RESUMEN
Este artículo analiza el teatro escrito para ser representado —sin entrar a considerar, por lo tanto, los textos dramáticos, que son ejercicios literarios— por los obreros socialistas de Portugal entre 1875, fecha de fundación del Partido Socialista, y 1933, cuando se institucionaliza el Estado Novo. Nuestro trabajo se basa en la consulta de fuentes hemerográficas, en las obras teatrales que fueron impresas y en bibliografía crítica sobre el tema, y su objetivo consiste en inscribir esta dramaturgia en la historia del socialismo portugués, describiendo su impacto como respuesta a los desafíos del capitalismo industrial.
Palabras clave: Teatro; socialismo; Portugal; monarquía; república; Estado Novo.
ABSTRACT
This article analyzes the theater written to be performed —without considering, therefore, the dramatic texts, which are literary exercises— by the socialist workers of Portugal between 1875, date of the founding of the Socialist Party, and 1933, when the Estado Novo was institutionalized. Our work is based on the consultation of newspaper sources, on the theatrical works that were printed and on critical bibliography on the subject, and its objective is to inscribe this dramaturgy in the history of Portuguese socialism describing its impact as a response to the challenges of industrial capitalism.
Keywords: Theater; socialism; Portugal; Monarchy; Republic; Estado Novo.
Sendo a Arte, a expressão e, dado momento historico, do sentimento do Bello, vivido e traduzido na elaboração da obra artistica e destinando-se a obra de arte ao acordar do culto da Belleza na alma collectiva da geração ou gerações que hajam de defrontar, será crivel a existencia de uma arte não social?
Silva, 1902
El estudio del movimiento obrero en Portugal ha sido objeto de atención por los investigadores de forma desigual. En los años finales de la dictadura salazarista y los primeros de la transición a la democracia suscitó el interés de historiadores como Maria Filomena Mónica, José Pacheco Pereira, Carlos da Fonseca, Edgar Rodrigues o Ramiro da Costa, entre otros, algunos de ellos incluso militantes o simpatizantes de los recién legalizados partidos políticos de origen obrero, como el Partido Socialista o el Partido Comunista Portugués[1]. Sin embargo, a partir de mediados de la década de los ochenta y hasta muy recientemente este interés decayó, no solo en lo que respecta al Partido Socialista portugués del siglo xix; tampoco el movimiento anarquista goza en la actualidad de la atención de los historiadores[2]. Asimismo, sus manifestaciones culturales, como la literatura generada por la intelectualidad obrera, no han suscitado el interés de la crítica especializada. En este artículo nos proponemos abordar el análisis del teatro socialista en Portugal desde la fundación del Partido hasta el inicio del Estado Novo, institucionalizado jurídicamente después de la aprobación del texto constitucional de 1933. Dividiremos este amplio período en varias fases: desde 1875 hasta la proclamación de la Primera República en 1910; los años de la Primera República (1910-1926) y, finalmente, la Dictadura Militar (1926-1928) y el inicio del Estado Novo (1928-1933).
El Partido Socialista en Portugal nace en 1875 del empeño de una generación de jóvenes obreros —José Fontana (1840-1876), José Correia Nobre França (¿?-1920), Eudóxio César Azedo Gneco (1849-1911)— e intelectuales de extracción burguesa —Antero de Quental (1842-1891), Jaime Batalha Reis (1847-1934), José Maria Tedeschi (1814-1904)—, entre otros nombres conocidos, influidos por las ideas de la AIT y la experiencia de la Comuna de París. Aunque el fourierista Centro Promotor dos Melhoramentos das Classes Laboriosas (1852-1873), al que muchos de ellos pertenecían, llegó a reformar sus estatutos en esa dirección, el intento de convertirlo en una sección de la AIT fracasó, por lo que el librero José Fontana y sus seguidores lo abandonaron para organizar el movimiento socialista a partir de una sección en Portugal de la bakuninista Alianza Internacional de la Democracia Socialista, que dio lugar a la Associação Protectora do Trabalho Nacional (1871). En paralelo a esta agrupación y a algunas otras surgidas en los barrios de Lisboa desde finales de la década de los sesenta y principios de los setenta nació la Associação de Resistência Fraternidade Operária (19 de enero de 1872)[3], que pocos meses después se adheriría a la Internacional Socialista como sección portuguesa (10 de marzo de 1872). Será a ella a quien Paul Lafargue represente en el Congreso de La Haya de 1872. En su órgano de expresión, O Pensamento Social (1872-1873), encontramos una de las primeras definiciones de la literatura como instrumento de difusión doctrinaria al hacerse eco de los debates que se habían suscitado en el segundo congreso regional español de la Asociación Internacional de los Trabajadores celebrado el 8 de abril de 1872 en Zaragoza; entre ellos, el que abordaba el significado de la palabra obrero. La discusión había concluido que una obra podría ser así adjetivada siempre que de ella pudiese desprenderse la noción de «utilidad social», incluidas las de carácter intelectual, entre las que se citaban expresamente las «poesias, dramas, estatuas, pinturas, descobertas scientificas, etc.»[4]. Con todo, esta primera agrupación con carácter militante —la primera constituida por el proletariado portugués, en expresión de uno de los intelectuales obreros más carismáticos, Ernesto da Silva— no logró desarrollar su potencialidad organizativa y doctrinal. La apuesta por una agresiva política de huelgas agotó sus escasos recursos económicos y la llevó a su disolución y al surgimiento de dos nuevas agrupaciones[5]. Parte de la antigua asociación se reconvirtió en 1873 en la Associação dos Trabalhadores na Região Portuguesa, de carácter sindical, mientras que otro grupo, donde destacaban los tipógrafos, fundaba el 10 de enero de 1875 el Partido Socialista en Portugal (PSP) como instrumento político en cumplimiento de los acuerdos adoptados en La Haya. Inmediatamente después de su nacimiento comenzó una intensa labor de propaganda de las ideas socialistas con la publicación en Lisboa del semanario O Protesto. Periódico socialista (7 de agosto de 1875)[6] —activo hasta 1894— y, paralelamente, recuperando aquella idea del congreso zaragozano de 1872, la de la redacción de obras de teatro que sirviesen también para el entretenimiento de los obreros. Las primeras nacieron bajo el modelo de la comedia de situación y del drama social en boga en la época: Consequências de um sim. Comedia original em um acto (1876), de un joven militante socialista, Ladislau Batalha (1856-1939), que explora un viejo tópico literario, el de los amores de ancianos hacia mujeres jóvenes, sin lectura política o ideológica[7]; y A lucta do proletariado. Drama em 3 actos, de Pedro de Carvalho, la primera obra teatral escrita con contenido ideológico. Fue dada a conocer por su autor —un obrero manipulador de tabaco—[8], en lectura pública en la sala del Gremio Operário, de Lisboa, el día 15 de octubre de 1876, y cuenta las dificultades cotidianas de Júlio, trabajador del cuero, y su novia Luiza, costurera, que en un momento de necesidad son auxiliados por Maria da Piedade, viuda de un orfebre, devolviendo con este gesto la ayuda ofrecida en su día por Luiza[9]. La pertenencia de Júlio a Fraternidade Operária y la aparición de personificaciones de conceptos como la igualdad, la fraternidad, la libertad, el trabajo y la justicia son, quizá, sus elementos más atractivos. La introducción de estas últimas, antecedente de una literatura alegórico-fantasista socialista, como veremos más adelante, no gustó al cronista de O Protesto, Luiz Gracio, que afirmó que esta escena podría eliminarse en caso de una futura representación —de la que no tenemos constancia—, lo que veía posible procediendo únicamente al ajuste de los diálogos, que consideraba excesivamente largos[10].
Tras su nacimiento oficial, el Partido continuó su proceso de organización formal. A principios de 1877 celebró su Primer Congreso Nacional Socialista en Lisboa (2 a 4 de febrero), donde aprobaría su primer programa de Partido[11]. En el segundo, realizado al año siguiente en Oporto (1 a 4 de febrero), logró unificar a todas las agrupaciones obreras de tendencia socialista en una única asociación denominada Partido dos Operários Socialistas[12] (POS), quedando el antiguo PSP como una corriente o grupo dentro de él. En 1880 el IV Congreso Nacional Socialista (Oporto, 23 a 25 de octubre) adoptará ya medidas normativas en torno a la propaganda y difusión de las ideas socialistas mediante la prensa, las reuniones, los mítines y la participación en política[13]. En este congreso surgirá con fuerza uno de los miembros más influyentes del socialismo portugués, el tipógrafo Manuel Luiz de Figueiredo (1861-1927), que el año anterior había sido nombrado miembro del Conselho Central. Coincidiendo con su consolidación como líder obrero empieza a escribir dramas con la idea de continuar divulgando las ideas socialistas y, de paso, favorecer la revitalización del teatro portugués con obras originales[14]. De su pluma salieron, en apenas dos años, cuatro textos bajo la estética del drama social que presentan ya una lectura de denuncia de las preocupaciones de los socialistas: Os jesuítas. Drama original portuguez, em 3 actos (1880); A canalha. Drama em 1 acto (1880) —que fue representada en estos años, a decir de su autor, y volverá a serlo en 1919[15]—; Dramas da realeza (1881) y A última favorita. Drama em 1 prologo e 3 actos (1881) —ambos con Bastilla como protagonista[16]—, y Fidalgos e populares (1881)[17].
