Palabras clave
honor
intimidad
propia imagen
discapacitados
autovejación.
Resumen
El Tribunal Supremo ha considerado contrario a la ética, aunque legal, el comportamiento de un periodista en base a que una persona que sufría un retraso mental pero no estaba incapacitada fue entrevistada y filmada por su propia voluntad. Nuestra legislación ignora que honor, intimidad e imagen son derechos distintos que demandan un régimen particularizado. Lo que el legislador no tuvo presente, al ofrecer una regulación uniforme y ambigua. En este trabajo nos proponemos analizar dos problemas que quedan pendientes aún de solucionar. Nos percatamos de que los discapacitados
no incapacitados pueden consentir por sí mismos, no estando dotados
de la protección que se dispensa a menores e incapacitados. Por otro
lado, nos consta que en ocasiones algunos discapacitados han aceptado explotar su minusvalía. Los pactos en los que queda comprometida la dignidad u honor de las personas son nulos a la luz de los principios consagrados por nuestra Constitución.
no incapacitados pueden consentir por sí mismos, no estando dotados
de la protección que se dispensa a menores e incapacitados. Por otro
lado, nos consta que en ocasiones algunos discapacitados han aceptado explotar su minusvalía. Los pactos en los que queda comprometida la dignidad u honor de las personas son nulos a la luz de los principios consagrados por nuestra Constitución.
Keywords
honour; privacy and self image; voluntary violation of our honour; disabled.
Abstract
The Supreme Court has considered not ethical, but legal, the behaviour of a broadcaster because an invididual with some degree of mental retardation who is not disabled was voluntarily interviewed and filmed. We have a legislation that ignores the fact that honour, privacy and self image are different rigths. The lawmaker was not sufficiently meticulous and explicit in the proctection of these three rights, making a uniform and an ambiguous regulation. The purpose of this paper is to analyze two of these problems that there are still unresolved. We realize that invididuals with some degree of mental retardation who are not disabled can give consent by themselves, without any protection. It should be taken into account the same regulations of consent as in other cases such as minority and incapacitate. From another point of view, sometimes the disabled authorize or approve a commercial exploitation of their disability. In accordance with the principles contained in the Spanish Constitution of 1978, we defend in this paper the fact that we can not consent to a voluntary violation of our honour.