El replanteamiento de la dialéctica que realizó Pierre de la Ramée (Petrus Ramus, 1515-1572) significó una disminución muy significativa de la relevancia de la retórica. Como contrapartida, la dialéctica y el método se reafirmaron como herramientas elementales para el pensamiento.Ensalzar la dialéctica de ese modo significa consagrar el principio de identidad aristotélico como fundamento del pensamiento y la vista como el sentido principal que nos aproxima con más garantías a conocer la verdad.Todo ello tiene consecuencias en la comprensión del gobierno de los ciudadanos, un tema que desde un punto de vista moral trataron con gran repercusión personajes como William Perkins (1558-1602) y William Ames (1576-1633). La voluntad y la memoria –el poder ejecutivo de las personas- se ponen por encima del pensamiento y el buen juicio, entendidos éstos en un sentido retórico: es decir, desde una comprensión de oído, atenta a los silencios y sensible a la contingencia.La violencia que traen las guerras de religión tienen su correlato en las violencias que se aplican para mantener la ortodoxia, tanto in foro interno como in foro externo. Unas violencias que se cobran víctimas, como Miguel Servet (1511-1553), quemado en la hoguera en Ginebra, o el movimiento de los alumbrados, que persiguió la Inquisición; o el propio Ramus asesinado en la Matanza de San Bartolomé (1572).