De todos ellos, solo Os jesuítas nos ha llegado completo. Es una crítica a los miembros de la Compañía de Jesús como responsables de la seducción de mujeres jóvenes y de pederastia, temas especialmente sensibles para los socialistas que denunciaban el intento de estos por infiltrarse en las organizaciones obreras[18]. Tenía, además, una cierta actualidad con la conmemoración del centenario de la muerte del marqués de Pombal (1699-1782) —responsable de la expulsión en 1759 de la Compañía de Jesús de Portugal, incluido su imperio ultramarino— en el horizonte y la reforma educativa del ministro francés Jules Ferry en mente. Os jesuítas está protagonizado por miembros de la alta nobleza: los vizcondes de Bella Flor; su hijo Alfredo; Beatriz, su sobrina; el pretendiente de Beatriz, el periodista Alberto de Athayde, y el jesuita Le Roy. El elemento popular está representado por los campesinos de una aldea cercana a Lisboa, si bien el peso de la acción corresponde a los nobles, en cuya casa se desarrollan los dos primeros actos[19]. El drama fue estrenado el 20 de febrero de 1881 en el Teatro de D. Fernando, sito en la rua do Olival, en Lisboa, entre los aplausos de los obreros que asistían al espectáculo, que pidieron la interpretación de La marsellesa. Para Alfredo da Silva, autor de la crítica en O Protesto, Os jesuítas era, ante todo, una obra de combate en la que el mensaje primaba sobre la forma y la técnica teatral, elementos de los que el autor, primerizo, se resentía, como en el desarrollo del argumento y en lo precipitado del desenlace, aunque destacaba la brillantez del lenguaje. El desempeño actoral fue, sin embargo, desigual. Alababa el esfuerzo del actor Alves y del resto de la compañía, bastante correctos en sus interpretaciones, bien al contrario del actor Victor, que asumía el papel del jesuita Le Roy y no supo comprender al personaje, perjudicando el trabajo del resto de los artistas[20]. Con todo, la representación fue un éxito y ello hizo que la obra fuese llevada a escena en teatros de diversas ciudades, siempre entre aplausos, alarmando por eso a las autoridades, que reaccionaron enviando fuerzas policiales cada vez que sabían de su representación, a pesar de que nunca se produjeron altercados, como denunciaba el autor[21].
Después de su estreno, en marzo de ese mismo año fue representada en el Teatro Bocage, en Setúbal, de nuevo con la aprobación del público, que exigió en pie la interpretación de La marsellesa pese a la oposición del administrador del teatro. En la segunda función las autoridades desplazaron al lugar un destacamento de Cazadores 1 en prevención de posibles reyertas, obligando además a que se tocase el Himno de la Carta[22], que los asistentes escucharon de pie y entre aplausos[23]. Unos días más tarde llegaba al Teatro do Ginásio, de Lisboa[24], y el 9 de abril a Almada (Lisboa), de nuevo bajo presión policial. Ante la expectación por la puesta en escena de la obra las entradas se agotaron y el administrador del concejo hizo enviar una fuerza de ochenta bayonetas y doce policías, lo que motivó la devolución de los boletos y la escasa asistencia al espectáculo, ante la indignación general[25]. La última representación en 1881 fue el 28 de septiembre en el Teatro Chalet (Belém, Lisboa)[26]. En años sucesivos volvió a verse en Lisboa en 1882[27]; en 1886 en Lisboa y Valença (Viana do Castelo)[28]; en 1889 en Lisboa en el Teatro do Rato, dentro del programa de actos conmemorativo del aniversario de la Comuna de París[29], y en el Teatro Recreativo da Lapa, en la rua das Trinas[30], y en 1892 en Caminha (Viana do Castelo)[31]. Llevados por su éxito, los responsables de la empresa editorial Agencia Theatral la escogieron en 1883 para inaugurar la colección Biblioteca do Progresso Teatral[32].
Con los dramas de Manuel Luiz de Figueiredo se inicia la construcción de un repertorio dramático que irá acentuando su contenido de denuncia social. Hasta finales de la década de los años ochenta estará compuesto por A miséria. Drama em 4 actos (1881), de Ladislau Batalha —que solo fue dado a conocer en lectura pública en el Centro Socialista Occidental de Lisboa, el 5 de febrero de 1896[33]—; Os carolas (1885) —representado en el Teatro das Oliveiras de Valbom (Gondomar, Oporto) en 1885[34]— y Samuel, o camponez ou O filho das montanhas. Comédia-drama em 2 actos (1885) —en los que domina el contenido anticlerical—, del obrero tabaquero portuense Virgílo Rufino Alves Pereira[35]; Honra e trabalho. Drama historico e educativo em 1 acto (1888), de José Fontana da Silveira (1891-¿?), que describe las posibilidades de promoción educativa de los sectores populares utilizando como ejemplo la vida del dramaturgo francés Michel-Jean Sedaine (1719-1797), que estudia gracias a un benefactor[36]; y Dois casamentos felizes. Comedia-drama em 3 actos (¿1894?), del tipógrafo Silva Pereira[37].
La orientación que Manuel Luiz de Figueiredo daba al POS, volcada en lograr mejoras para el conjunto de los operarios, la llamada tendencia «posibilista» o «reformista», acabará por suscitar el descontento de Azedo Gneco, que poco a poco irá consolidando una facción «marxista» y partidaria de priorizar la vía política, en una agrupación cada vez más autónoma en el seno del POS. Hacia 1892 el Partido estaba claramente dividido entre los seguidores de uno y otro, pero la escisión no se consumará hasta 1895, cuando la disidencia de Gneco se separe formalmente en la II Conferência Nacional Socialista (Tomar, 14 a 16 de octubre) y empiece a actuar de forma autónoma con el nombre de Partido Socialista Portugués (PSP), aprobando su propio programa, al que sumó el de la Confederação Nacional das Associações Operárias —un organismo en el que se agrupaban las asociaciones sindicales vinculadas al PSP—, donde se incluían las propuestas de reformas económicas. El ámbito de los medios de propaganda quedó mejor definido al distinguir entre el modo o forma de hacer llegar a los obreros el mensaje, en el que predominaba el elemento oral, constituido por sesiones conmemorativas, disertaciones, conferencias, espectáculos y reuniones de propaganda; y los instrumentos a utilizar, fundamentalmente los textos escritos: periódicos, folletos, panfletos, libros, artículos, noticias, correspondencia en periódicos no pertenecientes al Partido, anuncios, manifiestos, declaraciones y «outros géneros de publicação»[38]. Lo difuso y ambiguo de esta última expresión dejaba la puerta abierta a la imaginación del militante socialista para acudir a materiales poco convencionales, como la literatura, que venía siendo utilizada de forma habitual desde la fundación del Partido en 1875, como hemos visto al referir las obras de Pedro de Carvalho y Manuel Luiz de Figueiredo.
La creación de la nueva agrupación produjo un punto de inflexión en la historia del teatro socialista. El responsable fue el compositor tipógrafo lisboeta Ernesto da Silva (1868-1903) —que acompañó a Gneco en la fundación del nuevo Partido integrando el Conselho Central elegido en 1895—, un militante de enorme carisma e influencia dentro del movimiento obrero. Ese mismo año había escrito O capital. Drama em 4 actos (1895), en el que presenta un conflicto que supera lo meramente laboral. Julião, propietario de una fábrica se enfrenta no solo con los obreros, sino también con su hijo, Carlos, militante socialista, lo que concede al texto una factura claramente interclasista acentuada por el hecho de que es una familia burguesa, y no obrera, la protagonista de la obra[39]. O capital es el texto fundacional de una dramaturgia socialista que se diferencia tanto de las anteriores obras de los militantes socialistas como del drama social porque, desde el punto de vista del género, avanza desde la denuncia social hasta el teatro de tesis al presentar el elemento doctrinario a lo largo de la trama y/o como solución al problema expuesto en su inicio[40]. Ofrecía, además, un tratamiento novedoso de los personajes obreros y las peripecias en las que se veían envueltos. El proletariado, tanto rural como urbano, y, en general, el mundo del trabajo, ya habían sido introducidos en el teatro a mediados de la centuria en las primeras obras del drama social por autores como Mendes Leal, Augusto César Lacerda, Ernesto Biester, José Maria da Silva e Albuquerque o José de Almada e Lencastre, pero eran descritos bajo una óptica muy paternal y con una carga moral muy elevada. Se condenaba, por ejemplo, la riqueza ilícita y se alababan las asociaciones de trabajadores, la honradez, el trabajo, la familia, la religión y la armonía social[41]. Otros éxitos del drama social, como la celebrada Rosa enjeitada, de D. João da Câmara (1852-1908), estrenada en 1901 en el Teatro de D. Maria II, que relata una relación amorosa fatal entre Rosa y João Reynaldo que recuerda A dama de las camelias en un ambiente rural, pretendía mejorar la representación del mundo del trabajo despojando a la obra de ese talante moral, pero solo había logrado provocar las carcajadas de los obreros de Lisboa que habían acudido a la función[42]. La aportación de Ernesto da Silva consistió en representarlo desde la perspectiva de los propios obreros, situando la acción en las ciudades —lo que lo diferenciaba también de los dramas de Manuel Luiz de Figueiredo, en los que el mundo obrero es de carácter rural—, y ofreciendo, al mismo tiempo, un final cerrado que desvía el mensaje desde el problema expuesto a su solución, donde reside el elemento ideológico. Fue muy aplaudida, por ejemplo, la escena X del tercer acto, en la que una comisión de tres obreros trata infructuosamente de negociar el fin de la huelga con Julião; o la xvi de ese mismo acto, que describe los enfrentamientos de los obreros con la policía, que actúa a las órdenes de los propietarios fabriles en la represión de las huelgas. Además, Ernesto da Silva no dudó en introducir códigos no lingüísticos, como la música, que resultaban muy emotivos para los espectadores, como la interpretación del Himno del 1.º de Mayo, de João Garrido Pires, en las escenas XII, XV y XVII del segundo acto. La obra acaba con Carlos saliendo al rescate de su padre, que ha arruinado la fábrica y está a punto de suicidarse.
