Nuevas tecnologías en y para la enseñanza del Derecho constitucional: crónica de la mesa del Grupo de Innovación Docente del XIX congreso de la ACE

Esther González-Hernández Profesora Titular de Derecho Constitucional Universidad Rey Juan Carlos

esther.gonzalez@urjc.es

13 de abril de 2022

Nuevas tecnologíasMe corresponde el grato placer de dar cuenta (y realizar algún breve comentario) de lo que se trató y debatió en la Mesa del Grupo Innovación docente del XIX congreso de la Asociación de Constitucionalistas de España, celebrado entre el 24 y 25 de marzo de 2022 en la Universidad Pontificia Comillas (ICADE). Como viene siendo habitual, esta mesa tuvo lugar en la mañana del primer día de esta cita anual, apareciendo en el programa oficial como Actividades previas al Congreso, junto con la Mesa del Grupo de Género y Constitución y la Mesa del Grupo de constitucionalistas jóvenes. A continuación, ya por la tarde, tuvo lugar el Acto de Inauguración del Congreso, tras el cual se expusieron las ponencias generales. Esta curiosa organización se debe al modo en que nació y se ha mantenido este grupo y al espacio en que se desarrolla dentro del marco de los congresos de la ACE: inicialmente se desarrollaban en dos días, el primero en sesión de tarde y el segundo en sesión de mañana, de acuerdo con la estructura clásica de los congresos científicos con ponencias sobre el tema elegido y mesas redondas de debate de aspectos más concretos del objeto del congreso, con la posibilidad además de presentar comunicaciones. A partir de 2006 empezó a celebrarse esta mesa específicamente dedicada al análisis no tanto del qué sino del cómo enseñar y aprender el Derecho constitucional en las aulas universitarias, previamente a la presentación de las principales ponencias tras la inauguración del congreso.

Estamos, pues, ante una mesa de análisis y exposición de buenas prácticas docentes, que surgió gracias a la iniciativa, tesón y esfuerzo desinteresado de miembros más bien jóvenes de la asociación, de una manera podría decirse que espontánea, en la edición celebrada en la Universitat de València en 2006. Desde entonces se han tratado muy diversos temas: trabajos fin de grado, perspectiva de género, evaluación del profesorado, programas de tutorías para estudiantes con necesidades especiales, enseñanza de derechos humanos... En todo caso, lo que pareció una bienintencionada iniciativa que podría haberse quedado en flor de un día se ha convertido en un foro de análisis imprescindible y estable, parte esencial de estos encuentros anuales.

Hay que felicitarse y, sobre todo, felicitar a quienes pusieron en marcha esta iniciativa, pues han conseguido no solo que se consolidase sino que abriese el camino a propuestas de otros grupos de debate sobre aspectos que trascienden a la temática concreta del congreso, que se han visto reconocidos también en esta XIX edición: ya en 2018, en el congreso celebrado en la Universidad de Málaga, se gestó, también de forma espontánea, un grupo de análisis de la perspectiva de género, pero solo este año se han incorporado a estas actividades previas sendas mesas del Grupo de Género y Constitución y del Grupo de constitucionalistas jóvenes. Quizá sería conveniente que en futuro se consideraran actividades propias del congreso, pues como certeramente recordaba en este foro el profesor Sánchez Barrilao, la “sociedad digital” es una nueva era que está cambiando la historia, como ya ocurrió con la escritura o con la imprenta: todo lo digital actúa como motor de impulso para el avance de otros ámbitos de aprendizaje o desarrollo vital.

El Derecho Constitucional no puede quedarse al margen de estas nuevas realidades para mantener su vitalidad y buena salud y, sobre todo, para contar con un esperanzador futuro, ampliando las actividades de sus congresos, analizando cuestiones esenciales para la modernización y adaptación de un Derecho constitucional vivo, que debe, necesariamente, adecuarse a los nuevos retos. En concreto, debe conectar más y mejor con sus estudiantes, desarrollar nuevas fórmulas con que impartir la mejor formación universitaria, que garantice un verdadero aprendizaje

Competir para captar esta atención y conseguir trasladar el gusto por el Derecho Constitucional parece ciertamente una batalla imposible si no empezamos a plantearnos la adaptación de su didáctica a los nuevos tiempos y formas de comunicación, de manera eficaz. Ahora bien, como señalaba la coordinadora de esta mesa, Carmen Montesinos, innovar en la docencia del Derecho Constitucional no consiste simplemente en utilizar métodos tecnológicos, manteniendo los mismos contenidos. De ahí que las ponencias presentadas en esta mesa contemplasen los tres grandes aspectos a tratar cuando se habla de Derecho y nuevas tecnologías. A cargo de Covadonga Ferrer Martín de Vidales (Universidad Complutense de Madrid), Juan Francisco Sánchez Barrilao (Universidad de Granada) y Tamara Álvarez Robles (Universidad de de Vigo), reflejaron a la perfección los tres pilares de un Derecho Constitucional en tránsito que intenta garantizar el equilibrio entre lo nuevo y lo viejo.

