió a von Stackelberg llegar a un público más amplio —y más joven— que el del IEP. Los temas tratados seguían, en esencia, el contenido de los Grundzüge que, a medida que se iban traduciendo al español, iban sirviendo a la vez como guión para las clases de von Stackelberg en la Universidad y en el Instituto y, convenientemente ampliados, se irían convirtiendo en base para la composición de los Principios que serían publicados por el IEP (vid. supra). En este punto puede resultar interesante ver cómo se había organizado el equipo de traducción —aunque en realidad era mucho más que eso, puesto que las severas ampliaciones del texto se basaban en extensas discusiones con los profesores colaboradores— en torno a von Stackelberg:

La Señorita Heinrich del Instituto [alemán] de Cultura viene tres mañanas a la semana y escribe al dictado los borradores de mis clases. Este borrador lo corrijo, amplío y redacto en su versión final. Una estudiante del Instituto de Cultura pasa esta versión a limpio. Este texto es nuevamente revisado por mí, antes de pasárselo a uno de los traductores del Instituto de Cultura, que lo pasa al español. Mis auxiliares [en español en el original] en el Instituto de Estudios Políticos revisan cuidadosamente el texto español. De esta forma generamos continuamente versiones de mis clases que están listas para ser enviadas a la imprenta. La intención del Instituto de Estudios Políticos es publicar estos textos cuanto antes.

La necesidad de un texto de este tipo es muy alta, obviamente sobre todo entre mis estudiantes. De todos modos, no me cabe duda de que esta incipiente obra, que será notablemente más extensa que mis Grundzüge (que, como sabe, ha sido traducida por mis compañeros españoles), puede convertirse en [el manual] básico para el aprendizaje de la teoría económica entre los estudiantes españoles. Existe, ante todo, gran interés en disponer de una exposición matemática de la teoría económica.[43]

Los cursos impartidos por von Stackelberg en el IEP —que, a diferencia del dirigido a los estudiantes de la licenciatura en la Universidad Central, daban mayor énfasis a los aspectos metodológicos, con objeto de orientar los trabajos personales de investigación (‍IEP, 1944)— fueron tres. El propósito perseguido con ello por parte del Instituto queda explicado en la siguiente de declaración:

Al anunciar, hace un año, los propósitos que animaban al Instituto de Estudios Políticos para organizar en su seno los Estudios Superiores de Economía Política, se advertía que no serían éstos «pura repetición de enseñanzas universitarias, sino más bien complemento y ampliación de las mismas». En marcha la nueva Facultad de Ciencias Políticas y Económicas, se hace precisamente más necesaria esta labor de complemento a que el Instituto se obliga, a fin de perfeccionar la formación de quienes a la ciencia económica vienen dedicando sus mejores esfuerzos, mientras que la nueva Facultad hace penetrar ahora a las nuevas generaciones universitarias en el campo de los estudios económicos.

Como en la ocasión recordada se advertía, interesa mucho al Instituto de Estudios Políticos propulsar la investigación original sobre temas de política económica española, mas para antes lograrlo considera que es de suma importancia proporcionar a los futuros investigadores instrumentos de trabajo buenos y abundantes, así como adecuar rápidamente a las necesidades y características de nuestra Patria las técnicas científicas extranjeras. Además, pretende que quienes se disponen a prepararse para la labor docente cuenten, sin más espera, con los medios aptos para disciplinar y perfeccionar la preparación alcanzada por cada uno. La experiencia ha mostrado que para servir seriamente a esta urgencia conviene atender a la raíz del problema, aunque ésta, aparentemente, se halle muy alejada de los frutos (‍IEP, 1944).

Von Stackelberg contribuirá, quizás como ningún otro profesor de la época en España, a acelerar la maduración y cosecha de dichos frutos.

El más extenso de los cursos, referido al Análisis Económico Superior, se celebró, a partir del 17 de octubre y hasta el final del curso académico, los martes y miércoles de cuatro a cinco de la tarde, de acuerdo con el programa que se recoge en el anexo (2). Se completó este con un seminario sobre Las Nuevas Teorías sobre el Interés, la Inversión y la Renta —que tuvo lugar los viernes, de siete a nueve, entre el 21 de octubre y el 13 de febrero[44]—, así como otro acerca de La Teoría Económica de la Localización, que, una vez acabado el curso anterior, se celebró el mismo día y hora (‍IEP, 1944).