Esta estructura dramática: representación realista del trabajo en personajes, ambientes y situaciones, ambientación urbana, final cerrado, factura interclasista, elemento doctrinal y códigos no lingüísticos de carácter obrero —por ejemplo, musicales—, será desarrollada por el autor en textos posteriores, fundamentalmente en Os que trabalham. Scenas da vida operaria. Drama em 4 actos e 6 quadros (1897) —representado en el Teatro do Príncipe Real de Lisboa, el 23 de marzo de 1897, y en mayo en Coimbra[43]—, sobre la destrucción de una familia víctima de la vejez, la enfermedad y el alcholismo[44]; y en Nova Aurora. Aproposito em 1 acto e 4 quadros (1900), este último expresamente escrito para ser representado en el Teatro do Príncipe Real, de Lisboa, con motivo del 1.º de Mayo de 1900[45], sin duda su texto más original, donde evoluciona desde el realismo de sus anteriores trabajos al simbolismo en un universo dominado por lo fantástico. En un cuadro, las personificaciones del Capital y la Caridad dialogan entre si atendidas por el Egoísmo, mientras que en otro varios personajes humanos (un sacerdote, un criminal, un profesor, un magistrado, un poeta, una novia y un estudiante) exponen sus penurias ante la personificación del Dolor, hasta que son finalmente amparados por el Trabajo y la Justicia. El drama es ejemplo de una literatura alegórico-fantasista socialista que tenía en el sueño de Júlio, de A lucta do proletariado (1876), de Pedro de Carvalho, un claro antecedente[46]. Paralelamente, abordó el estudio de la familia como una institución en cambio en la transición del siglo xix al xx en A vitima (1896), un drama en cuatro actos en el que mostraba la frustración de algunos miembros de las clases medias urbanas formados en la Universidad que ven limitadas sus posibilidades de promoción profesional y ascenso social. Está protagonizado por un joven médico que abandona esposa e hijo a favor de un matrimonio con una mujer rica, una propuesta temática que generó un cierto escándalo en los medios teatrales frecuentados por la nobleza y la burguesía, el Teatro de D. Maria II y el Teatro de D. Amélia. Ernesto da Silva llevó su drama ante los responsables del Teatro de D. Maria II, el llamado «Teatro Normal», pero no obtuvo licencia de representación[47]. El autor acabó por reescribir el texto, que pudo ser finalmente representado en un teatro popular, el Teatro do Ginásio, en 1902, bajo el título Vencidos. Drama em 4 actos[48]. A partir de A vítima, Ernesto da Silva abandonó definitivamente la ambientación y los personajes obreros para centrarse en los medios pequeño-burgueses, lo que le hizo perder en discurso militante, pero lo afianzó como autor dramático[49]. Así, estudió el fracaso sentimental de los matrimonios de conveniencia y la consecuente desprotección femenina en O despertar. Peça em 1 acto (1900), protagonizado por un pintor, su esposa y su amante, de nuevo rechazado para su representación en el Teatro de D. Maria II y publicado en 1900 en un periódico sindical, A Obra[50], mientras que en Em ruínas. Peça em 3 actos (1903), se ocupó del aborto y de sus consecuencias en el seno una familia de clase media urbana, otra trama escandalosa que de nuevo provocó que tampoco en esta ocasión la obra superase la censura para ser representada en el Teatro de D. Amélia[51].
Toda esta experiencia como autor teatral le permitió a Ernesto da Silva teorizar las características que debería tener una dramaturgia socialista. Lo hizo dentro del experimento teatral que supuso la fundación del Teatro Livre —que traía a Portugal los novedosos e impactantes modelos estéticos y escenográficos del director de escena francés André Antoine (1858-1943)—, y a través de algunos artículos periodísticos dedicados a la teoría estética y a la crítica teatral. En Teatro livre e Arte social, una conferencia pronunciada en 1902 en el Ateneo Comercial de Lisboa, defendía que el teatro debía responder a tres propósitos: la denuncia de la sociedad capitalista, la difusión del pensamiento socialista y la salvaguarda de las costumbres morales entre los espectadores. En definitiva, el objetivo debía ser ofrecer un espectáculo educativo cuya iniciativa debía proceder, como cualquier manifestación artística, de los autores y no del Estado, libre, por lo tanto, de cualquier constreñimiento[52]. Su temprano fallecimiento en 1903, a la edad de treinta y cinco años, interrumpió una prometedora carrera como dramaturgo que entonces comenzaba a consolidarse. Sus obras no volvieron a ser representadas, a excepción de O capital, que fue llevada al escenario en Oporto en 1919 por la Companhia Dramática Portuense dentro de un espectáculo promovido por la Federação Municipal Socialista[53]; y en 1924 en Lisboa —el mismo año en el que los socialistas consiguieron la cesión a perpetuidad de su nicho en el Cementerio dos Prazeres por el Ayuntamiento de la capital—, con motivo de su reestreno en el Teatro Apolo[54]. En vida del autor todas sus obras fueron llevadas a los teatros lisboetas, a excepción de Em ruinas, que lo fue en 1904, ya fallecido Ernesto da Silva, como antes las de Manuel Luiz de Figueiredo, en especial Os jesuítas y A canalha.
Es posible que el prestigio de Ernesto da Silva y de obras como O capital mostrasen un modelo dramático que influyó en los dramas de Ladislau Batalha A bandeira vermelha. Entre-acto de propaganda (1896)[55], que se preveía dar a conocer al Partido tras la representación de A miséria, cuyo previsto estreno en el Teatro do Príncipe Real, de Lisboa, para cuando comenzase la temporada en septiembre —como había sucedido el año anterior con O capital—, y después, para el 1.º de Mayo de 1897, nunca llegó a producirse[56]; o en otros autores teatrales socialistas contemporáneos en obras de las que no nos ha llegado el texto: A revolta do povo. Drama em 3 actos, original (1897), del tipógrafo y compañero de redacción de Ernesto da Silva en A Obra José do Valle[57]; Derrota do capital (1897), de Manuel Abílio Napier, representado el 18 de diciembre de 1897 en el Teatro Apolo, de Lisboa[58]; A tecelã. Drama em 3 actos, de António da Silva Restolho (1898)[59], y claramente en el portuense António Augusto da Silva, un autor que había debutado en el teatro con obras escritas bajo el modelo del drama social, como Amor louco. Drama em 3 actos, original (1890), que cuenta la elección alocada de Laura por un hombre juerguista frente a un obrero trabajador y honesto[60], y evoluciona hacia obras de contenido militante, una trayectoria inversa a la de Ernesto da Silva. En 1898 publica Pedro, o tecelão. Drama em 3 actos, una obra pionera en llevar a escena una realidad que afectaba a muchas obreras, el acoso sexual. Está protagonizada por el tejedor socialista Pedro, encarcelado por el abad al auxiliar a su hija Amélia, acosada por él y posteriormente chantajeada a cambio de la libertad de su padre[61]. En estas obras se tratan, además, las dificultades para la implantación del socialismo, las largas jornadas laborales, la exigüidad de los salarios o los obreros delatores. El exigente sistema de producción textil, con sus duras condiciones laborales, ofreció el marco idóneo para la recreación del mundo del trabajo y por eso las fábricas de tejidos fueron la escenografía más habitual junto a las casas de las familias burguesas, como sucede en Os jesuitas, O capital, A vitima, O despertar o Vencidos. Sin embargo, el 4.º acto de Os que trabalham, A tecelã, Pedro, o tecelão, y Um sonho socialista están ambientadas o protagonizadas por obreros textiles.
