Ciertamente merece la pena rescatar su figura porque guarda las esencias características de la familia Borja, de grandeza y miseria. Su linaje perduró con todo su esplendor hasta bien entrado el siglo XVIII, y en él encontramos las ideas necesarias para comprender la evolución de la configuración de España en el tránsito de dos épocas. Al vivir entre dos períodos, viene a ser más que un muro un puente, una bisagra que nos ayuda a comprender los cambios y crisis de la vida política de entonces, cuando la Monarquía entró en una crisis institucional primero tras la muerte de Isabel la Católica en 1504 y después tras la de Fernando el Católico en 1516.
Hemos dividido el libro en diez capítulos encuadrada en dos bloques, uno entre el poder y otro en la gloria efímera, que vienen a ser símbolo del papa y del santo. La primera parte aborda el contexto histórico y familiar hasta 1529, cuando asume la regencia la emperatriz Isabel; y en la segunda, desde esta fecha hasta su muerte en 1543. Hemos introducido momentos transversales relacionados con su segundo matrimonio y con la educación humanista suya y de sus hijos para hacer más comprensible el cambio que se obra en él al pasar de la inestabilidad emocional a la madurez personal.
Enrique García Hernán (Madrid, 1964) es doctor en Historia Moderna por la Universidad Complutense de Madrid y doctor en Historia de la Iglesia por la Universidad Gregoriana de Roma, Profesor de Investigación en el Instituto de Historia del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Sus últimos libros son Ignacio de Loyola (2013) y Vives y Moro: la amistad en tiempos difíciles (2016).