Aunque el programa del curso sobre Análisis Económico Superior no aparecía desglosado en el folleto publicado por el IEP, puede inferirse gracias al borrador manuscrito conservado en el legado de von Stackelberg, fechado cuatro días después de aquel (25 de septiembre).[45] Se advierte que von Stackelberg recicló para este curso el tema sobre «El desenvolvimiento histórico del concepto de la utilidad» que había sido descartado del curso para la Facultad. Al margen del programa, podemos tener una visión muy nítida de los contenidos específicos del curso gracias a los apuntes que del mismo se han conservado de manos de Alberto Ullastres. Y aunque la limitación de espacio no permite un análisis más detallado de los mismos, valga señalar, por ejemplo, el siguiente apunte correspondiente a la clase del día 7 de noviembre: «Los principios de control – el principio de equivalencia. […] Ejemplo: Los de Viena criticaban a Cassel [y] su sistema y viceversa. Stackelberg demostró la equivalencia de las bases de partida de Cassel (fundación individual de la demanda) y Pareto (curvas de indiferencia), y como Pareto es afín a Viena, resulta que no puede combatirse».[46]

Y otro, correspondiente en este caso a la clase del 15 de noviembre: «La teoría económica ha de construirse a base de la economía individual. Un análisis de conjunto (macroeconómico) conduce a errores si no se ha procedido antes a analizar la conducta del individuo (individualismo metódico que no tiene nada que ver con la concepción individualista de la vida)».[47]

El seminario acerca de Las Nuevas Teorías sobre el Interés, la Inversión y la Renta se llevó a cabo siguiendo el programa expuesto en el anexo (3) y puede conocerse, igualmente, gracias a los apuntes tomados por Alberto Ullastres.

De lo que no cabe duda, es de que von Stackelberg, en todo momento, mostró un extraordinario respeto por todos sus colegas, cualquiera que fuese su nacionalidad, siempre que tuviesen una alta cualificación científica. Si se daba esta circunstancia, von Stackelberg, lejos de cualquier soberbia intelectual, se adaptaba al nivel científico y a los conocimientos previos de su interlocutor, siempre dispuesto a transmitir su conocimiento y a atender a otros economistas, pero también a los participantes de sus clases, con la predisposición de aprender de todos ellos. Tal es así, que Juan Velarde recuerda haber escuchado a José Antonio Piera Labra —participante en los seminarios de von Stackelberg en el IEP—, cómo el alemán, al darse cuenta en una de sus primeras clases que el nivel matemático que empleaba resultaba difícil de seguir a algunos de los oyentes, inmediatamente adaptó su exposición al nivel general de la clase, simplificando el aparato matemático empleado.[48]

Que el IEP era en aquel momento un foco en el que también se discutía —en ocasiones muy— críticamente el régimen franquista, se desprende de los informes secretos que un infiltrado remitía al servicio de seguridad y éste hacía llegar a manos del propio Franco. Valga como ejemplo el siguiente «informe confidencial» fechado en enero de 1944 —cuando von Stackelberg llevaba ya más de dos meses incorporado al mismo, impartiendo su curso superior sobre teoría económica—, conservado entre los papeles que el general Franco guardaba en su despacho:

En el Instituto de Estudios Políticos se hacen comentarios sobre los rumores que hay sobre una posible crisis en el Gobierno […] En este centro se habla de S.E. muy despectivamente [esta frase subrayada, seguramente de mano del propio general Franco]: las siguientes expresiones son allí dichas sobre Él, «es un optimista de pueblo», «un engreído», «un pobre hombre», «un inconsciente». También dicen «No pasará nada – engañará a todos», etc. […] También dicen que a pesar de que en el Ejército todos hablan mal del Caudillo no creen que se muevan contra él porque tienen cogidos a sus principales «capitostes» […]. También hablaron sobre el tema de «la resurrección» de Ortega y Gasset: se dice que no debe olvidarse que él ha influido notablemente en la formación de la juventud actual y que hasta José Antonio discutió con él: Que vive «formidablemente» en Lisboa: Que está depurado favorablemente en la Universidad y que por lo tanto cualquier día puede tomar posesión de cátedra […] Otra cosa más procedente del Instituto de Estudios Políticos al [sic] el decir que S.E. había encargado a algunas personalidades que prepararan un proyecto de Ley Electoral […][49].