En 1901 (13 a 16 de junio) el PSP celebró en Coimbra una nueva reunión denominada III Conferência Nacional Socialista, en la que volvería a incidir en la importancia de la propaganda, esta vez con especial atención al medio rural con la organización de excursiones, procesiones laicas y romerías cívicas entre las fábricas y el campo y viceversa[62]. Junto a las disposiciones aprobadas en anteriores conferencias, conformarán el programa del PSP, en vigor durante casi treinta y ocho años, ya que desde su redacción inicial en 1895 sería asumido, en la práctica, por las dos organizaciones del socialismo portugués decimonónico —el mismo PSP y el POS—, y no fue alterado en lo sustancial más allá de algunas revisiones en 1907-1908 que no afectaron al ámbito de la propaganda[63]. Al mismo tiempo, sus dirigentes decidían dar un impulso internacional a la organización, primero estrechando relaciones con los socialistas del norte de España, lo que llevó a la celebración de tres congresos galaico-portugueses en Vigo en 1901 (17 a 19 de enero), en Viana do Castelo en 1902 (15 a 20 de abril) —aunque solo estuvo presente la sección obrera del norte de Portugal— y en Braga en 1903 (20 a 27 de abril), con el ánimo de avanzar en la creación de una União Operária Internacional Galaico-Portuguesa de la que se llegó, incluso, a aprobar un reglamento. En el plano internacional los socialistas del PSP fracasaron en 1904 en su adhesión al Consejo Internacional Socialista ante la imposibilidad de pagar la cuota establecida, pero volvieron a intentarlo en 1906 con mejor suerte. Son los años en los que el Partido ve decaer su influencia en los medios obreros, por lo que las resoluciones del Congreso Internacional de Ámsterdam de 1907, vinieron a favorecer la unión partidaria de las dos agrupaciones que hasta esa fecha existían en el país[64] para mantener un único Partido Socialista.
Al amparo de las resoluciones de la III Conferência Nacional Socialista la redacción y representación de obras teatrales continúa en estos años finales de la monarquía. Tras el fallecimiento de Ernesto da Silva en 1903, otros autores parecen tomar el relevo. Ven ahora la luz dos obras de António Augusto da Silva: A irmã novícia. Drama social em tres actos (1900) y A costureira ou O louco de amor. Drama em 3 actos (1903), que fue ensayado para una futura representación por los socialistas del Centro Socialista de Oporto y del periódico A Luz do Operário, de Vila Nova de Gaia (Oporto)[65]; y el drama de Francisco Miguel Penha Um sonho socialista (1905), que permaneció inédito hasta 1920, cuando fue publicado en O Combatente, de Faro[66]. Relata la progresión social de Tenorio, desde la fábrica en la que trabaja hasta convertirse en jefe de policía, aunque no olvida sus orígenes obreros. A lo largo de la obra se abordan otros temas, entre ellos el acoso sexual a las obreras y el recurso a la huelga como instrumento de presión, además de describir el sueño de la futura sociedad socialista. Pero la obra más importante de estos años fue A grève. Drama em 3 actos (1905) de Jacintho de Mello (1864-¿?), dada a conocer por su autor en lectura pública el 30 de marzo de 1905. Narra la historia de José Pinto Soares, dueño de una fábrica de tejidos, y de sus hijos: Amélia Simões, hija de una obrera a la que sedujo y abandonó cuando le nació un hijo varón de otra mujer, y Júlio Pinto Soares, al que educa y convierte en su heredero. Ambos hermanos, que desconocen su parentesco, tienen vidas muy distintas: mientras Amélia trabaja en la fábrica de su padre, es esposa de un compañero de taller —Gustavo Rodrigues— y madre de dos hijos, su hermano es un abogado que reproduce el comportamiento depravado de su padre. En el terreno laboral, además, llega al extremo de comprar a uno de los trabajadores para reventar la proyectada huelga de los obreros de la fábrica. Al mismo tiempo, se enamora de su hermana, que no cede a sus presiones. Cuando está a punto de violentarla es detenido por el padre de ambos y por dos ancianos obreros que revelan la relación entre los hermanos. La mujer acaba suicidándose, loca por las desgracias sufridas por ella y por su esposo. Su muerte sirve de redención a su padre y a su hermano, que ante el cadáver de la joven, cubierto por la bandera socialista, y los acordes del Himno del 1.º de Mayo como telón de fondo, se arrepienten de su conducta pasada. El drama recuerda en algunos pasajes a O capital, de Ernesto da Silva —ambos autores eran, además, compositores tipógrafos de Lisboa—, aunque en este caso Jacintho de Mello enfatiza el enfrentamiento entre industriales y obreros ahondando en la degradación de la condición masculina que perjudica seriamente a las mujeres y en su posterior redención por el socialismo, mostrando un camino, el de los valores éticos y morales de los trabajadores, por el que transitarán autores posteriores. También la escenografía avanza mostrando ambientaciones nuevas: además de la fábrica de tejidos la acción se traslada a la calle, a la casa de un obrero. Hay que notar, especialmente, la aparición del Estado por vez primera a través de un organismo administrativo público[67]. La obra no pudo ser representada con motivo del 1.º de Mayo de ese año, como deseaba su autor, y subió a escena el día 13 de mayo de 1905 en el Teatro do Rato, en Lisboa, en honor de João Garrido Pires, el autor del Himno del 1.º de Mayo, por un grupo de artistas aficionados, la Sociedade Dramatica Fraternidade Social[68], pero el resultado no satisfizo demasiado a Jacintho de Mello[69]. Otra obra suya es Os putos. Comédia em um acto, de «contenido político»[70].
Con muchas dificultades, los socialistas lograron la unificación partidaria el 23 de abril de 1910 con la elección de un Conselho Geral, que aunó las dos organizaciones en las que el socialismo portugués se encontraba dividido desde 1892, POS y PSP, bajo el nombre de Partido Socialista Portugués. Pocos meses después participaron en las elecciones de 28 de agosto de 1910 y no tomaron parte en el movimiento revolucionario encabezado por el Partido Republicano Portugués que llevó a la proclamación de la República el día 5 de octubre de ese mismo año[71]. Con el nuevo régimen, los socialistas del sur del país celebraron en 1914 en Lisboa el II Congresso Socialista da Região Sul, donde presentaron un proyecto de educación socialista que iba más allá de la instrucción escolar al incluir un plan de divulgación doctrinaria a través de la prensa, la promoción de excursiones o la constitución de bibliotecas. Su autor, António Nunes da Silva Júnior, le reservó a la literatura dos medidas específicas: la difusión del pensamiento socialista mediante obras de teatro de carácter social, dramáticas y cómicas para ser representadas por actores aficionados, y los concursos de canciones populares que integrarían, junto a las obras teatrales, una futura Biblioteca Socialista[72], dando así carácter formal a iniciativas que los militantes venían desarrollando desde la constitución del Partido en 1875. Ante el advenimiento del nuevo régimen republicano, algunos militantes, agrupados en Lisboa en el Centro Socialista Occidental, habían promovido la publicación de opúsculos doctrinarios en la tipografía de la Liga das Artes Gráficas, el sindicato de los tipógrafos, para la constitución de colecciones denominadas «bibliotecas»[73]. Estaban formadas sobre todo por obras de pensadores socialistas, aunque otras pertenecían al mundo de la ficción literaria, y algunas habían aparecido en la sección dedicada al folletín de sus periódicos, firmadas mayoritariamente por autores obreros portugueses —Ernesto da Silva, Soto Maior Júdice, Armando da Cunha[74]—, pero ahora presentarán un variado conjunto de escritores, algunos incluso integrantes del canon literario universal, como Zola, Tolstói, Victor Hugo, Walter Scott o Edmundo D’Amicis, que verán publicadas sus obras en estos años en Voz do Proletário, O Socialista y O Combate[75]. Por eso, no será su simple reunión en las bibliotecas socialistas lo que permita adscribir un texto literario a una determinada orientación ideológica, sino el tratamiento reservado a los temas abordados en la trama o como solución al conflicto propuesto. De este modo, no podrán ser consideradas «socialistas» obras de Benito Pérez Galdós, Azorín, Dicenta, Zola, Tolstói, Gorki, Guy de Maupassant, Anatole France, etc., como tampoco podrán llamarse «anarquistas» las obras incluidas en las bibliotecas libertarias, porque en ellas aparecían estos mismos autores y las mismas obras[76]. Según la temática abordada debemos hablar, con más propiedad, de obras de denuncia social cuando no exista tratamiento doctrinario en la diégesis, y reservar los adjetivos socialista y anarquista o libertario cuando sí sea posible descubrir en ella estas corrientes de pensamiento. Desde el punto de vista del discurso estaríamos en presencia, en estos casos, de una suerte de obras de tesis, defensoras de un ideal concreto.