Ferrer se centró en los aspectos más prácticos de cómo establecer o de cómo aplicar las posibilidades de innovación tecnológica que se nos brindan, por ejemplo, en la búsqueda en documentación jurídica especializada. Por su parte, Sánchez Barrilao incidió en los aspectos más generalistas, con una visión crítica, del mero uso de las nuevas tecnologías a la enseñanza del Derecho constitucional sin el acompañamiento necesario de otros aspectos o facetas que generen una corriente de verdadero análisis crítico que favorezca el debate. Finalmente, Álvarez Robles no se centró tanto en la aplicación de las nuevas tecnologías al Derecho constitucional sino en la cuestión de fondo de cómo afrontar la explicación del Derecho de libre acceso a internet y los nuevos derechos digitales en la nueva sociedad tecnológico-digital dentro de los programas de Derecho Constitucional.

Estas fueron las tres cuestiones en las que parece asentarse la enseñanza futura del “nuevo” Derecho constitucional:

  • Las diferentes utilidades prácticas del uso de las nuevas tecnologías en el proceso de enseñanza del Derecho Constitucional
  • La verdadera innovación tecnológica en la enseñanza del Derecho Constitucional que permita su adecuación a la “nueva era digital”
  • El nuevo contenido del Derecho Constitucional al libre acceso a las nuevas tecnologías

Por tanto, las ponencias situaron frente a nuestros ojos ese taburete de tres patas en el que nos sentamos ya, a día de hoy, quienes impartimos docencia en Derecho Constitucional y sobre el que seguiremos en los años venideros si queremos ofrecer una enseñanza de calidad.

A continuación, como otra muestra más de la fortaleza de la mesa, tuvo lugar la presentación de las diez comunicaciones recibidas, un número importante y significativo de la importancia que ha adquirido esta nueva dimensión de la docencia universitaria de las Ciencias Jurídicas. Presentadas por Manuel Álvarez Torres (Universidad Rey Juan Carlos), Manuel Fondevila Marón y Daniel Fernández Cañueto (Universitat de Lleida), Inmaculada Jiménez-Castellanos Ballesteros (Universidad de Sevilla), Ana López Navío (Universidad de Jaén), Rosario Naranjo Román (Universidad de Sevilla), Eloísa Pérez Conchillo y Luis Fernando Martínez Quevedo (Universidad de Granada), Borja Sánchez-Barroso (Universidad Pontificia Comillas-ICADE), Joaquín Sarrión Esteve (Universidad Nacional de Educación a Distancia), Daniel Simancas Sánchez (Universidad Complutense de Madrid) y María Lourdes Soto Rodríguez (Universidade de Santiago de Compostela), las comunicaciones fueron resumidas por el profesor Pérez Miras, que hizo las veces de relator, aportando sus propias reflexiones y agrupándolas en cuatro grandes categorías, lo que generó mayor dinamismo y atención de asistentes:

  • Comunicaciones que presentan proyectos institucionalizados
  • Comunicaciones que exponen experiencias en el aula
  • Comunicaciones que exponen experiencias con grupos de estudiantes extracurriculares
  • Comunicaciones de carácter más general sobre la narrativa pedagógica en el ámbito de las Ciencias Jurídicas

Así, Fondevila y Fernández Cañueto expusieron su proyecto docente basado en dinámicas de flipped classroom o clase inversa combinadas con treinta minutos de lección magistral en las clases teóricas y creación de case studies en las clases prácticas, esto es, lo que conocemos como análisis de casos concretos; Simancas, en el ámbito del máster de acceso a la abogacía, trató de un proyecto dividido en 3 fases: formación del profesorado, puesta en práctica y reunión por meet de valoración de resultados con el necesario feedback (con uso del campus virtual y no solo el espacio del aula en las sesiones presenciales). Sánchez Barroso presentó diferentes estrategias combinadas para el aprendizaje y el procedimiento de elaboración de normas como material interactivo y dinámico para la evaluación continua en el contexto de la pandemia, con uso de la herramienta genially para la creación de una especie de "aventuras” para el aprendizaje del sistema normativo, que combinan con la simulación parlamentaria para el aprendizaje de la organización estatal.

Por su parte, Jiménez-Castellanos presentó su experiencia con ciclos de mejora en el aula: los Cima, curso previo de formación de cien horas, los Cimas específicos de ocho horas (sobre decreto-ley) y diez horas (derechos fundamentales) en diferentes redes de la universidad, con la necesaria preparación de material y mapas conceptuales, que evidencian la mejoría de la evaluación. Pérez Conchillo y Martínez Quevedo abordaron el diseño de estrategias para aproximar el Derecho constitucional al alumnado de grados no jurídicos a través de un trabajo colaborativo y la cooperación entre docentes, con una planificación en varias fases: brainstorming, pregunta abierta, búsqueda de noticias de actualidad con ayuda, foros de debate, atención específica en la tutorización...