Aunque el documento no hace mención explícita a la Sección de Economía del Instituto, y los contenidos comentados en el informe parecen proceder, por el contrario, de la Sección Política, ha de asumirse que Franco estuvo en todo momento bien informado de lo que se presentaba y discutía en el seno de este centro —aparentemente sin inmiscuirse en él—.

En general, la vida de los von Stackelberg en Madrid transcurrió con bastante tranquilidad. La familia se trasladó del Hotel Gredos a un piso amueblado en la calle Joaquín Costa, 7, por aquel entonces una zona de hotelitos al norte de la capital. El piso ocupaba la planta baja, en tanto que la planta primera albergaba un conocido restaurante, cuya terraza se situaba justo encima de la vivienda de los von Stackelberg, ¡con la consiguiente algarabía de las cenas que se extendían hasta horas que al matrimonio germano se les antojaban intempestivas! (von ‍Stackelberg, 2017: 21). No obstante, el ruido hizo que la familia se volviera a mudar al poco tiempo, a principios de 1945, a un cercano chalé con un bonito jardín situado en la calle Manuel del Palacio, 5. Esta casa vería la llegada al mundo del tercer hijo —único varón— de los Stackelberg, Hans-Heinrich (si bien el alumbramiento tuvo lugar en el Hospital Alemán), y en esta casa fallecería Heinrich von Stackelberg el 12 de octubre de 1946.

Por nuestra parte, no hay muchas novedades que contar. Vivimos [de alquiler] en una casa amueblada, nuestra hija mayor [Ulrike] va al colegio, mi mujer y nuestra hija pequeña [Elisabeth] se ocupan de la casa y yo continúo impartiendo clase en la Universidad y en el Instituto [de Estudios Políticos] además de avanzar en la redacción de mi manual de teoría económica. […] En cuanto a mis publicaciones españolas, avanzo muy lentamente, aunque algún día verán la luz.[50]

En general, la sociedad madrileña mantenía una actitud muy positiva hacia los alemanes residentes en la capital, no obstante la adversa situación bélica. Y, a pesar de la pertenencia de von Stackelberg al partido, apenas tenían que participar en ningún acto político, salvo la asistencia obligatoria a la Embajada alemana con motivo del cumpleaños de Hitler, el día 20 de abril.[51] Poco a poco, Elisabeth se va familiarizando con el idioma español y tanto los padres como las hijas se van acomodando a las costumbres españolas, integrándose así en la sociedad madrileña.

En febrero de 1945, el IEP cumplió con uno de los principales objetivos de la Sección de Economía al lanzar su propia revista, titulada Revista de Economía Política, la primera de este tipo en España.[52] El artículo de apertura correspondía a Heinrich von Stackelberg (‍1945a) —una clara deferencia hacia el profesor visitante y, al mismo tiempo, también una magnífica manera de comenzar la revista con una contribución de un prestigioso autor de renombre internacional—, y también colaboraría en el siguiente número con una reseña del libro de Kalecki Studies in Economic Dynamics (‍1945b).[53]

Parece, en definitiva, que von Stackelberg disfrutó —al igual que posteriormente su familia—, de una excelente acogida por parte de sus compañeros y estudiantes, a pesar de que su físico nórdico lo diferenciaba claramente de su entorno: su estatura —medía 181 cm— hacía que fuera unos quince centímetros más alto que la media de los varones españoles en aquel momento (‍Spijker et al., 2008), era delgado, casi enjuto —pesaba alrededor de 70 kg—, tenía porte muy erguido, cabello rubio oscuro, ojos grisáceos y —como recordaba Juan Velarde— mejillas rojizas (‍Velarde, 1998). Mas se integró muy bien en la sociedad madrileña: «Hablaba muy bien el castellano, le gustaban las tapas y la siesta. No tuvo ningún problema para adaptarse» (‍Humanes y Alba, 2002: 71), de modo que von Stackelberg bien se pudo haber planteado residir de forma permanente en nuestro país[54]: «Un día, al salir de clase, alguien preguntó [a von Stackelberg] si al concluir la guerra, retornaría a Alemania. “Tengo muy claro que mi puesto es este de Madrid —repuso y añadió—: Deseo que mi estatuto sea el de otro compatriota, el profesor Obermaier”»[55].