Durante los años del primer periodo republicano (1910-1926) documentamos obras como Germinal. Comédia de propaganda social em um acto (1912), de Zé de Pinteus, que aborda la presión que sufrían los obreros durante las elecciones por políticos y miembros de la Iglesia[77]; y Amor e Liberdade (1913), de José Fontana da Silveira, que relata la recuperación social de una mujer llevada a la prostitución por un antiguo amante y posteriormente rescatada por sus hermanos, militantes socialistas[78]. Fue uno de los dramas más representados, con funciones en 1913 (en la Federação Operária, el Teatro Moderno y la Caixa Económica Operária, todos en Lisboa)[79], 1919, 1920 y 1923[80], y posteriormente publicado en la colección Biblioteca Socialista por la Comissão Parochial Socialista de Amadora (Lisboa)[81], como también el dialogo Francisco e João (1915), de António Nunes da Silva Júnior[82], representado en 1915 en el Centro Socialista de Lisboa; A filha do burguez (s. d.), de José França, representado el 27 de mayo de 1918 en Tomar, que agradó mucho al público[83]; Os provincianos (s. d.), de Marinho da Assunção, representado en Ajuda en septiembre de 1919[84]; Pai tubarão, filho cação, ou como filho de peixe no sabe nadar… Tragédia cómica em família (1920), de Eduardo Metzner (Espartaco), sobre las tensiones ideológicas en el seno familiar, esta vez entre los padres, socialistas, y los hijos, comunistas[85]; Revolução (s. d.), de autor desconocido, representado en Oporto con motivo del aniversario de la Comuna de París y del Grupo Social Dramático de Mafamude «Carlos Pereira Canedo»[86]; O selvagem. Drama socialista em 3 actos (1923), llevado a escena en el Centro Socialista de Lisboa, y As provas do crime (1923), representado en honor a su autor y en homenaje al segundo aniversario del Grupo Dramático e Musical «A Razão», ambos de Manuel Gonçalves Reis; y, finalmente, A amante. Drama social de propaganda socialista, em 3 actos (1924), de António Augusto da Silva, sin duda, la mejor obra del período que desarrolla un conflicto intrafamiliar en el que los esposos se enfrentan ideológicamente al ser el marido —Henrique, de profesión abogado—, militante socialista, y la esposa —Isaura—, sensible al pensamiento conservador, que merece ser destacada por ser el único ejemplo documentado de fracaso teatral. Un argumento que incluye infidelidades y la muerte en escena de la amante de Henrique, la obrera Elvira, a manos de su esposo, además de su factura interclasista y la introducción de La Internacional en uno de los actos (el 2.º, escena II), hacen del texto uno de los más atractivos y completos desde el punto de vista doctrinario. Su arquitectura dramática recuerda el modelo simbolista de finales del siglo xix —en la línea de los dramas de Ernesto da Silva de la última fase—, al limitar el número de personajes y reducir la acción y la ambientación escénica. Sin embargo, sabemos que no fue ni del agrado de los militantes —Martins Santareno decía de él que era «um quadro sem moldura»[87]— ni de los espectadores. Los socialistas difundieron su representación con insistencia en 1925 y 1926, después de corregido y adaptado por su autor para su puesta en escena, pero la asistencia al espectáculo fue siempre muy escasa[88]. Sin duda, la interrupción de la acción para introducir el discurso militante está detrás del que parece ser el único fracaso de una obra socialista del que tenemos constancia[89]. Finalmente, otros textos de los que tenemos noticia son traducciones de originales españoles: A justiça. Drama em 1 acto de propaganda social (anterior a 1905) —de autor desconocido—[90]; A bandeira vermelha. Diálogo de propaganda socialista (1909), de Eduardo Torralva Beci, ambos traducidos por el tipógrafo José Fernandes Alves[91]; y O Primeiro de Maio. Revista de propaganda operária e socialista, de González, de la que se publicaron solo algunos fragmentos, sin indicación de traductor[92].
Todas estas obras responden a cuatro constantes argumentales: la denuncia de la sociedad capitalista, el diseño de la sociedad socialista, el compromiso ético y social y la lucha por la hegemonía dentro del movimiento obrero, siguiendo una línea temática desarrollada por otros socialistas europeos, como los españoles y los franceses[93]. Frente al período anterior se observa una cierta escasez de originales —diez textos en dieciséis años—, que refleja falta de relevo generacional tras el fallecimiento de Ernesto da Silva en 1903 y la ausencia de originales de Manuel Luiz de Figueiredo desde finales de la década de los años ochenta del siglo anterior. Los dramas socialistas escritos por ellos y, en general, el repertorio dramático construido desde 1875, caen en el olvido de las compañías teatrales socialistas de aficionados que surgen en estos años, sustituidos por las obras más exitosas del drama social decimonónico: Amanhã… (1911), de Manuel Laranjeira —seis representaciones entre 1918 y 1927—; Ladrão de casa, de Veloso da Costa, y O operário e o ladrão, de Celestino Gaspar da Silva —ambas con cuatro entre 1919 y 1920, y entre 1912 y 1920, respectivamente—; Um erro judicial, de Eduardo Baptista Diniz —tres entre 1913 y 1920—; y Gaspar, o serralheiro (1877), de Eduardo Pedro Baptista Machado, Amor louco (1899), de Henrique Lopes de Mendonça, Arte de montes (1899), de Ernesto Rodrigues, o Da miséria à loucura (¿1913?), de Fernando Schwalbach, todas con dos puestas en escena entre 1910 y 1926[94]. Unidas a las obras socialistas evidencian, sin embargo, un aumento significativo de representaciones teatrales. Ello es producto de la adopción tácita de un calendario festivo construido paulatinamente desde la fundación del PSP. Empezaba el 10 de enero con el aniversario de su fundación[95], continuaba en marzo con la conmemoración de la Comuna y finalizaba con la celebración del 1.º de Mayo, además de las fiestas benéficas que, al carecer de periodicidad, permitían prolongarlo durante todo el año. Desde su adopción internacional como celebración de la Fiesta del Trabajo a partir de 1890, el 1.º de Mayo funcionó siempre como un catalizador dramático que favoreció la redacción de obras originales y la formación de agrupaciones teatrales para llevarlas al escenario. En un primer momento corrieron a cargo de compañías profesionales, como hemos visto con las obras de Manuel Luiz de Figueiredo y Ernesto da Silva, pero tras la proclamación de la República fueron asumidas por grupos dramáticos aficionados vinculados al Partido que actuaban en su sede, en la de las asociaciones de clase, o en la Casa Sindical, un repliegue intramuros que muestra la falta de visibilidad pública del movimiento socialista en estos años, tanto en los medios sociales como en los específicamente obreros[96].
Uno de los elemento más significativos de estas nuevas obras socialistas son los cambios en torno al género: frente al dominio absoluto del drama en el periodo 1875-1910 encontramos ahora un tratamiento cómico de temas como las presiones electorales en Germinal, y los enfrentamientos en el seno del movimiento obrero de Pai tubarão, que se refleja también en la elección de textos de la comedia de situación como Sardinhas à rochefort (1870), una burla en torno al republicanismo revolucionario, representada en la sede del PSP en 1913; As rédeas do governo, una crítica al poder ejecutivo que fue representada en 1914[97]; o A grève, (1878), una parodia sobre la huelga ensayada por la Liga da Mocidade Socialista, de Oporto, en 1926[98]; y en la forma de abordar las preocupaciones de los obreros, pues las obras describen cada vez menos sus condiciones de vida y denuncian cada vez más circunstancias, situaciones o actitudes socialmente reprobables. A la clásica crítica de la sociedad capitalista, la religión o el acoso sexual que sufren las mujeres, se une ahora el deficiente o injusto funcionamiento del aparato judicial, el abandono social —especialmente grave en el caso de las mujeres— o la prostitución, que se presenta desde un nuevo prisma al pasar de describirse como un modo de supervivencia económica o como una consecuencia extrema de la seducción por hombres sin escrúpulos, a incidir en las secuelas de la violación. En 1917, por ejemplo, se representó un drama social titulado Dívida de honra, de Veloso da Costa, que relataba cómo la vida de su protagonista, Aurora, se había visto condicionada por la violación sufrida durante su infancia[99].
