Autor
Palabras clave
Fiesta cívica
carnaval
ocio urbano
Republicanismo
cultura liberal progresista.
Resumen
Durante el reinado de Isabel II, con la excepción de la etapa del Bienio Progresista, desaparecieron las fiestas cívicas. Después, la renovación del carnaval convirtió la fiesta en un espacio de movilización popular en el que un grupo de disidentes del régimen isabelino restauró un ritual inspirado en las fiestas cívicas de la Revolución Liberal. La popularidad de la fiesta del carnaval en el primer lustro de la década de los sesenta debe interpretarse en función del contexto de proliferación de fiestas progresistas dedicadas a San Baldomero y de las fiestas nacionales de las monarquías liberales. Por tanto, el carnaval devino en una fiesta cívica popular en la medida que su renovación fue impulsada por un grupo de profesionales republicanos dedicados a la prensa, al ocio y a la cultura. El éxito de la renovación de la fiesta se basó en la capacidad de implicar a la industria del ocio, que vio en la fiesta la posibilidad de atraer a sus establecimientos a los sectores populares urbanos y tejer una red de solidaridades entre sociedades recreativas, educativas y culturales. La dimensión filantrópica de la fiesta, heredera de las fiestas cívicas, contribuyó a reforzar los lazos de solidaridad entre las clases populares, los grupos profesionales de republicanos y las élites progresistas, sin que esto despertara los miedos de las élites conservadoras.
Keywords
Civic Festivals; Carnival; urban leisure; republicanism; progressive liberal culture.
Abstract
During the reign of Elizabeth II, with the exception of the Progressive Biennium stage, the civic festivals disappeared. Later, the renewal of the Carnival turned the festival into a space for popular mobilization in which a group of dissidents from the Elizabethan regime restored a ritual inspired by the civic festivals of the Liberal Revolution. The popularity of the Carnival festival in the first five years of the 1860s must be interpreted in terms of the proliferation of progressive festivals dedicated to San Baldomero and the national holidays of the liberal states. Therefore, the Carnival became a popular civic festival to the extent that its renewal was promoted by a group of republican professionals dedicated to the press, leisure and culture. The success of the renewal of the festival was based on the ability to involve the leisure industry, which saw in the festival the possibility of attracting popular urban sectors to its establishments, and weaving a network of solidarity between recreational and educational societies and cultural. The philanthropic dimension of the festival, heir to the civic festivals, contributed to reinforcing the bonds of solidarity between the popular classes, the professional republican groups and the progressive elites, without awakening the fears of the conservative elites.