Defensa de la fe. . Volumen IV. El Anticristo, cuyo nombre y personalidad los protestantes –calumniosa, injuriosa y falsamente- atribuyen al Papa (Libro V). El juramento de fidelidad al rey de Inglaterra (Libro VI)

Sobre la ediciónEsta edición electrónica reproduce en facsímil la edición bilingüe latín-español de Defensa de la Fe Católica y Apostólica contra los errores del Anglicanismo, de Francisco Suárez, S.J. editado por el Instituto de Estudios Políticos en 1970-71 en los siguientes volúmenes:Vol. I: Diferencia entre la secta anglicana y la doctrina católica (Libro I). Errores peculiares que el rey de Inglaterra profesa en materia de fe católica (Libro II)Vol. II: Excelencia y poder del Sumo Pontífice sobre los reyes temporales (Libro III)Vol. III: La inmunidad eclesiástica, o exención de los clérigos respecto de la jurisdicción temporal de los príncipes (Libro IV)Vol. IV: El Anticristo, cuyo nombre y personalidad los protestantes –calumniosa, injuriosa y falsamente- atribuyen al Papa (Libro V). El juramento de fidelidad al rey de Inglaterra (Libro VI)Sobre el autor y la obraFrancisco Suárez nació en Granada en 1548 e ingresó en la Compañía de Jesús en Salamanca en 1564. Fue profesor de teología en varias universidades españolas y en Roma, donde mantuvo una estrecha relación con el papa Gregorio XIII. Terminó su carrera en la Universidad de Coimbra.Es el representante más destacado de la escolástica barroca que destaca por la sistematización de la Metafísica y por sus estudios sobre filosofía del derecho y teología. Sus obras, entre ellas “Disputaciones metafísicas” o “Las Leyes”, han influido en pensadores de la talla de Hugo Grocio o LeibnizDefensa de la fe se publica en 1613 con el título Defensio fidei catholicae apostolicae adversus Anglicanae sectae errores, por encargo del Papa. En esta obra, Suárez defiende la tesis de que es legítima la protección de los ciudadanos contra un príncipe convertido en tirano ya que, según él, los reyes no reciben su soberanía directamente de Dios.Este texto fue quemado públicamente en Londres por orden del rey Jacobo I y en París por los regalistas.