En los años de la Dictadura Militar y el inicio del Estado Novo (1926-1933), el PSP solo realizará una reunión, denominada IV Conferência Nacional Socialista (Coimbra, 11 a 13 de marzo de 1933), que ya no incluyó cuestiones de propaganda[100]. Los socialistas acusan intensamente el cambio de modelo político tanto en el número de obras, que disminuye significativamente, como en el elemento ideológico, que desaparece del discurso textual. Tampoco tenemos constancia de representaciones teatrales y solo conocemos la existencia de las obras por su publicación en los periódicos socialistas que todavía se mantienen activos: Marcelino, o pastor. Scena em verso[101] (1927), y Duas uniões vitoriosas. Peça em 1 acto (1931), de Jaime Ferreira Dias, sobre la prostitución redimida y el acoso sexual, respectivamente[102]; O engeitado. Monólogo (1929), de M. A. Silva Ferreira, que habla del abandono social que lleva a la mendicidad[103]; Sacrifício de irmã (1929), de Lopes Viana, donde el autor plantea un triángulo amoroso en el que intervienen dos hermanas[104]; A última noite bourbónica em Espanha. Drama histórico em 1 acto (1932), de Pinto de Castalar, en torno a la proclamación de la II República española[105]; y Cancro social. Drama em 1 acto (1932b), una «adaptación libre» de Ilídio Pinto, sobre la prostitución[106]. El dramaturgo más importante de este periodo fue Eduardo Rocha, que publicó sus obras de forma independiente[107]. Fueron Na vida… (Episódio dramático) (1931), que aborda el caso de una mujer que cae en la prostitución tras ser violada por el hijo de una familia pudiente y es rescatada por un joven obrero[108], publicada también en la revista socialista portuense Pensamento; A grande questão. Peça em 2 actos (1932), donde describe las tensiones dentro del movimiento socialista entre intelectuales y obreros, y los instrumentos para acabar con las injusticias sociales, planteando la disyuntiva entre terrorismo y acción educativa, esta muy alabada por Ilídio Pinto, que veía en ella un instrumento para la educación de los obreros y la futura transformación social[109]; O doutor delegado. Peça em 1 acto (1932), que relata el abandono de una mujer embarazada amparada años después por otro de sus hijos, al que tuvo que abandonar, que es fiscal[110]; Uma mulher!... Peça social em 3 actos (1933), que plantea una trama sobre el liderazgo obrero femenino[111]; y finalmente Glória!... Peça em 1 acto (1934), que aborda la emancipación de las mujeres a través de trabajos considerados poco decorosos, como el de actriz[112].
Estos textos reflejan algunos retrocesos respecto a la producción dramática socialista desde 1875, pero también avances importantes. En cuanto al género, se observa un regreso al modelo del drama social decimonónico abandonando el discurso militante; y en lo que respecta a la estructura dramática, la aparición del monólogo en O engeitado. Donde sí se produce un progreso destacable es en los temas abordados, de carácter histórico-político en A última noite bourbónica em Espanha, un género no tratado hasta el momento, y sobre todo en los que tienen por protagonistas a mujeres, con novedades significativas. Ya hemos señalado cómo los socialistas llevaron a escena la violación sexual a partir de un drama conocido, Dívida de honra, de Veloso da Costa, que incide en la reparación del honor femenino mancillado a través del matrimonio. Ahora Na vida… (1931) ofrece dos innovaciones elocuentes: es una obra original de un militante socialista, y sobre todo su tratamiento del tema, que abandona la idea del crimen de honor, que recae sobre los hombres, para abordarlo como una agresión sexual dando voz a la mujer, Maria, lo que permite reconocer el daño sufrido sobre ella: «O cão agarrou-se a mim. Passou-me não sei o que pelo nariz, que eu fiquei sem sentidos!... Quando vim a mim estava… estava perdida!...» (escena II)[113]. Además, el drama incorpora un escenario novedoso al desarrollarse íntegramente en un burdel de Oporto. De esta manera, los personajes femeninos dejan de aparecer únicamente como víctimas de la organización social del capitalismo para ganar en fortaleza y seguridad personal. La protagonista de Glória!... (1934), Ana Adélia, se enfrenta a sus padres para lograr el sueño de ser actriz; y Beatriz, en Uma mulher!... (1933), se erige en defensora de los obreros de las minas de carbón, donde ella misma trabaja. Ernesto da Silva o António Augusto da Silva ya habían individualizado los personajes femeninos, dotándolos de personalidades fuertes, aunque manteniendo una cierta subordinación a los masculinos como esposas, hijas o madres que reflejaban en última instancia la injusticia de la sociedad capitalista, pero en estos textos aparecen actuando al margen de ellos. El cambio es perceptible también en las profesiones que ejercen. Si hasta la fecha eran sobre todo costureras: Luiza en A lucta do proletariado (1876) y Laura en Amor louco (1899), o trabajadoras de fábricas textiles en A tecelã (1898), o las devanadoras de Um sonho socialista (1905), que contribuyen con su esfuerzo a la economía familiar, ahora son profesionales que viven de su trabajo: Beatriz es mecanógrafa y Ana Adélia lucha por ser actriz, una profesión que pasa a ser ejercida por una mujer de clase burguesa y no procedente de medios obreros, como la Raymunda de Sacrifício de irmã (1929). En algunos casos se mantiene sobre ellas el tutelaje masculino porque algunas de estas mujeres no sobreviven solas y acaban siendo amparadas siempre por algún hombre que les presta ayuda, como Maria en Na vida… Sin embargo, el hecho de carecer de esposos les permite ganar un cierto reconocimiento laboral, al contrario de las protagonistas de obras como en Em ruinas (1903), donde Álvaro tacha de inútil el dinero que Leonor recibe de sus bordados (escena II, acto II).
El análisis de la producción literaria socialista para el período comprendido entre la fundación del PSP y el inicio del Estado Novo (1875-1933) advierte de un movimiento pendular que oscila entre el drama social, el drama socialista y, finalmente, el regreso al drama social coincidiendo con los años en los que el régimen autoritario de Salazar se consolida políticamente. La transformación de la facción marxista del socialismo portugués en partido político supuso un punto de inflexión en la historia de la dramaturgia socialista con O capital (1895), de Ernesto da Silva, uno de sus militantes de mayor prestigio. Con él se crea el drama socialista, caracterizado por la reproducción realista del mundo del trabajo en la reconstrucción de los ambientes, situaciones y personajes, la introducción del pensamiento socialista en el texto y la presencia de códigos extralingüísticos, como la música, que significaba también la divulgación de canciones como el 1.º de Mayo o La Internacional. El modelo fue adoptado por autores que escriben desde finales del s. xix hasta la proclamación de la República a principios del s. xx, que aportan mayor virulencia a los temas al tiempo que abandonan la estética simbolista por un incipiente neorrealismo que surgirá a inicios de los años treinta. Con el nuevo régimen republicano asistimos, paradójicamente, a un paulatino debilitamiento de la presencia pública del movimiento socialista. El repertorio dramático construido hasta la fecha cae en el olvido, los militantes vuelven sus ojos al teatro social decimonónico mientras parecen encerrarse en las sedes del Partido, los únicos lugares que durante el periodo republicano acogen este tipo de espectáculos frente a los teatros públicos, donde habían sido estrenadas las obras de Manuel Luiz de Figueiredo y Ernesto da Silva. A medida que se avanza en el periodo y en el nuevo régimen nacido de la Dictadura Militar este repliegue se acentúa. Las obras dramáticas escritas entre 1926 y 1933 abandonan el discurso militante, que traslada su lectura a los temas y su tratamiento. Aunque carecen de representación escénica, sí pudieron ser publicadas en los periódicos obreros que todavía se mantienen activos.