Obviamente, a pesar de esta buena sintonía de los von Stackelberg con los españoles, hubo un cierto —inevitable— choque cultural que experimentó aquel abeto nórdico trasplantado en el palmeral mediterráneo, y que, en ocasiones, dio lugar a situaciones incluso cómicas, alguna de las cuales se recordarán a lo largo de este texto. Valga traer aquí a colación una anécdota evocada por Juan Velarde en sus Memorias:

Recuerdo una anécdota suya que no tiene nada que ver con la economía: era el día de Santo Tomás de Aquino, por lo que se había celebrado una misa cerca del Paraninfo. Coincidió que nosotros nos habíamos acercado por allí cuando salía de misa el claustro de profesores. En esto que, en mitad del alboroto, oigo a von Stackelberg decirle a su acompañante: «Pero bueno, vamos a ver, yo soy evangélico y allí en Alemania, en la iglesia, cuando toca levantarse se levanta todo el mundo; cuando toca arrodillarse se arrodilla todo el mundo; cuando toca sacar el libro de cantos, todos sacamos a la vez el mismo libro. Pero aquí me van a volver loco ustedes… Yo, por cortesía, trato de hacer lo mismo que todos los demás, porque no domino el rito. ¡Pero es imposible saber qué hay que hacer, porque aquí cada cual hace una cosa diferente: unos se arrodillan, otros se quedan de pie; luego unos se sientan y otros se arrodillan; unos sacan un libro, otros uno distinto…!» (‍Buesa y Baumert: 2016: 49).

Cabe concluir esta sección afirmando que la labor docente y de magisterio de von Stackelberg en Madrid resultó realmente extraordinaria. La mayor parte de los profesores de la naciente Facultad de Madrid, al igual que algunos de los actores claves de la futura política económica del régimen, se beneficiaron de sus enseñanzas y los estudiantes de la primera promoción pudieron disfrutar directamente de su amplia cultura económica, de su profunda formación y de su incomparable magisterio. De esta suerte, von Stackelberg se convirtió, si no en todos los casos en maestro, sí claramente en mentor de los economistas españoles, cuya importancia sería decisiva para orientar los estudios de Economía —así como el diseño e implementación de la política económica— en nuestro país (cf. ‍ICE, 1966: 107). En este sentido, la iniciativa de Castiella ha de considerarse un indudable acierto. Y el papel desempeñado por el Instituto de Estudios Políticos como catalizador de la ciencia económica en España merece ser revalorizado a la luz de lo aquí expuesto.

NOTAS[Subir]

[1]

De hecho, la conferencia con la que von Stackelberg se dio a conocer al público español y que sería publicada por el Instituto de Estudios Políticos, se tituló precisamente así, «La ciencia y la práctica de la economía» (von ‍Stackelberg, 1944).

[2]

Llama la atención que la autora no mencione la docencia de von Stackelberg como un ejemplo notorio de esas relaciones.

[3]

Comunicación personal del librero que adquirió el libro de los herederos de Castiella. El ejemplar llevaba el exlibris de Castiella y la anotación manuscrita «Berlín, 1942».

[4]

Un antecedente en esa dirección fue la concesión del doctorado honoris causa al célebre romanista e hispanista alemán Karl Vossler por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central el 23 de marzo de 1943.

[5]

Carta del Reichsminister für Wissenschaft, Erziehung und Volksbildung a Heinrich von Stackelberg, 2 de julio de 1943. Nachlass von Stackelberg, Sign. 22/189.

[6]

Nachlass von Stackelberg, sig. 22/88.

[7]

Carta de Heinrich von Stackelberg a Elisabeth von Stackelberg, 28 de octubre de 1943. Archivo particular de Elisabeth von Stackelberg (vid. infra).

[8]

Véase el sello de salida en el pasaporte de Heinrich von Stackelberg (Nachlass von Stackelberg, Sign. 22/173).

[9]

«El profesor barón Stackelberg en Madrid» (ABC, 29 de octubre de 1943, pág. 18); «El profesor alemán von Stackelberg, en Madrid» (La Vanguardia Española, 29 de octubre de 1943, pág. 9).

[10]

Por citar tan solo una selección: «Ilustre economista alemán, en Madrid» (La Nueva España, 3 de noviembre de 1943, pág. 3); «Llega a Madrid el profesor de la Universidad de Bonn, barón Heinrich von Stackelberg» (Proa, 3 de noviembre de 1943, pág. 6); «El profesor von Stackelberg llegó a Madrid invitado por el Instituto de Estudios Políticos (Falange, 4 de noviembre de 1943, pág. 5), y «El barón Heinrich von Stackelberg, en Madrid», Economía mundial, año III, (1943), nº 151.

