Hace unos años, en los últimos coletazos de la crisis de 2008, emergió con fuerza en la opinión pública internacional el concepto de PIGS para hablar de la grave situación que atravesaban Portugal, Italia, Grecia y España. El acrónimo, que tenía un carácter claramente despectivo, xenófobo y clasista (la traducción literal del inglés es cerdos), venía tiempo utilizándose desde tiempo atrás, pero fue entonces cuando se popularizó, particularmente en el mundo anglosajón y germánico. Junto a los análisis macroeconómicos, los comentarios entonces se llenaron de sesgos y prejuicios que hablaban de un atrasado sur que lastraba la economía de la eurozona. Una vez más, la ciencia más pura y aséptica, esa de los números, venía a avalar una serie de ideas preconcebidas formuladas desde el norte sin entrar a valorar las dinámicas y causas profundas de la crisis. La polémica venía de atrás y no terminó entonces. Sin ir más lejos, durante la crisis de la COVID, el diario holandés Elsevier Weekblad publicó su portada de julio de 2020 con el titular «¡Ni un céntimo más al sur de Europa!». El texto venía acompañado de una imagen partida a la mitad muy elocuente. Arriba aparecían a una mujer de negocios y un operario arreglando un engranaje, ambos bien rubios y blancos. En la parte baja, se mostraban a un hombre y una mujer morenos, de pieles tostadas por el sol, que se dedicaban a beber vino y postear fotografías en sus redes sociales desde la piscina. Este discurso norte/sur, por cierto, trasciende las dinámicas entre países para tocar de lleno la configuración de los mismos. No faltan en España, desde luego, comentarios políticos y discursos audiovisuales que muestran una Andalucía vaga e indolente y un norte —vasco, catalán o madrileño— potente, vigoroso y productivo, que financia la laxitud del sur.
El libro editado por Xavier Andreu y Mónica Bolufer, profesores de la Universitat de València, nos acerca a estas problemáticas, proponiendo casi una arqueología de las mismas y localizando su origen en aquel largo siglo xix. El desarrollo de los discursos sobre la influencia del clima y el entorno en la configuración social de las naciones, y en el vigor o decadencia de estas, llevaron a formular ese otro del sur que tuvo que negociar su acceso a una modernidad que nunca será completa del todo. En ello, los discursos de género fueron determinantes, tanto en la conformación de las masculinidades y feminidades como en sus interrelaciones. Así, aquel sur no solo fue exotizado, también fue feminizado o virilizado, muchas veces al mismo tiempo. De tal forma que se asociaban a él características de lo considerado culturalmente entonces como femenino o con un exceso de masculinidad, alejado de los moldes respetables. Unos discursos que convivieron, como bien muestra el libro, de forma contradictoria muchas veces y que nos muestran la complejidad de los procesos de construcción de identidad de las personas.
Con aportaciones de trece especialistas, el libro analiza la creación de España e Italia como ese otro situado en el sur, así como sus propias dinámicas internas norte/sur en la configuración de dichos Estados nación. Esto último hacen Coro Rubio y su trabajo sobre la asociación del País Vasco a los discursos del norte y Antonino de Francesco con ese gran sur italiano representado por Nápoles. La primera desde un punto de vista cultural, con una interesante perspectiva de género, y el segundo más desde los discursos políticos. Dos países situados en esa frontera sur de Europa que no solo es física o geográfica, sino esencialmente cultural. Ese espacio liminal que estudian Joep Leerssen con el desarrollo del concepto del honor y Ferran Archilés con los discursos legitimadores del nacionalismo español para expandir su domino colonial en el norte de África. Con todo, esta es, quizás, una de las principales críticas que se puedan formular: la elección exclusiva de estos dos países. La inclusión de otros estudios de caso, como Portugal, Grecia o, incluso, Francia podría haber enriquecido el texto y haber evitado posibles reiteraciones. Además, España e Italia se toman como casos, pero salvo los textos de Xavier Andreu y Mónica Bolufer, apenas se ponen en relación. Sus trabajos sobre los bandidos y la galantería, respectivamente, muestran en cambio lo interesante y pertinente que es la comparación para este objeto de estudio.
Si algo muestra el libro es la importancia que tuvo la literatura para configurar y negociar las identidades de los/las agentes históricos durante ese largo siglo xix. Esta es, de hecho, una de las fuentes más utilizadas. Algunas personas analizan obras concretas. Este es el caso de Ester García y Nuria Soriano, quienes, de hecho, estudian el libro de Joseph de la Porte, Le voyageur français, para su tomo de España (1772) y su traducción de la parte americana por Pedro de Estala (1797-99), respectivamente. O el de Maria Pía Casalena y su análisis de los modelos femeninos en la obra colectiva en cinco volúmenes, Vite e ritratti delle donne celebri d’ogni paese (1836-39). Otros capítulos, en cambio, trabajan las obras de un grupo. Esto hace Diego Saglia sobre la producción del círculo de Coppet y su configuración climatológica de los estereotipos nacionales, destacando a su líder, Madame de Staël. O Florencia Peyrou con un trabajo acerca de las novelas escritas por demócratas españoles y los discursos que encierran sobre su masculinidad y feminidad tipo. O Alberto Banti, poniendo estas noveles en diálogo con otras producciones culturales, como la ópera. Finalmente, Isabel Burdiel toma a una gran escritora, como Emilia Pardo Bazán, para analizar los discursos jerarquizados y sexualizados de Galicia y España en sus obras.
En suma, el libro editado por Xavier Andreu y Mónica Bolufer está llamado a ser una referencia para quienes trabajen sobre la construcción histórica de las identidades nacionales y de género. Su novedad está, precisamente, en mostrar el carácter relacional de ambas, en proponer una más que necesaria mirada comparativa que trascienda los marcos nacionales y en complejizar los procesos históricos para revelar la diversidad que encierra siempre la historia.