[1] |
Mónica (1985); Pereira (1981); Fonseca (s. d.); Rodrigues (1981), y Costa (1979). |
[2] |
Martín Nieto (2022). |
[3] |
«Questões diversas», O Protesto Operário, Lisboa, n.º 33, 21 de outubro de 1883: 3. |
[4] |
«O que se entende por operario?», O Pensamento Social, Lisboa, n.º 12, maio de 1872: 2. |
[5] |
Ernesto da Silva (1898). O movimento operario I. A Obra. Lisboa: n.º 203, 11 de dezembro: 2; Tengarrinha (1981: 586). |
[6] |
Sá, 1991: 68. La Biblioteca Nacional de Portugal solo conserva ejemplares desde 1876, coincidiendo con el primer año de vida del semanario. |
[7] |
Batalha (1873). |
[8] |
«Custodio Braz Pacheco», O Protesto Operario, Lisboa, n.º 361, 31 de março de 1889: 2. Los manipuladores de tabaco se adhirieron mayoritariamente a Fraternidade Operária, aportando 1640 socios entre hombres y mujeres (Brás, 2007: 64). |
[9] |
O Protesto, Lisboa, n.º 61, outubro de 1876: 4; Gracio, Luiz A. C., «Leitura de um drama», O Protesto, Lisboa, n.º 62, outubro de 1876: 4. |
[10] |
Luiz A. C. Gracio (1876). Leitura de um drama. O Protesto. Lisboa: n.º 62, outubro: 4. |
[11] |
Su autor fue José Correia Nobre França (¿?-1920), que había sido secretario de Fraternidade Operária, esto es, sección portuguesa de la AIT. Silva (1989: 83). |
[12] |
A partir de marzo de 1882 se denomina Partido Operário Socialista, según aparece en su órgano de expresión, O Protesto Operario, de Lisboa. |
[13] |
Nogueira (1932: 19, 26). |
[14] |
Figueiredo (1883: 4). |
[15] |
Íd.; «PSP. Centro escolar de Alcantara», O Combate, Lisboa, n.º 157, 26 de setembro de 1919: 2. |
[16] |
Alfredo da Silva, O Protesto, Lisboa, n.º 311, 31 de julho de 1881: 3, y n.º 321, 9 de outubro de 1881: 4, respectivamente. |
[17] |
«Variedades. Fidalgos e Populares. Acto 2.º, Scena VII», O Protesto, Lisboa, n.º 327, 20 de novembro de 1881: 2-3. La obra estaba ya acabada por lo que el periódico reprodujo la escena en la que Álvaro le confiesa su amor a Beatriz y le explica su deseo de salvar a su patria. |
[18] |
O Protesto, Lisboa, n.º 288, janeiro de 1881: 4. |
[19] |
Figueiredo (1883). |
[20] |
Alfredo da Silva (1881). Os jesuitas. Drama em 3 actos, original de Manuel Luiz de Figueiredo. O Protesto. Lisboa: n.º 289, fevereiro: 2. |
[21] |
Luiz de Figueiredo (1881). Nós e a auctoridade. O Protesto. Lisboa: n.º 296, 17 de abril: 2. |
[22] |
El Himno da Carta —así denominado por hacer referencia a la Carta Constitucional de 1826—, con letra y música del rey D. Pedro IV (1798-1834), fue el himno nacional portugués entre 1834 y 1910, cuando se proclamó la República y fue sustituido por A Portuguesa (1890) —compuesta tras el Ultimatum británico de 1890—, con letra de Henrique Lopes de Mendonça y música de Alfredo Keil, actual himno nacional de Portugal, con algunas variantes en la letra. |
[23] |
Los días 19 y 20 de marzo, según informaba O Protesto, Lisboa, n.º 291, 13 de março de 1881: 4; Luiz de Figueiredo (1881). Correspondencia. Setubal. O Protesto. Lisboa: n.º 294, 3 de abril: 3. |
[24] |
O Protesto, Lisboa, n.º 293, 27 de março de 1881: 2. |
[25] |
Luiz de Figueiredo (1881). Nós e a auctoridade. O Protesto. Lisboa: n.º 296, 17 de abril: 2. |
[26] |
O Protesto, Lisboa, n.º 318, 18 de setembro de 1881: 3, y n.º 321, 9 de outubro de 1881: 4. |
[27] |
O Protesto, Lisboa, n.º 335, 15 de janeiro de 1882: 4, el día 28 de enero. |
[28] |
En el Teatro Therpsichore, en la Praça das Flores, de Lisboa, el día 30 de mayo. O Protesto Operario, Lisboa, n.º 217, 9 de maio de 1886: 3, y n.º 239, 14 de novembro de 1886: 2. |
[29] |
Vid. cartelera en O Protesto Operario, Lisboa, n.º 359, 17 de março de 1889: 2. |
[30] |
O Protesto Operario, Lisboa, n.º 387, 29 de setembro de 1889: 2. |
[31] |
O Protesto Operario, Lisboa, n.º 505, 13 de março de 1892: 2. |
[32] |
Figueiredo (1883: 3). |
[33] |
«A Miseria», A Federação, Lisboa, n.º 109, 2 de fevereiro de 18: 1; «A Miseria», A Federação, Lisboa, n.º 110, 9 de fevereiro de 1896: 23; «A Miseria», O Tecido, Lisboa, n.º 20, 14 de março de 1896: 2. |
[34] |
El 23 de agosto de 1885 en un espectáculo a cargo de una agrupación dramática denominada Actor Hugo junto a otras dos obras, dos comedias tituladas Dois estudantes no prego y Eu procuro uma pitada. «Theatro», O Protesto Operário, Lisboa, n.º 24, 16 de agosto de 1885: 4. En julio de 1885 se anunciaba que la obra sería publicada y puesta a la venta. «Alves Pereira», O Protesto Operário, Lisboa, n.º 18, 5 de julho de 1885: 4. |
[35] |
«Theatro», O Protesto Operário, Lisboa, n.º 24, 16 de agosto de 1885: 4; «Alves Pereira», O Protesto Operário, Lisboa, n.º 18, 5 de julho de 1885: 4. |
[36] |
Silveira (1888). |
[37] |
«Silva Pereira», A Federação, Lisboa, n.º 52, 30 de dezembro de 1894, p. 2. |
[38] |
Nogueira (1932: 41). |
[39] |
Silva (1896). |
[40] |
Peralta García (2017a: 216-236). |
[41] | |
[42] |
Ernesto da Silva (1901). A «Rosa engeitada». Carta aberta a D. João da Câmara. O Mundo. Lisboa: n.º 135, 29 de janeiro: 2. |
[43] |
«Os que trabalham», O Tecido, Lisboa, n.º 56, 28 de março de 1897: 3. O Echo Metallurgico afirmaba que «agradou muito», y que era «um trabalho de propaganda, muito consciencioso». O Echo Metallurgico, Lisboa, n.º 65, de 28 de março de 1897: 2; «Os que trabalham», A Obra, Lisboa, n.º 124, 30 de maio de 1897: 1. |
[44] |
«Theatros. Principe Real. Os que trabalham. Scenas da vida operaria. Drama em 4 actos e 6 quadros, de Ernesto da Silva», O Paiz, Lisboa, n.º 505, 24 de março de 1897: 3. |
[45] |
Ernesto da Silva (1900-1901). Folhetim de «A Obra. Nova Aurora. Aproposito em 1 acto e 4 quadros representado no 1.º de maio de 1900. (Genero Symbolico). A Obra. Lisboa: n.º 292, 9 de setembro de 1900: 2, a n.º 309, 6 de janeiro de 1901: 2; Fernando Reis (1900). Theatros. O Paiz. Lisboa: n.º 425, 3 de maio: 3. |
[46] |
Peralta García (2019: 183-198). |
[47] |
Ernesto da Silva (1897). Theatro de D. Maria II. (A moral do theatro). O Paiz. Lisboa: nn. 468-486, fevereiro-março. El comisario regio (o fiscal del Gobierno) era el responsable de autorizar la representación de las obras teatrales del Teatro Nacional D. Maria II, que le eran sometidas por la empresa que había ganado la concesión. En 1896 lo gestionaba la compañía Rosas & Brazão, y el comisario era António Pedro Ribeiro de Sousa Almeida e Vasconcelos (1843-1903), caballero hidalgo de la Casa Real, escritor y periodista. |
[48] |
Ernesto da Silva (1902). Folhetim do «Seculo xx». Vencidos. Drama em 4 actos, representado no Theatro do Gymnasio em 9 de janeiro de 1902, original. Seculo xx. Lisboa: n.º 1, 19 de janeiro: 1, a n.º 19, 23 de fevereiro: 2. La obra quedó inconclusa, pero es posible completar el argumento a través de los resúmenes de la prensa. Vid., en este sentido, «Os vencidos», Seculo xx, Lisboa, n.º 11, 29 de dezembro de 1901, p. 2; Luis da Matta (1902). Letras e artes. Vencidos, peça em 4 actos do sr. Ernesto da Silva. Seculo xx. Lisboa: n.º 13, 12 janeiro. Sobre la semejanza de la obra con A vítima vid. «A Victima», A Federação, Lisboa, n.º 139, 30 de agosto de 1896: 1. |
[49] |
Fernando Reis (1903). Ernesto da Silva. A sua vida e a sua obra III. A Vanguarda. Lisboa: n.º 2385 (5238), 24 de junho: 1. |
[50] |
Ernesto da Silva (1900). Folhetim de «A Obra. O despertar. Peça em 1 acto. (Rejeitada pela empreza do theatro D. Maria II). A Obra. Lisboa: n.º 271, 15 de abril: 2, a n.º 281, 24 de junho: 2. |
[51] |
Silva (1903). |
[52] |
Silva (1902). |
[53] |
«5ªf., 27 de Novembro no Teatro Carlos Alberto», República Social, Porto, n.º 38, 15 de novembro de 1919: 1. |
[54] |
«Secção teatral», O Protesto, Lisboa, n.º 102, 3 de agosto de 1924: 3. |
[55] |