[11]

«El profesor Heinrich von Stackelberg, en Barcelona» (La Vanguardia Española, 23 de octubre de 1943, pág. 8).

[12]

Cf. La carta de Heinrich von Stackelberg a Elisabeth von Stackelberg, 28 de octubre de 1943. Archivo particular de Elisabeth von Stackelberg.

[13]

Cf. «Llegada del embajador de Alemania» y «El próximo canje de prisioneros» (La Vanguardia Española, 23 de octubre de 1943, pág. 8), así como los diversos artículos al respecto contenidos en Das Rote Kreuz-La Croix-Rouge, 51, n.º 45, 11 de noviembre de 1943.

[14]

Sigue una descripción del paisaje español.

[15]

El Dr. Erich A. Krotz era desde noviembre de 1940 el director del Instituto Alemán de Cultura en Barcelona.

[16]

Hans Janner (1915-‍1998) estudió Filología Hispana bajo la tutela de Karl Vossler en Múnich. De 1935 a 1939 fue becario de la prestigiosa Fundación Maximilianeum de la capital bávara, en la que luego continuó como profesor. De 1942 a 1945 trabajó para el Instituto Alemán de Cultura en Madrid. En 1950 fue profesor ayudante en la Catholic University de Washington. En 1976 fue uno de los socios fundadores del Deutscher Hispanistenverband.

[17]

Berthold Beinert (1909-‍1981), estudió Historia en la Universidad de Heidelberg, donde se doctoró en 1937. En 1938 trabajó en el DAAD de París y el año siguiente ejerció el mismo cargo en el DA de Barcelona, de donde pasó, en 1940, en calidad de secretario, al Instituto de Alemán de Cultura de Madrid. Al finalizar la guerra permaneció en España ejerciendo de traductor. En 1951 regresó a Alemania, asentándose en su Heidelberg natal.

[18]

El Hotel Capitol está situado en el célebre edificio Carrión, uno de los más emblemáticos de la Gran Vía madrileña.

[19]

Sigue un cálculo de la paridad de poder adquisitivo de la peseta frente al Reichsmark.

[20]

La Embajada de Alemania se encontraba en el solar que ocupa actualmente el edificio de La Unión y el Fénix, en las inmediateces a la plaza de Colón.

[21]

El Instituto Alemán de Cultura estaba situado en el antiguo palacio del paseo de la Castellana esquina paseo del Cisne (el palacete mismo daba a la calle Rafael Calvo) y había sido inaugurado el 22 de mayo de 1941 con grandes pompas como competencia al Instituto Británico. Aunque el director del Instituto era el profesor Theodor Heinemann, en la práctica toda la gestión estaba en manos de Bernhard Beinert. La jefa de la excelente biblioteca del Instituto fue Gerda Miessner, cuyas habilidades bibliotecarias y conocimientos bibliográficos la convertirían en un referente del gremio de libreros de Madrid en las décadas siguientes al final de la guerra, en las que estuvo al cargo de la célebre librería Buchholz, cuya inauguración había presidido José Ortega y Gasset (cf. ‍Besas, 2015: 171-‍172).

[22]

Es altamente probable que así fuera, en tanto que Castiella había participado como voluntario —por cierto, como soldado raso, renunciando al grado de capitán que le correspondía— en la División Azul.

[23]

Se trata de lugares significativos en la biografía de von Stackelberg.

[24]

Según relata el profesor Velarde, en una ocasión von Stackelberg compartió mesa con Ramón Perpiñá Grau. Al parecer, von Stackelberg echó trozos de pan en la sopa, lo que provocó una mirada de asombro del economista español, ante lo cual el alemán respondió: «Tiene que disculparme, a veces me comporto como un campesino» (‍Velarde, 2002b: 362). La anécdota, quizás algo exagerada por Perpiñá, se repite, entre otros, en «El padre alemán de la economía española», ABC, 12 de abril de 2015, pág. 56.

[25]

Según afirma Velarde (‍2002a: 357), los planes de estudio de la Facultad fueron orientados más de una vez por von Stackelberg.

[26]

Carta de Heinrich von Stackelberg a Elisabeth von Stackelberg, 28 de octubre de 1943. Archivo particular de Elisabeth von Stackelberg.

[27]

Ibid.

[28]

Véase la ya citada carta a su mujer, Elisabeth, del 28 de octubre de 1943. Archivo particular de Elisabeth von Stackelberg.

[29]

Todas las transacciones se llevaban a cabo a través del Banco Alemán Transatlántico.