Álvarez Torres expuso a continuación el trabajo del grupo de innovación docente ARCODE (El arte de contar el Derecho), integrado por constitucionalistas, juristas de otras disciplinas y también lingüistas, con la finalidad de mejorar la comprensión de la compleja terminología jurídica y la narrativa y oralidad jurídica a través de la aplicación de las técnicas del storytelling, que da lugar a la elaboración por los propios estudiantes de un glosario jurídico virtual en formato podcast y a la publicación de historias narradas oralmente tanto por docentes como por estudiantes, con el fin de mejorar la comunicación oral o escrita de futuros juristas.

Por su parte, la comunicación de Naranjo entronca con el aprendizaje-servicio en los barrios desfavorecidos donde se intenta poner en marcha una especie de clínica jurídica, un proyecto solidario en el que el alumnado universitario se involucra en los problemas de esas zonas, en actuación conjunta con el Ayuntamiento de Sevilla (Plan Local de Intervención en Zonas Desfavorecidas), mientras que Sarrión comenta una práctica dirigida a fomentar la lectura de textos y estudios sobre la integración europea mediante el formato de entrevista/conversación/charla con autores de los textos seleccionados, que se proporcionan previamente a los estudiantes (Legal Books coffee). Estas charlas se graban como es habitual en la UNED y pueden ser complementada con un cuestionario para la valoración de la satisfacción.

Finalmente, López Navío trata de vías para introducir en la investigación a estudiantes: cómo ordenar las ideas, entender y conformar gráficos y otros elementos visuales, citar adecuadamente las fuentes bibliográficas, mejorar la redacción y los aspectos formales y, por supuesto, defender un trabajo. Soto Rodríguez por último propuso una narrativa pedagógica más general sobre la educación humanista en la formación específica de abogados y no solo del más amplio concepto de juristas.

No cabe duda de que la forma de “contar” el Derecho Constitucional está cambiando. La percepción y aprehensión del conocimiento es más visual que auditiva, como consecuencia de los avances tecnológicos, por lo que es necesario innovar las formas y los modos en que impartir nuestra materia. El confinamiento por la pandemia del COVID-19 fue realmente el punto de inflexión que nos obligó a perder el miedo y acercarnos a las nuevas tecnologías. Entre todo lo negativo que tiene esta pandemia, curiosamente ha tenido el efecto positivo de la adaptación de la docencia a la aplicación de las nuevas tecnologías, que obligó de un día para otro a mejorar en el conocimiento, uso e interiorización de los usos digitales. Sin embargo, la impartición de sesiones lectivas en línea y la utilización del aula/campus virtual no son, por sí solas, innovación docente. El confinamiento, simplemente, puso delante de nuestros ojos una realidad que no se quería reconocer y obligó a la aceleración de la transformación digital de la docencia.

Ese objetivo de avanzar en una transmisión del Derecho constitucional más acorde a nuestros días ya estaba sobre la mesa antes del confinamiento, que ha obligado a salir de la zona de confort y aceptar que el mundo ha cambiado y que hay una distancia generacional cada vez mayor. Es como si en un mismo espacio conviviesen dos mundos, dos realidades absolutamente contrapuestas: la facilidad, la sencillez y el atractivo de las publicaciones en redes sociales frente a la percepción del aprendizaje del Derecho como algo tedioso, complejo y, por ende, aburrido. Este desafío no se resuelve solo con la exposición de la materia a través de una pantalla, manteniendo la condición pasiva de estudiantes que se limitan a tomar apuntes que trasladan a las pruebas de evaluación y olvidan según las terminan.

Como se dijo en esta mesa, la innovación en la docencia del Derecho Constitucional es mucho más que esto. No se trata de hacer un video de explicación de la materia tan poco atractivo como pueda serlo la clase magistral ni de confeccionar sencillas presentaciones en PowerPoint. Lo importante es la aptitud, es decir, tomar conciencia de la necesidad de captar la atención de la otra parte, no utilizar una gran cantidad de métodos tecnológicos sino enseñar bien el Derecho constitucional y manejar habilidades comunicativas. Se trata de conectar emocionalmente con los alumnos para generar un sentimiento de afección constitucional. He aquí la clave para el avance y pervivencia de las democracias actuales. Solo así el Derecho Constitucional adquiere verdadero valor social a través de la conformación de nuevas generaciones comprometidas con el desarrollo de nuestra democracia. Es esencial crear un sentimiento de afecto y querencia por nuestro sistema constitucional y esto solo se consigue si se comprende y se práctica. He aquí la importancia de cómo transmitirlo, cuestión, sin duda, complicada y difícil: resulta una verdadera proeza plantear el debate de complejas cuestiones de político-constitucionales a jóvenes (y no tan jóvenes) que reciben más de 20.000 inputs diarios a través de sus teléfonos móviles sobre moda, música, actividades lúdico-festivas de lo más variado...

Cómo citar esta publicación:

González Hernández, E. (13 de abril de 2022). Nuevas tecnologías en y para la enseñanza del Derecho constitucional: crónica de la mesa del Grupo de Innovación Docente del XIX congreso de la ACE. Blog del CEPC. /blog/nuevas-tecnologias-en-y-para-la-ensenanza-del-derecho-constitucional-cronica-de-la-mesa-del-grupo-de

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