«A bandeira vermelha. Entre-acto de propaganda», Pensamento, Porto, n.º 7, outubro de 1930: 164-165, y n.º 8, novembro de 1930: 191-192. Se publicó adaptado por José Fernandes Alves sin el nombre del autor. |
[56] |
«A Miseria», A Federação, Lisboa, n.º 117, 29 de março de 1896: 1. A mediados de septiembre de 1896 A Federação informaba de que la obra había entrado en ensayos en el Teatro do Príncipe Real. «A Miseria», A Federação, Lisboa, n.º 141, 13 de setembro de 1896: 3; «A Miseria», A Federação, Lisboa, n.º 141, 13 de setembro de 1896: 3. Creemos que la empresa optó por representar Os que trabalham, de Ernesto da Silva, el día 1 de Mayo de 1897, que ya había sido representado con éxito el año anterior. De hecho, se preveía que el Teatro Avenida (Lisboa) representase una escena de este autor dedicada al 1.º de Mayo el 30 de abril, pero tampoco sucedió. Vid. «Teatros. Avenida», A Vanguarda, Lisboa, n.º 165 (2110), 28 de abril de 1897: 2; «Teatros. Principe Real», A Vanguarda, Lisboa, n.º 167 (2112), 30 de abril de 1897: 3. |
[57] |
«A revolta do povo», O Tecido, Lisboa, n.º 71, 11 de julho de 1897: 4. |
[58] |
«Derrota do capital», O Tecido, Lisboa, n.º 26 de diciembre de 1897: 3. La obra es calificada como «socialista». |
[59] |
«A Tecelã», O Tecido, Lisboa, n.º 96, 2 de janeiro de 1898: 4. |
[60] |
Silva (s. d.). |
[61] |
António Augusto da Silva (1912-1913). Pedro, o tecelão. Drama original em três actos. A Luz do Operário. Porto: n.º 499, 14 de abril de 1912, a n.º 527, 11 de maio de 1913. |
[62] |
Nogueira (1932: 44-47). |
[63] |
En la Conferência Socialista da Região Sul (Lisboa, 1 de julio a 30 de diciembre de 1907) y en la Junta Federal do Norte (Oporto, 25 de octubre a 13 de diciembre de 1908), para ajustarlo a las resoluciones del Congreso Internacional Socialista de Ámsterdam de 1907. |
[64] |
Nogueira (1964: 289-290). |
[65] |
«Villa Nova de Gaia», O Primeiro de Maio, Lisboa, n.º 4, 24 de maio de 1903: 3. |
[66] |
Penha (1920). |
[67] |
«A grève», O Primeiro de Maio, Lisboa, n.º 101, 2 de abril de 1905: 2. |
[68] |
«A grève», O Primeiro de Maio, Lisboa, n.º 104, 23 de abril de 1905: 4, y n.º 106, 7 de maio de 1905: 2. |
[69] |
«A grève», O Primeiro de Maio, Lisboa, n.º 108, 21 de maio de 1905: 4. La información del periódico no ofrece más datos. |
[70] |
«A grève», O Primeiro de Maio, Lisboa, n.º 104, 23 de abril de 1905: 4. |
[71] |
Nogueira (1964: 302-309). |
[72] |
Antonio Nunes da Silva Junior (1914). 3.ª These: A educação socialista. II Congresso Socialista da Região Sul. O Combate. Lisboa: n.º 16, 27 de novembro: 2. |
[73] |
Entre ellos, varias obras de Ernesto da Silva: Fontana e Sousa Brandão (1893a) y Proletarios e burguezes (1893b). También O dia normal, publicado en edición conjunta junto a O que é ser socialista? (s.d.), de Ladislau Batalha, que vieron la luz en la conmemoración del 1.º de Mayo de 1896. Este, junto a O communismo e a evolução economica, de Paul Lafargue (s. d.), traducido por Ernesto da Silva, constituían el primer y segundo volúmenes, respectivamente, de una Biblioteca do Centro Socialista Ocidental, de Lisboa. |
[74] |
Todos en el periódico A Federação. |
[75] |
Peralta García (2009: 76-81). |
[76] |
Bellido Navarro (1993) y Livtak (2003: 9, 28). |
[77] |
Zé de Pinteus (1912). Germinal. Comedia de propaganda social em um acto. A Luz do Operário. Porto: nn. 498-501, abril-março. |
[78] |
«Partido Socialista», O Socialista, Lisboa, n.º 206, 27 de enero de 1913: 2. |
[79] |
«A Comuna de Paris», O Socialista, Lisboa, n.º 253, 17 de março de 1913: 1; «Amor e Liberdade», A Batalha Socialista, Lisboa, n.º 15, 1 de novembro de 1913: 2. Los socialistas solían alquilar los teatros de la ciudad para la celebración de sus fiestas de Partido, y así sucedió con el Teatro Moderno. |
[80] |
«Festa socialista», O Combate, Lisboa, n.º 238, 18 de dezembro de 1919: 1; «Festa socialista», O Combate, Lisboa, n.º 254, 5 de janeiro de 1920: 1; «O 10 de janeiro. Festa commemorativa da fundação do PSP», O Protesto, Lisboa, n.º 27, 7 de janeiro de 1923: 2. |
[81] |
«Centro Socialista Olivarense», A Luz do Operário, Porto, n.º 526, 27 de abril de 1913: 3. |
[82] |
«Festa socialista», O Combate, Lisboa, n.º 67, 26 de diciembre de 1915: 2. |
[83] |
«Pelas Províncias. Thomar, 27», O Combate, Lisboa, n.º 181, 9 de junho de 1918: 3. Desconocemos el argumento pero sabemos que se consideraba una obra de propaganda socialista y que entre los personajes figuraba una alegoría de la Revolución Social que era interpretada por una niña. |
[84] |
«Em homenagem e auxilio ao Combate. As festas de hoje», O Combate, Lisboa, n.º 152, 21 de setembro de 1919: 1. |
[85] |
Espartaco (1920). Tragédia comica em familia. Pai tubarão, filho cação, ou como filho de peixe não sabe nadar. O Combate. Lisboa: n.º 302, 24 de fevereiro: 1. |
[86] |
«Grupo Social Dramático de Mafamude «Carlos Pereira Canedo»», República Social, Porto, n.º 52, 6 de março de 1920: 3. |
[87] |
«António Augusto da Silva. A amante», O Protesto, Lisboa, n.º 103, 10 de agosto de 1924: 2. |
[88] |
«Uma festa linda e recomendável», República Social, Porto, n.º 203, 6 de dezembro de 1925: 2; «A amante», República Social, Porto, n.º 230, 19 de junho de 1926: 1. |
[89] |
Silva (1924). |
[90] |
«Grupo Dramatico Actor Santos Junior», O Socialista, Lisboa, n.º 371, 21 de julho de 1913: 1. |
[91] |
«Liga Pro-Moral», O Combate, Lisboa, n.º 257, 8 de janeiro de 1920: 2. |
[92] |
Concretamente, los cuadros II, escenas I y II, y IV, escena I, publicados con motivo del 1.º de Mayo de 1916, O Combate, Lisboa, n.º 82, 30 de abril de 1916: 3; y cuadro II, escena II, y parte del IV, escena I: 3, González (1929). Teatro Social. O 1.º de Maio. Revista de propaganda operario-socialista. República Social. Porto, n.º 382, 22 de junho, y n.º 384, 6 de julho. |
[93] |
Bellido Navarro (1993); Peralta García (2009: 90 y ss.; 2017b: 130 y ss.), y Gaudemer (2006: 147-150). |
[94] |
Peralta García (2009: 180-196). |
[95] |
La fecha fue establecida en 1884, por deliberación de la asamblea general de la Associação dos Trabalhadores na Região Portuguesa al alcanzar el décimo aniversario de su fundación. «Commemoração», O Protesto Operario, Lisboa, n.º 42, 21 de dezembro de 1884: 4. |
[96] |
Peralta García (2009: 140-143). |
[97] |
Se trata de una traducción de Rebello da Silva de Las riendas del gobierno. Comedia en tres actos y en verso (1865), de Enrique Zumel, parodia al ejercicio del poder durante el reinado de Isabel II. Peralta García (2009: 192). |
[98] |
Ibid.: 193, 187, respectivamente. |
[99] |
Ibid.: 185. |
[100] |
Esta conferência aprobó un nuevo programa, el último de la organización (Nogueira, 1932: 89-96). |
[101] |
Jaime Ferreira Dias (1927). Marcelino, o pastor (Scena em verso). República Social, nn. 292-298, 10 de setembro a 28 de outubro. |
[102] |
Dias (1931); Artur Ramos (1931). Duas uniões victoriosas. Um acto de Jaime Ferreira Dias. O Protesto. Lisboa: n.º 435, 26 de julho: 3. |
[103] |
Silva Ferreira (1929). Teatro Social. O engeitado. República Social (2ª série), nn. 385-386, 13 a 20 de julho. |
[104] |
Lopes Viana (1929). Teatro Social. Sacrificio de irmã. República Social (2ª série). Porto: nn. 388-407, agosto a dezembro. |
[105] |
Castalar (1932: 2). |
[106] |
P., 1932. |
[107] |
Además de las obras que citaremos a continuación tenemos constancia de O assistente y A grande dôr. |
[108] |
Eduardo Rocha (1931). Na vida… (Episódio dramático). Almanaque Pensamento. Porto: 267-273. |
[109] |
Rocha (1932a) y Pinto (1932a: 31-32). |
[110] |
Rocha (1932b). |
[111] |
Rocha (1933). |
[112] |
Rocha (1934). |
[113] |
Eduardo Rocha (1931). Na vida… (Episódio dramático). Almanaque Pensamento. Porto: 267-273. |
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