[30]

Nachlass von Stackelberg, Sign. 22/204.

[31]

Las opciones barajadas son: Victor Pradera, 91; Marqués Villamayor, 4; Menorca, 40; Lagasca, 126; Joaquín Costa, 3; Alcalá, 104, y Goya, 80, entre otras.

[32]

Resulta interesante la reducida lista de obras que von Stackelberg seleccionó para que le fueran enviadas por valija diplomática —incluye, por ejemplo, la Teoría del multiplicador de Manuel de Torres (Madrid: Instituto de Economía «Sancho de Moncada)— y que se reproduce en von Stackelberg (‍2023: 102-‍103).

[33]

Carta de Gesandschaftsrat Dr. W. Petersen a Heinrich von Stackelberg, fechada el 8 de mayo en Madrid. Nachlass von Stackelberg.

[34]

Lo que, en términos de volumen escrito, equivale al 97 % de su producción científica total en español.

[35]

Rezan así los apuntes de Ullastres, que asumimos de dos cursos diferenciados en tanto que cada uno de ellos cuenta con una paginación independiente. No obstante, cabría también la posibilidad de que se tratara de dos apartados de un único curso o seminario titulado Cambios y Comercio Exterior, que es como está rotulada la carpeta que contiene los apuntes de ambos temas.

[36]

Alberto Ullastres, «Apuntes de: Stackelberg-Teoría del cambio exterior» y «Seminario de comercio internacional». Archivo general de la Universidad de Navarra. Fondo Alberto Ullastres. El legado de Ullastres se halla actualmente en fase de catalogación.

[37]

Vid. supra: carta de Heinrich von Stackelberg a Elisabeth von Stackelberg, 28 de octubre de 1943. Archivo particular de Elisabeth von Stackelberg.

[38]

Declaración jurada de Walter Eucken, 26 de julio de 1948. Acta del proceso de desnazificación a favor de Heinrich von Stackelberg, 20 de julio de 1948. Nachlass von Stackelberg, Sign. 22/92.

[39]

Carta de Heinrich von Stackelberg a Walter Eucken, 18 de enero de 1944. Nachlass Eucken.

[40]

Carta de Elisabeth von Stackelberg a Walter Eucken, 7 de noviembre de 1949. Nachlass Eucken.

[41]

Carta del jefe de la Sección de Economía Nacional del Instituto de Estudios Políticos, José Vergara, a Heinrich von Stackelberg, 11 de julio de 1944 (sello de salida del día siguiente). Nachlass von Stackelberg.

[42]

Elisabeth von Stackelberg (‍2017: 18-‍19).

[43]

Carta de Heinrich von Stackelberg al Dr. W. Petersen. 30 de noviembre de 1944. Nachlass von Stackelberg.

[44]

Aunque en el programa del curso figura el 20 de octubre como fecha de comienzo, las dos primeras sesiones se celebraron en sábado, en lugar de en viernes.

[45]

Heinrich von Stackelberg, «Análisis económico superior» [texto mecanografiado con correcciones y añadidos manuscritos], Nachlass von Stackelberg.

[46]

Alberto Ullastres, «Apuntes de: Stackelberg. Análisis económico, 1944-‍45». Archivo General de la Universidad de Navarra. Fondo Alberto Ullastres. El legado de Ullastres se halla actualmente en fase de catalogación.

[47]

Ibid.

[48]

Comunicación personal del profesor Juan Velarde al autor. Cf. también Velarde (‍2002b: 360).

[49]

Noticias confidenciales del Instituto de Estudios Políticos, 29 de enero de 1944. Fundación Nacional Francisco Franco, sign. 2554.

[50]

Carta de Heinrich von Stackelberg a Erwin von Beckerath, 6 de diciembre de 1944. Nachlass von Stackelberg.

[51]

Ibid., pág. 20.

[52]

Este primer número incluía también una biografía de von Stackelberg a cargo de Miguel Paredes (‍1945).

[53]

Para un análisis contextualizado de dichos trabajos de von Stackelberg, véase Baumert (‍2023: 73 y ss., 89 y ss.).

[54]

No obstante, la correspondencia con Eucken hace ver que von Stackelberg simpatizaba con la idea de volver a colaborar con él, si bien no está claro si desde España o si, por el contrario, tenía en mente retornar a Alemania. Esta última opción es considerada la más probable por las hijas de von Stackelberg. Entrevista personal a Ulrike Gräfin Schwerin von Krosigk, 25 de mayo de 2019.

[55]

Ibid. Hugo Obermaier Grad (Ratisbona, 1877-Friburgo, Suiza, 1946) fue un prehistoriador y paleontólogo alemán, nacionalizado español en 1924. En 1922 se había creado para él la Cátedra de Historia Primitiva del Hombre en la Universidad Central de Madrid y se le otorgó una plaza en la Real Academia de la Historia. Al verse sorprendido por el estallido de la Guerra Civil mientras participaba en un congreso en Oslo, decidió no regresar a España, a pesar de la insistencia de sus amigos españoles (especialmente del duque de Alba).

[56]

Nachlass von Stackelberg, sign. 22/110.

Bibliografía[Subir]

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[2] 

Baumert, T. (2023). Heinrich von Stackelberg en España: un estudio introductorio. En H. von Stackelberg. Contribuciones a la modernización de la economía española. Clásicos del pensamiento económico español (Madrid: Real Academia de Ciencias Morales y Políticas) [en prensa].

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[18] 

Sampedro, J. L. (1987). Aprendizajes de un metaeconomista. En homenaje al profesor Sampedro. Madrid: Fundación Banco Exterior.

[19] 

Spijker, J., Pérez Díaz, J. y Cámara Hueso, A. D. (2008). Cambios generacionales de la estatura en la España del siglo xx a partir de la Encuesta Nacional de Salud. Revista Estadística Española, 50 (169), 571-‍604.

[20] 

Stackelberg, E. von. (2017). 16 Adressen. Köln: Selbstverlag.

[21] 

Stackelberg, H. von. (1943). Grundzüge der theoretischen Volkswirtschaftslehre. Stuttgart und Berlin: Kohlhammer.

[22] 

Stackelberg, H. von. (1944). La ciencia y la práctica de la Economía. Madrid: Instituto de Estudios Políticos.

[23] 

Stackelberg, H. von. (1945a). El cambio exterior en régimen de concurrencia perfecta. Revista de Economía Política, 1, 3-‍72.

[24] 

Stackelberg, H. von. (1945b). Kalecki: Studies in Economic Dynamics (reseña). Revista de Economía Política, 2, 350-‍356.

[25] 

Stackelberg, H. von. (1946). Principios de Teoría Económica. Madrid: Instituto de Estudios Políticos.

[26] 

Stackelberg, H. von. (2023). Contribuciones a la modernización de la economía española. Clásicos del pensamiento económico español. Madrid: Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.

[27] 

Ullastres, A. (1944). Las ideas económicas de Juan de Mariana [tesis doctoral]. Universidad Complutense de Madrid (publicación parcial en los volúmenes IV (13), 273-‍303 y V (20), 437-‍471 de Anales de Economía.

[28] 

Velarde, J. (1998). Discurso con motivo de su investidura como doctor honoris causa por la Universidad de Alicante, 5 de noviembre de 1998.

[29] 

Velarde, J. (2002a). Stackelberg y su papel en el cambio de la política económica española. En E. Fuentes Quintana (dir.). Economía y economistas españoles (pp. 349-‍366). Barcelona: Galaxia Gutenberg.

[30] 

Velarde, J. (2002b). Sobre la entrada en la jerga universitaria española de las palabras «estructura económica». En E. Fuentes Quintana (dir.). Economía y economistas españoles (pp. 711-‍729). Barcelona: Galaxia Gutemberg.

ANEXO[Subir]

PROGRAMA DE LOS CURSOS IMPARTIDOS POR HEINRICH VON STACKELBERG EN ESPAÑA

1. Curso sobre Algunos Problemas de la Teoría Económica (Facultad de Ciencias Políticas y Económicas de la Universidad de Madrid, 1944-‍1945)

Parte I: Teoría del consumo y del valor

  • Capítulo 1. Las etapas de desarrollo de la teoría de valor

  • Capítulo 2. Propiedades de la escala de preferencias

  • Capítulo 3. El equilibrio general de la economía familiar

  • Capítulo 4. El índice del coste de vida

Parte II: Teoría de la producción y del coste

  • Capítulo 1. Las relaciones entre los bienes en la producción

  • Capítulo 2. La demanda y la oferta de la empresa

  • Capítulo 3. La ordenación temporal de la producción

  • Capítulo 4. Problemas de la teoría del coste de producción

Parte III: Teoría de los mercados y los precios

  • Capítulo 1. La morfología del mercado perfecto

  • Capítulo 2. La morfología del mercado imperfecto

  • Capítulo 3. La competencia entre monopolistas

  • Capítulo 4. La concurrencia imperfecta

  • Capítulo 5. Diferenciación (graduación) de precios

  • Capítulo 6. El monopolio bilateral

Parte IV: Teoría del capital y del interés

  • Capítulo 1. Propiedades fundamentales del capital

  • Capítulo 2. La duración de la madurez

  • Capítulo 3. Elementos de la teoría de interés

  • Capítulo 4. El equilibrio general temporal

  • Capítulo 5. El esquema de la coyuntura

Parte V: Elementos de la teoría de la política económica

  • Capítulo 1. El orden económico

  • Capítulo 2. Los fines de la política económica

  • Capítulo 3. Los medios de la política económic.

  • Capítulo 4. Los problemas de compatibilidad

Parte VI: Elementos y métodos de la teoría económica

  • Capítulo 1. Los instrumentos del análisis económico

  • Capítulo 2: La estructura fundamental de la teoría económica

2. Curso sobre Análisis Económico Superior (Instituto de Estudios Políticos)

Parte I: Elementos y métodos de la teoría económica

Capítulo 1. Los instrumentos del análisis económico

  • 1.Datos y fenómenos de la economía

  • 2.El método estadístico

  • 3.Los supuestos del método estadístico

  • 4.Las relaciones funcionales entre el empleo y el efecto de los medios económicos

Capítulo 2. La estructura fundamental de la teoría económica

  • 1.Las propiedades de la construcción (paralelismo y dualismo)

  • 2.Los principios del control

  • 3.El problema de la integrabilidad

  • 4.Las relaciones entre la causalidad y la funcionalidad

Parte II: Teoría del consumo y del valor

Capítulo 2 [debería decir 1]. El desenvolvimiento histórico del concepto de la utilidad

  • 1.La utilidad concreta de un bien particular

  • 2.La complementariedad y la sustituibilidad de los bienes; concepto de la utilidad global de combinaciones de bienes

  • 3.El problema de la medida de la utilidad; concepto del campo de preferencias (curvas de indiferencia)

  • 4.Adaptaciones del concepto de bienes complementarios y sustituibles al concepto del campo de preferencias

3. Seminario acerca de Las Nuevas Teorías sobre el Interés, la Inversión y la Renta (Instituto de Estudios Políticos)

1) Observaciones metodológicas

  • a)Estática -dinámica

  • b)Las expectativas económicas

  • c)El análisis «ex ante-ex post»

  • d)«Igualdad-Identidad»

2) Los conceptos fundamentales

  • a)El consumo

  • b)El ahorro

  • c)La inversión

  • d)La atesoración [corregido a mano en el ejemplar impreso del propio von Stackelberg a: «atesoramiento»][56]

  • e)La creación de poder adquisitivo por el sistema bancario

3) Los esquemas de las teorías principales

  • a)La teoría de Oskar Lange

  • b)La teoría «general» de Keynes

  • c)La exposición de Föhl

  • d)La síntesis de Presiser

  • e)La teoría de Estocolmo sobre ahorro e inversión

  • f)Otras teorías

4) Los elementos de las teorías

  • a)Ahorro e inversión

  • b)Preferencia de liquidez

  • c)El Multiplicador

  • d)El paro forzoso

  • e)Escasez de capital

5) Teoría «clásica»-teoría «moderna». (Diferencias y coincidencias)

  • a)La teoría del interés

  • b)La teoría del dinero

  • c)La rigidez de los precios

  • d)La composición del patrimonio

6) Teorías modernas del ciclo económico:

  • a)Keynes

  • b)Kalecki

  • c)Tinbergen

  • d)Frisch

  • e)Otros

4. Seminario sobre La Teoría Económica de la Localización (Instituto de Estudios Políticos)

  • 1)El origen de las ciudades (Sombart)

  • 2)La distribución espacial de la población (Christaller)

  • 3)La teoría de la localización agrícola (Thünen)

  • 4)La teoría de la localización industrial (Weber)

  • 5)Problemas geométricos del transporte:

  • a)La ley de la refracción del tráfico

  • b)El problema de Thünen

  • c)La «Frachtbasis»

6) El mercado espacial:

  • a)El monopolio espacial

  • b)La competencia espacial

7) Aplicación de la teoría de comercio internacional a la teoría económica de la localización